MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La educación, tragedia indígena de la región Montaña de Guerrero

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La Montaña de Guerrero nuevamente es noticia nacional, debido a las lamentables condiciones en que viven los ciudadanos de esta región integrada por 19 municipios, con una población de aproximadamente 360 mil habitantes, de los cuales tres cuartas partes son indígenas y una cuarta parte es mestiza.

Entre los principales grupos indígenas se encuentran los tlapanecas o meé phaa; los mixtecos o naa savi; los nahuas y los amuzgos. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), es una zona que tiene los más altos índices de marginación y atraso económico en el estado, con un creciente deterioro de sus recursos naturales. 

Cerca del 66 por ciento de la población presenta pobreza alimentaria. El 72 por ciento no tiene recursos para acceder a servicios de educación y salud, el 85 por ciento no posee un patrimonio propio, 2 de los diez municipios con mayor pobreza extrema en el país, se localizan allí, ellos son Cochoapa el Grande y Metlatonoc. 

La vida en esta región es muy dura y miserable, situación difícil que obliga a sus habitantes a emigrar al norte del país en busca de trabajo, encontrándolo solamente en los campos agrícolas, donde son sometidos a jornadas prolongadas en condiciones pésimas y con un salario mísero. 

La desgracia es que, junto a los adultos se encuentran niños y niñas que son llevados por sus padres a esta aventura obligada para ganar unos cuantos pesos a cambio de abandonar los estudios básicos. En esta temporada más de 7 mil niños y niñas salieron con sus padres a trabajar a los campos agrícolas, situación que los convierte en personas indefensas y vulnerables y a futuro unos ciudadanos que no tendrán oportunidad de mejorar su nivel de vida por la fata de una preparación básica y seguirán siendo mano de obra barata porque les fue negada la oportunidad de prepararse para mejorar su nivel de vida.

Es cierto que la situación económica es una de las causas de la deserción escolar en esta región de Guerrero, pero a esto hay que sumar la despreocupación de las autoridades por invertir para mejorar las condiciones materiales de los edificios educativos; hay escuelas con aulas insuficientes y las existentes se encuentran en malas condiciones por falta de mantenimiento. 

Aunque parezca mentira, hay escuelas que tienen aulas improvisadas, construidas con madera rústica y techos de cartón y mobiliario hecho por los padres de familia, muchas de los centros educativos no tienen baños, ni cuentan con energía eléctrica, no se diga de la falta del servicio de internet; no tienen espacios para practicar algún deporte, mucho menos con una cancha techada para las actividades cívicas y culturales.

Muy rara es la institución educativa que tiene computadoras y material didáctico complemento para la enseñanza, pero la verdadera tragedia de la niñez es la falta de profesores, de maestros capacitados, profesores bilingües que sean capaces de hacerse entender y enseñar a niños y niñas que hablan alguna lengua indígena. 

A un mes de haber iniciado el nuevo ciclo escolar 2022 – 2023 en la capital del estado se han manifestado padres de familia no solamente de la montaña, sino incluso de la región del centro para exigir que la gobernadora del estado, Evelyn Salgado Pineda, instruya al secretario de Educación, Marcial Rodríguez Saldaña, que mande personal educativo a las escuelas porque los alumnos están sin recibir clases por falta de profesores.  

Ante los reclamos de padres de familia, al secretario de Educación no le quedó otro camino que reconocer la falta de personal educativo, no sin antes echarle la culpa a las administraciones pasadas, como todo buen morenista, pues dijo que “hubo abandono durante varias décadas en materia educativa”; sin embargo, solo se comprometió a otorgar nombramientos a 500 maestros egresados de las normales públicas de la entidad. 

Que bien que se le está dando empleo a los profesores de las normales, pero es solo una forma de resolver el problema momentáneo ya que no es suficiente. Según el profesor Héctor Torres Solano, dirigente de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG) las carencias en los planteles y el déficit de mentores se presenta en todas las regiones de la entidad, aunque las más perjudicadas son la Montaña alta y baja, así como la Sierra. 

La falta de maestros en las escuelas afecta a comunidades de los municipios de Cochoapa el Grande, Metlatónoc, Acatepec, Alcozauca, Zapotitlán, donde “las instituciones educativas del nivel básico no tienen cobertura, precisamente por falta de personal”. Otro asunto más grave aún, las plazas se otorgan por contrato de cinco meses, al cumplir el plazo ya no les renuevan el contrato, los profesores quedan a la deriva y los alumnos abandonados, además de que los profesores contratados no son bilingües y el salario muy raquítico, pues un profesor contratado en esta modalidad lo más que llegan a ganar es 4 mil 972 pesos mensuales, cantidad insuficiente para transporte, pago de renta, alimentación y otras cosas indispensables.

Lo de la educación gratuita y obligatoria solo se plasma en el papel, para los indígenas y la gran mayoría del ciudadano de nuestro país eso no se aplica, los padres de familia se ven obligados a pagar cuotas voluntarias porque las autoridades educativas no proporcionan material didáctico ni dan mantenimiento a los edificios. 

Desde preescolar, primaria y secundaria, los padres gastan más de mil pesos en uniformes y útiles escolares, cantidad que no están en posibilidades de sufragar, la cantidad se multiplica por el número de hijos que tiene cada familia, a esto hay que sumarle el precio de los alimentos, al igual que las medicinas pues han subido desproporcionalmente a los poco y casi nulos ingresos que cada jefe de familia tiene, por lo que mejor optan por no llevar a sus hijos a la escuela y prefieren llevarlos a trabajar a los campos agrícolas. La poca efectividad del programa La Escuela es Nuestra y la desaparición del programa de Escuelas de Tiempo Completo vinieron a completar el cuadro de la tragedia educativa en la montaña de Guerrero.

Nuevamente, la realidad demuestra que los funcionarios de la 4T, están muy alejados de la situación grave de la educación en el estado de Guerrero, se han dedicado a realizar declaraciones sin ningún sustento real, como la que realizó el secretario de Educación Marcial Rodríguez Saldaña al inicio del presente ciclo escolar, donde aseguró que, en el estado, el 99.99 por ciento de los alumnos ya estaban recibiendo clases presenciales en todas las escuelas de nivel básico. Seguramente este funcionario tiene sus propios datos, y desconoce la realidad de los niños y niñas indígenas de la montaña, vivo ejemplo de la actual secretaria de Educación federal, Leticia Ramírez Amaya que no supo ejemplificar la forma de enseñar matemáticas a un estudiante de segundo año de primaria, de acuerdo a su nuevo plan educativo.

La tragedia educativa no es solo un problema de los guerrerenses, es una tragedia nacional. Al gobierno de la 4T no le interesa la educación de la niñez; en parte, por falta de capacidad de los funcionarios, que a lo lejos se ve que ocupan el cargo, no por su visión, sino por estar a la disposición del jefe del ejecutivo, pues éste tiene otras prioridades. 

Como buen representante y defensor del sistema, aunque diga que es de izquierda, la educación del pueblo está bien calculada y es de acuerdo con sus intereses, inmediatos y a largo plazo. Saben que un pueblo culto tendrá los elementos para exigir sus derechos.

Por eso hago un llamado a los estudiantes, padres de familia y profesores que nos unamos, que nos organicemos en torno al Movimiento Antorchista Nacional formando un partido político para conquistar el poder federal por la vía democrática y aplicar una auténtica reforma educativa e impulsar el desarrollo de nuestro México. 

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