MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La crisis del agua en México y Guanajuato golpea a los más pobres (I/II)

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Si bien es cierto que la escasez del agua es un fenómeno natural, también es un fenómeno inducido por los seres humanos. Aun cuando hay suficiente agua dulce en el planeta para satisfacer las necesidades de una población mundial de 8 mil millones de personas, su distribución es desigual y mucha de ella es desperdiciada, contaminada y manejada de manera insostenible.

La escasez de agua tiene que ver principalmente con la falta de atención del derecho humano a su acceso, con sólo 14 por ciento  de toda la que se usa para la agricultura, la producción y los usos recreativos, con sólo eso, se lograrían satisfacer todas las necesidades de la población.

La falta de protección de los recursos de agua dulce a escala mundial es alarmante, no ha sido abordada eficientemente por la falta de inversión en programas integrales que protejan al medio ambiente natural, conserven los recursos hídricos y los utilicen de manera eficiente.

Nuestro país no es la excepción, por el contrario, el tema del agua ha cobrado relevancia en los últimos años; un estudio realizado en febrero del este año por el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) con datos de la Comisión Nacional del Agua (CNA) establece que, durante las últimas décadas la disponibilidad anual por habitante en México pasó de 4 mil metros cúbicos en el año 2000 a 3 mil 200 para 2020.

El problema es que en nuestro país, los gobiernos de los distintos niveles, desde hace décadas, solo invierten en el tema del agua guiados por una política de reacción ante las crisis hídricas que se presentan, más que de prevención.

Así se explica que, la CNA para este 2023 tenga un presupuesto de 68 mil 400 millones de pesos, que es apenas el mismo monto que gastó la dependencia hace una década, cuando había 13 millones menos de habitantes en el país y las sequias eran menores; por ejemplo, el año pasado en marzo, 30.4 por ciento del territorio nacional presentaba sequía extrema o moderada; este 2023 el porcentaje subió a 51.08.

Y, si analizamos como se invierte este presupuesto, la situación se vuelve más grave, porque sólo tres proyectos de gran infraestructura tendrán en este año un presupuesto de 25 mil 800 millones de pesos, mientras que el programa S074 Agua Potable, Drenaje y Tratamiento tiene apenas un monto presupuestario de 3 mil 400 millones de pesos, a pesar de que es un programa que apoya el financiamiento de acciones para la prestación de los servicios de agua potable, drenaje sanitario, drenaje pluvial y saneamiento para el desarrollo de los Organismos Operadores de Agua, Alcantarillado y Saneamiento de los municipios, muchos de los cuales funcionan en números rojos, de acuerdo a la opinión de Hugo Rojas, consultor internacional en temas de gestión del agua y exdirector de la Asociación Nacional de Entidades de Agua y Saneamiento de México (ANEAS).

Además de que la distribución es dispar, los recursos para el sector son insuficientes, así lo plantea el informe Perspectivas del Agua en México, elaborado por la UNAM, en el que establece que el presupuesto para recuperar el sector hídrico en el país debería ser de cuando menos 80 mil millones de pesos anuales, por los próximos 50 años.

La política del actual gobierno federal en materia hídrica, es errónea, como lo fue en anteriores administraciones. En este tema de vital importancia para todos los mexicanos, la Cuarta Transformación tampoco ha encontrado la solución, no hay diferencia, porque parten del supuesto de que el problema del agua se mantiene o se mejora con invertir en gran infraestructura, pero, se han olvidado de invertir en sistemas de gestión integral del agua, de financiar planes y proyectos que mejoren problemáticas de infraestructura que permitan un mejor funcionamiento de los organismos operadores de los municipios en todo el país, de ahí, que sigue habiendo fugas de agua, drenajes en mal estado, obras hidráulicas inconclusas, que afectan directamente al ciudadano, es decir, el gobierno de López Obrador sigue una política de reacción, en lugar de una de prevención, ante las crisis hídricas que se presentan.

El informe Perspectivas del Agua en México, elaborado por la UNAM, establece que el presupuesto para recuperar el sector hídrico en el país debería ser de cuando menos 80 mil millones de pesos anuales, por los próximos 50 años.

En el caso particular de nuestro estado, la situación no es mejor. Guanajuato se encuentra en el segundo lugar con mayor nivel de estrés hídrico a nivel nacional con un puntaje de 4.94 de un máximo de 5 (Baja California Sur es el primero y la CDMX tercero); de acuerdo con el más reciente reporte del Monitor de Sequía de la Comisión Nacional del Agua, en Guanajuato 95 porciento de su territorio presenta algún grado de sequía, la cual va avanzando a medida que el retraso de lluvias se agudiza.

El reporte indica que 21 municipios presentan un grado de sequía grave severa, mientras que 24 municipios presentan un grado de sequía moderada, pero tendiente a agravarse, solo Atarjea es el municipio del estado que no tiene grado de sequía.
La crisis hídrica se manifiesta también en el abandonado campo mexicano, en el que también los más afectados son los pequeños productores, es decir, los productores más pobres como lo veremos en la siguiente colaboración.

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