Después del artero crimen de dos líderes Antorchistas y su pequeño hijo en Guerrero, que mantienen latente la indignación de la gran mayoría de mexicanos, las autoridades encargadas de dar con los asesinos brillan por su ausencia, en un caso más de impunidad que demuestra que el gobierno llamado de la Cuarta Transformación que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, no ha logrado contener a las bandas criminales que parecen empeñadas en aterrorizar a los mexicanos en diversos rincones del país.
La indignación ciudadana ha crecido cual bola de nieve después de que han pasado los días y no se hace justicia en ese caso que es condenable y debe mantener encendidos los focos de alerta para todos los mexicanos.
Porque los hechos cobardes donde torturaron a un menor delante de sus padres para asesinarlos, no tiene nombre y hasta el momento no hay un solo detenido, ningún culpable, mientras que el gobierno federal ha guardado silencio.
Como se recordará, Conrado Hernández Domínguez, líder del Movimiento Antorchista en Chilpancingo de los Bravo fue asesinado el pasado 12 de abril, así como su esposa Mercedes Martínez Martínez, dirigente de los antorchistas en la zona de La Cañada y su hijo Vladimir Tlacaélel, de 7 años, en el estado de Guerrero.
El Movimiento Antorchista se encuentra denunciando los hechos en todas las entidades federativas del país, por lo que se exigen los siguientes puntos:
"Que los encargados de procurar justicia en el estado abran una investigación, que sea seria y apegada a los hechos, para encontrar a los autores intelectuales y materiales del triple asesinato. Y que los encarcele".
Al gobierno del estado de Guerrero, que encabeza Evelyn Salgado Pineda, use toda su estructura para garantizar que se haga justicia y se castigue a los responsables de estos crímenes atroces, además de ofrecer condiciones de seguridad para todos los antorchistas, exigiendo que, cesen las agresiones y asesinatos.
En dado caso que no haya resultados a corto plazo en las investigaciones para encontrar y encarcelar a los asesinos, se realizará en Chilpancingo una marcha con miles de guerrerenses. Si no hay después justicia, entonces iniciarán una serie de movilizaciones regionales o nacionales en Guerrero y en cada estado.
Los hechos de terror siguen registrándose en México, echando por los suelos la famosa frase lapidaria esgrimida por el Presidente de “abrazos no balazos” que no ha dado resultados hasta el momento y donde parece que se abandona a su suerte a los ciudadanos.
En caso de que esos hechos hubiesen sido perpetrados por bandas del crimen organizado, el presidente López Obrador ha negado cualquier relación con los “capos” después de los comentarios que hace tiempo esgrimiera su excolaborador de seguridad, Manuel Espino Barrientos, sobre un presunto “plan de pacificación” para el país que consistía en sentar y dialogar con los principales capos del narcotráfico en México para pactar con ellos un “acuerdo de paz”.
Desde su conferencia mañanera, el mandatario negó la existencia de diálogo o pactos con el crimen organizado; “Tanto la llamada delincuencia organizada como de cuello blanco, no hay ningún acuerdo, ningún pacto, está bien pintada la raya, la frontera. Una cosa es la autoridad y otra cosa la delincuencia”, dijo López Obrador.
Por ello es necesario que en este caso actúe con prontitud el gobierno federal para dar con los autores intelectuales y materiales de tan artero crimen, que mantiene latente la indignación de los mexicanos en toda la Nación y que no tarda en desbordarse una vez que los Antorchistas salgamos a manifestarnos con mayor energía.
Porque hasta el momento, no queda duda alguna de que en México hay impunidad cuando se atenta en contra de las clases pobres, de todos aquellos que desde Antorcha pugnamos por arribar a mejores niveles de bienestar demandando atención a nuestras necesidades más apremiantes, para desterrar la pobreza en México y terminar con esa paz de panteones que se respira en la patria.
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