MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La educación por la que hoy pueden y deben pelear los mexicanos

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En los medios de comunicación resalta en estos días el debate acerca de los nuevos libros de texto que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) repartirá a los niños de todo el país en las escuelas públicas al iniciar el siguiente ciclo escolar, y que al decir de muchos especialistas tienen diversos errores en sus contenidos, además de eliminar ciertas materias y disolverlas en áreas de conocimiento, lo que significa, aseguran, un retroceso en la formación básica de nuestros hijos. Además, algunos comentan que sus contenidos tienen la intención de ideologizar a los estudiantes para hacerlos aceptar de manera pasiva y doctrinaria el modelo de la “Cuarta Transformación” que, aseguran, es comunista y lleva al país al retroceso económico y social.

A estos reclamos de todas estas voces, por parejo, el Presidente les ha respondido, en esencia, que no le importa lo que ellos opinen, y que no hay marcha atrás en la distribución de los libros de texto, mientras que los encargados de su elaboración aseguran que estos son solamente uno de varios elementos de una supuesta “revolución educativa” a la que han llamado Nueva Escuela Mexicana (NEM), y emulan al presidente en su postura autoritaria de decir que el proyecto no dará marcha atrás, con el único respaldo de que ellos son el poder.

A los mexicanos nos debe importar este asunto porque de lo que estamos hablando es de la educación de nuestros hijos, es no solo la vida futura de los seres que más queremos en la vida y que son la razón de toda nuestra existencia, sino porque en eso va también el futuro de toda nuestra patria.

 Por ello considero que es importante que todos tengamos claro de qué se trata el debate, quiénes tienen la razón, en que parte sí y en qué parte no, y qué es lo que debemos hacer nosotros como padres de familia no solo para defender nuestro sistema educativo de los daños que este proyecto pudiera provocar en contra de nuestros propios hijos, sino para lograr realmente mejorarlo y hacerlo un instrumento eficaz en la formación y preparación de ellos como los futuros ciudadanos.

Como contribución a esto, me permito proponerles mi punto de vista que quisiera resumir muy apretadamente en los siguientes puntos:

Primero, la educación en México ha sido fruto de las luchas de nuestros héroes, de los mejores hombres que han intentado en serio crear un sistema educativo que, como dijo José Vasconcelos, sea “una enseñanza que sirva para aumentar la capacidad productiva de cada mano que trabaja y la potencia de cada cerebro que piensa”.

Pero es también un hecho que no todos los políticos que han tenido el poder, y en particular los que han dirigido la educación, han pensado de ese modo y que, más bien, la educación pública en México está abandonada y se ha deteriorado, de manera que sería una tontería creer que no hay que modificarle nada. Por el contrario, ha ido retrocediendo, sobre todo con la llegada al poder del neoliberalismo, en el mundo y también en México, y su exigencia de adelgazar el Estado, reducir el gasto social (AMLO le llama austeridad republicana), privatizar TODO lo que se pueda, y adecuar todo el sistema educativo a sus exigencias ideológicas y económicas.

La educación, pues, ya estaba ideologizada, desde el punto de vista de la ideología neoliberal; educación privada, de calidad e integral para los hijos de las clases privilegiadas, y una educación pública barata, superficial y parcializada para los de las clases trabajadoras. La “ideología del esfuerzo”, de las “oportunidades”, de la “competencia” es un engaño para llamar a la ideología de los privilegios de la nueva la nueva clase superior: los ricos.

Lo que se va a lograr con los cambios que propone AMLO y su seudo partido Morena, es una educación de mucha peor calidad que la actual, más parcializada, menos universal, más barata para el Estado en daño de nuestros niños, y por ello, más elitista, más neoliberal.

Segundo, la altisonante NEM de AMLO, sí es ideologizante, y doctrinaria, pero en el mismo sentido que la actual ideología neoliberal, ya que reduce su calidad y su universalidad al aglomerar las materias en áreas de estudio, eliminar muchos contenidos y hasta materias totales. No se complementa con lo verdaderamente importante que es la inversión en más escuelas y más maestros, en infraestructura, en laboratorios, comedores, bibliotecas, etcétera.

Lo que se va a lograr con los cambios que propone AMLO y su seudo partido Morena, es una educación de mucha peor calidad que la actual, más parcializada, menos universal, más barata para el Estado en daño de nuestros niños, y por ello, más elitista, más neoliberal.

Es cierto, y sí está mal en todos los sentidos, que en los libros de texto se ensalzan a la 4T y al mismo AMLO, pero ¿quién dice que eso es comunismo? Eso es cuatroteísmo, en todo caso, y la 4T, ya hemos demostrado en otras ocasiones, no es un gobierno de izquierda, mucho menos comunista.

Una prueba más de esto es precisamente esa NEM que, como acabo de argumentar, es más neoliberal y más regresiva, enajenante y elitista que la de los gobiernos anteriores, tanto, que, estoy convencida, ese aparente debate contra los libros de texto es solamente electoral, pero en el fondo los defensores del neoliberalismo están contentos con AMLO y Marx Arriaga que les hacen mejor el trabajo sucio de abaratar y destrozar nuestra educación pública, lo hacen a nombre “del pueblo”, engañando a muchos que les han creído de buena fe y lo hacen casi gratis, a cambio solamente de la vanidad satisfecha de verse en el centro de los reflectores y, haber quedado impresos en unos libros que se repartirán en todo el país, pero que no permanecerán más allá del ciclo escolar… tal vez menos.

Tercero y final, los mexicanos debemos dejar de darles juego a los neoliberales y a sus lacayos oportunistas y centrarnos en lo importante: la lucha por una educación de calidad, tal y como se los ha propuesto Antorcha Campesina: Que los estudiantes se organicen y luchen por aulas, laboratorios, bibliotecas, nuevas escuelas, mejores maestros, material didáctico y dónde sea necesario, mejores planes de estudio.

Y en las escuelas de nivel básico donde no lo pueden hacer los estudiantes, deben ser los padres de familia, deben organizarse y luchar por mejorar en los hechos la educación y no en el rollo, en los discursos y en los chismes de comadre argüendera, en medios de comunicación.

La educación de nuestros hijos es algo serio, no podemos jugar con ello, a pesar de todos los traumas y alucinaciones de quienes hoy, por haber sabido engañar al pueblo, tienen el poder de la nación en sus atrabancadas manos.

Y en cuanto sea posible, por nuestros hijos y por el futuro de la educación, quitémosles el poder y pongámoslo en manos de un hijo del pueblo, que piense como el pueblo, y que sea serio, y no un merolico de los medios de comunicación.

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