MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La escandalosa concentración de riqueza en México

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La riqueza de los diez ultrarricos en México equivale a la riqueza de 334 millones de personas, más de dos veces y media la población de México. El hombre más rico de México, según el índice de multimillonarios de Bloomberg, Carlos Slim Helú, concentra una riqueza inimaginable para muchos.

Al inicio del sexenio de López Obrador, su fortuna ascendía a 51 mil 800 millones de dólares; para finales de este sexenio, su fortuna creció estrepitosamente a 107 mil millones de dólares; cifras que ni siquiera alcanzamos a dimensionar.

Personas como Slim concentran la mayor parte de la riqueza del país; así se explica que, siendo México un país tan rico, ocupe el lugar doce en cuanto a poderío económico de una lista de 192 países y, por otro lado, el 73 % de la población tenga carencias de todo tipo.

A pesar de atravesar una pandemia, los intereses de los ultrarricos no fueron afectados; por el contrario, tuvieron un crecimiento exponencial. ¿La clase trabajadora experimentó un crecimiento similar en sus ahorros? De ninguna manera; lo único que seguramente creció fueron sus deudas.

Para que quede claro quiénes son los verdaderamente ricos en este mundo y en este país, hagamos unos ejercicios para dimensionar correctamente la magnitud de la riqueza de Slim.

Primero, si se propusiera gastar toda su fortuna, necesitaría 274 años, gastándose un millón de dólares al día, es decir, 20 millones de pesos, lo que equivaldría a gastar 833 mil 333 pesos por hora, así como lo escucha: por hora. 

Segundo, su fortuna equivale a mil toneladas de billetes de cien dólares. Tercero y último, si apiláramos billete tras billete de cien dólares, el dinero de Slim ocuparía el espacio de dos hoteles RIU de Guadalajara. Tengan en cuenta que cada edificio mide 215 metros. Hasta aquí los ejercicios.

La fortuna, si así podemos llamarla, de la clase trabajadora ni siquiera alcanzaría para un bloque de construcción.

Personas como Slim concentran la mayor parte de la riqueza del país; así se explica que, siendo México un país tan rico, ocupe el lugar doce en cuanto a poderío económico de una lista de 192 países y, por otro lado, el 73 % de la población tenga carencias de todo tipo.

La referencia a la riqueza de Slim no raya en una cuestión moral; su fortuna no depende ni se genera a partir de cuestiones individuales. Todo ha sido producto de un engranaje de precisión que cimenta la causa real de tan escandalosa riqueza.

El causante de su fortuna es el neoliberalismo, que sólo es una forma del modo de producción capitalista, donde se preconiza que la mejor forma de alcanzar el bienestar humano es liberar el movimiento del capital y del trabajo al libre juego de las fuerzas del mercado, para que sea la "mano invisible" de este la que maximice los resultados.

Es al neoliberalismo al que debemos agradecer la injusta distribución de la riqueza que azota al mundo entero. El neoliberalismo ha sido muy eficaz para producir riqueza, pero muy inepto para repartirla.

En esta forma de capitalismo, el papel del Estado está limitado a ser el creador y el guardián del marco institucional adecuado para la realización de estas prácticas.

La situación de desigualdad social en México se debe al modo de producción capitalista que, como se mencionó, es el causante de que por un lado se necesiten más de dos vidas para acabar toda una fortuna y, por el otro, la clase trabajadora apenas tenga lo básico para sobrevivir.

La realidad nos acompaña todos los días: ¿comemos lo que queremos y nos nutre? ¿Vestimos como queremos y con prendas de calidad decente? En ambos casos, comemos y vestimos como podemos.

La situación de la clase trabajadora, que representa el 73 % de la población nacional, es paupérrima. Las campañas electorales recientes y los candidatos triunfadores, ahora y antes, prometen ser la panacea para todos los problemas que enfrenta el pueblo de México, pero la realidad es otra: se gobierna en nombre del pueblo, pero no se resuelven los problemas esenciales de las clases populares.

La clase trabajadora solamente podrá liberarse de los males que la aquejan cuando tome el poder y construya una sociedad distinta. El movimiento antorchista nacional ha comprendido, desde hace más de cincuenta años, esta situación y se ha propuesto cambiarla, cambiar el modo de producción capitalista en México y construir uno nuevo, que garantice la dignidad de todos los mexicanos, donde todos tengamos pan y vestido dignos.

Debemos recordar y tener siempre presente que sólo hay dos clases: la clase que representa Carlos Slim, la clase rica, y la que representamos la inmensa mayoría de mexicanos, la clase trabajadora.

Debemos reconocernos con quienes son iguales a nosotros para revertir tan lacerante situación. Organizarnos como un solo hombre y con un solo ideal, luchar de manera constante para ir mejorando poco a poco nuestras condiciones de vida, y seguir luchando hasta construir una sociedad distinta, más justa para todos. Esa es la tarea de los antorchistas.

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