Según datos del Coneval, entre 2020 y 2022 en México suman 17 millones de niñas, niños y adolescentes entre 0 y 17 años viviendo en situación de pobreza. Este estudio señala que las ciudades entre las que existe mayor porcentaje de menores en estas condiciones se encuentran Estado de México, Chiapas y Veracruz.
Justo en esos estados una de cada tres personas en este rango de edad viven en pobreza. Esto demuestra una falla más del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Por la falta de políticas públicas encaminadas a mejorar la calidad de vida de los infantes, y a pesar de que en campaña divulgó el lema de “primero los pobres”, en los hechos la pobreza se ha incrementado, afectando con ello a millones de niños.
5.2 millones de niños en la calle es un mundo de infantes por los que el Estado mexicano no responde, no le importa su existencia y mucho menos le interesa invertir los recursos necesarios para acabar con su triste realidad.
La riqueza para algunos va en aumento, por ejemplo: “Catorce ultrarricos acaparan el 8 % de la riqueza en México. Las 294 mil personas más ricas acumulan el 60 % de la riqueza, es decir, 0.2 % de la población posee seis de cada diez pesos de riqueza en el país” (El Economista, 24 de enero de 2024).
La Oxfam deja ver que en este Gobierno, el proceso de acumulación y concentración de la riqueza se ha mantenido e, incluso, ha aumentado.
Con la 4T en el poder los problemas sociales también se han agudizado, pues ha crecido la inseguridad, la violencia, el desempleo, la pobreza, y los mexicanos ya no ven la salida de este túnel en el que se mantiene sumido al país.
Así las cosas en México. “No hay apoyo real a la niñez y la falta misma de apoyo gubernamental, hizo que 400 mil personas se sumaran al grupo de pobreza extrema (mexicanos que no tienen ni para comer), aunado al fracaso en la salud, pues 30 millones de mexicanos se quedaron sin acceso a este servicio, además de que millón y medio de personas se quedaron también sin servicios educativos en este sexenio” (Infobae 11 de agosto de 2023).
A pesar de que el artículo 47 de la Ley Federal del Trabajo prohíbe el trabajo para menores de quince años, en México, 3 millones 731 mil 867 niñas, niños y adolescentes trabajan (uno de cada seis menores), cuando su principal interés debería ser estudiar y prepararse para servir a la patria con sus conocimientos; de este grupo, 2 millones de niños realizan labores peligrosas.
Según la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) 2022, publicada por el Inegi, el 13.1 por ciento de los menores de edad en el país laboran en actividades como el campo, servicios, comercio, minería y construcción, y en este grupo se encuentra que cerca de 800 mil niñas, niños y adolescentes entre cinco y diecisiete años de edad trabajan jornadas de 35 y más horas a la semana y la mitad de ellos no asiste a la escuela.
En este contexto, 5.2 millones de niños viven en las calles de México, pequeños que no les ha quedado de otra que hacer de la calle su hogar. En este grupo oscilan edades entre los diez y catorce años, que son condenados a intentar sobrevivir en la calle, que habilitan como “hogar”; se les ve principalmente en cruceros, avenidas, mercados y estaciones del metro.
Justo el pasado 12 de abril se celebró el Día Internacional del Niño de la Calle, día que nace como una forma de denuncia de la situación de calle a la que se enfrentan 100 millones de niños en el mundo, donde 40 millones de estos niños están en América Latina, cuyos derechos económicos, educativos, sociales y familiares son vulnerados.
México no se queda atrás en esta triste realidad, pues 5.2 millones de niños en la calle es un mundo de infantes por los que el Estado mexicano no responde, no le importa su existencia y mucho menos le interesa invertir los recursos necesarios para acabar con su triste realidad, que tiene sus orígenes en familias fracturadas por la pobreza a la que viven sometidos millones de mexicanos, y todos los males que de ella se derivan: la delincuencia, violencia, prostitución.
Pequeños que son arrojados a la calle y no tienen más opción que apartarse de sus hogares por todo el maltrato que reciben de sus propios padres, adultos amargados por la triste y cruda realidad que impera en México.
Ya en la calle los infantes son presa fácil del consumo de sustancias que dañan gravemente su salud. Por ejemplo, en México, siete de cada diez niños en situación de calle consumen diferentes tipos de drogas.
El próximo 30 de abril, en México, se celebrará el Día del Niño, día en que debemos reafirmar los derechos de los infantes. Este acontecimiento nos debe servir como reflexión acerca de qué tanto estamos respetando los derechos fundamentales de los niños a la vida, supervivencia, desarrollo, a vivir en familia, al bienestar, a la salud, a la seguridad social, a una vida libre de violencia, a la integridad personal, entre los principales.
El antorchismo nacional elige esta fecha para además, hacer un llamado a las autoridades por el olvido en el que tienen sumida a la niñez mexicana; por ejemplo a todos los niños que están muriendo de cáncer en los hospitales a falta de medicamentos, de los 5.2 millones de niños que viven en las calles sufriendo toda clase de vejaciones, los 3.6 millones de infantes que fueron afectados por este Gobierno por el cierre del Sistema de Escuelas de Tiempo Completo, en las que se les otorgaban alimentos que muchas veces en sus hogares no pueden recibir por la pobreza en la que viven.
“El 70 % de estas escuelas estaban en zonas indígenas, y el 55 % de los menores beneficiados estaban por debajo de la línea de pobreza”, de acuerdo con el Instituto para el Futuro de la Educación.
Pero también hacemos un llamado enérgico para dar con los responsables del asesinato de Vladimir, un niño de tan solo cinco años, asesinado junto a sus padres (dos luchadores sociales antorchistas) en el estado de Guerrero. Este 12 de abril se cumplió un año de su muerte a manos de criminales desalmados y no hay nadie en la cárcel juzgado por este bestial crimen.
Hoy alzamos la voz por Vladimir y todos los pequeños asesinados, porque vivimos en un país donde la estrategia fallida de “abrazos no balazos” también afecta a los niños, pues “cada día siete menores son víctimas de homicidio” (El Economista, 24 de agosto de 2023).
El antorchismo nacional seguirá levantando la voz y exigiendo justicia. Los niños y todos los mexicanos merecemos un mejor país para vivir, no un país que se está cayendo a pedazos por todos los problemas sociales, para lograrlo todos debemos unirnos para formar una gran fuerza social que acabe con tanta pobreza y con tanta injusticia.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario