Aprovecho el presente para enviar, a nombre del Movimiento Antorchista en Tlaxcala, nuestro pésame a las familias afectadas por los estudiantes universitarios fallecidos en el terrible accidente en la autopista Tlaxcala-San Martín el pasado viernes 28 de febrero. Y aunque la solidaridad debe ser concreta para que valga, quiero materializarla de la siguiente forma.
La juventud tiene la capacidad de transformar la sociedad con ideales grandes, siempre buscando lo mejor para todos.
Los jóvenes, por su naturaleza, tienden a querer transformar las cosas, a construir algo que sirva para una sociedad mejor. Ahí donde la gran mayoría deja pasar cosas sin que se inmute, la juventud siente aún empatía por el sufrimiento ajeno, tiene aún la sensibilidad a flor de piel.
Otra cosa que destacar es que la juventud siempre realiza acciones de manera desinteresada, es capaz de desprenderse de lo poco que tenga para ayudar, pone así su inteligencia y su fuerza a disposición de los demás. También es cierto que estas características son, por mucho, más marcadas en los hijos de los trabajadores del campo y la ciudad, que son la gran mayoría, a diferencia de los hijos de los ricos.
Por dichas características, si encuentran un camino que les oriente y les explique cómo se mueve la sociedad y a qué intereses obedece, pueden hacer suyos grandes ideales y abrazar para toda su vida la tarea de construir un mundo mejor.
El sistema en el que vivimos sabe bien esto y utiliza todos los medios a su alcance para mantener alejadas a las juventudes de la ciencia que explica qué es la sociedad: el materialismo histórico, que nos explica el por qué, en una sociedad capitalista, la riqueza se concentra cada vez más en pocas manos, y por otro lado se pluralizan los males causados por una pobreza cada vez más honda y más grande entre las masas. Pero también nos indica la salida a un mundo donde todos tengan lo suficiente para una vida digna.
Para mantener alejados a los jóvenes de esta verdad, el sistema los sumerge en el hedonismo, a través de los diferentes medios ideológicos: el cine comercial, la música, el individualismo ante la filosofía de la supervivencia del más fuerte, el consumismo, la vanidad y la ideología burguesa del desprecio al trabajo.
De los jóvenes que logran salir, si no ilesos de este bombardeo ideológico, al menos con una visión de futuro para tener un éxito individual en la vida, los intelectuales son cooptados por la burguesía, para que con sus conocimientos y habilidades aumenten las fortunas de estos últimos. De esta forma, el pueblo queda sin líderes intelectuales que le proporcionen la teoría necesaria para pertrecharse de una ideología revolucionaria y sea el pueblo, el que transforme esta terrible realidad.
Son lamentables y causan mucho dolor todas las pérdidas en vidas de jóvenes causadas por este sistema en decadencia. Por ello, invitamos a todos los padres de familia a que eduquen a sus hijos bajo el cobijo de Antorcha, donde, a través del arte, el deporte y la ciencia, les damos una visión crítica y cultivamos un compromiso con la clase trabajadora.
Necesitamos verdaderos líderes nacidos del pueblo, para defender la patria, que no es otra cosa que el suelo que pisamos, el terreno que cultivamos, la casita que nos cubre de las inclemencias y nuestra familia, cuestiones que hoy por hoy, se ven amenazadas por el imperialismo voraz de Estados Unidos, que no se detendrán si el pueblo no se le pone en frente y a la altura, consciente de lo que necesita nuestro país.
Y a los jóvenes les digo que dejemos a un lado las pretensiones mezquinas de riqueza, pues de este mundo no nos llevamos nada, más que la satisfacción de haber contribuido a la construcción de una sociedad más justa. Como decía el joven Marx:
“Si hemos elegido el lugar en el cual podemos ser más útiles a la humanidad, entonces no podrán agobiarnos los trabajos, porque solamente son sacrificios por todos: entonces no disfrutamos una alegría pobre, limitada, egoísta, sino que nuestra felicidad pertenece a millones, nuestros hechos viven en silencio, pero perduran eternamente”.
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