MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Irresponsabilidad de la 4T cobra factura en Zapotlanejo

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Al momento de escribir estas líneas, la Unidad Municipal de Protección Civil y Bomberos de Zapotlanejo reportó que aumentó a un total de 227 casas y negocios afectados por la inundación registrada la madrugada del pasado miércoles 14 de agosto, a causa del desbordamiento del río La Peñita y de la presa La Tecata, que además cobró la vida de un joven de 21 años que intentó cruzar el río Zapotlanejo en motocicleta.

De acuerdo con los reportes oficiales, se registraron un total de 169 viviendas con daños: 147 casas afectadas en menaje, diecisiete con daño estructural parcial o total, y cinco con daño estructural parcial o total. Además, se reportaron 58 negocios afectados por el agua y daños a la infraestructura del Polideportivo en Las Cuentas y el Estadio Miguel Hidalgo.

No hay lugar a dudas, es la irresponsabilidad de la 4T ante desastres naturales la que acaba de cobrar factura en Zapotlanejo, y no el cambio climático.

Fueron horas de horror e incertidumbre las que se vivieron en este municipio ubicado en las cercanías del Área Metropolitana de Guadalajara.

A través de medios de comunicación y redes sociales circuló la información de que desde las 02:00 hasta las 05:00 horas, cientos de personas perdieron prácticamente todo su patrimonio: muebles, vehículos y hogares, al desbordarse el arroyo Zapotlanejo por el colapso de la presa, llevándose todo a su paso. Entre el lodazal, las personas hundieron sus zapatos, tenis, chanclas, y con los pies descalzos sacaron toda el agua que aún quedaba en sus viviendas.

Algo que se está volviendo normal en nuestro país, sobre todo en estos últimos años, es que tras cualquier fenómeno natural con cierta capacidad destructiva, junto al despliegue de soldados, bomberos y funcionarios de las distintas dependencias relacionadas con el caso que acuden en ayuda de los necesitados, no falta la inundación de demagogia de políticos, la lluvia de promesas de ayuda para las familias damnificadas que perdieron todo, y la reparación inmediata de daños que nunca se cumplen o cuando mucho se cumplen a medias.

Lo más indignante es que algunas autoridades afines al partido político en el poder de la nación, con el claro propósito de justificar su ineptitud para atender eficazmente la emergencia y con ello dejar a su suerte a sus gobernados que sufrieron pérdidas materiales o incluso la pérdida de algún ser querido, todavía se atrevan a atribuir las consecuencias de la tragedia al cambio climático, cuando en realidad todo apunta a que es la irresponsabilidad de la 4T ante los desastres naturales lo que está cobrando factura en Zapotlanejo, Jalisco. Veamos.

Especialistas en recursos hídricos, en un recorrido por la zona del desastre, encontraron que la presa La Tecata tiene estructuras de 50 años de antigüedad, sin mantenimiento y sin compuertas para dejar correr el afluente.

Josué Sánchez Tapetillo, especialista en hidrología, afirma que, aunque la presa colapsada esté en una propiedad privada, no es justificación para que los Gobiernos federal y municipal no hayan realizado los trabajos de rehabilitación correspondientes.

Los expertos también atestiguaron que hay invasiones en el cauce del río Zapotlanejo; varias viviendas que ahora están dañadas no respetaron la zona del arroyo, sin que la autoridad haya hecho algo, en su momento, para evitar una desgracia como la que acaba de ocurrir. 

El cauce del afluente está invadido en muchas partes. Le construyeron un muro, pero lo único que hace es aumentar la velocidad del agua, además de que la altura de la mampostería es insuficiente para contener escurrimientos extraordinarios, aseveran los especialistas.

La Federación abandonó la presa y fue omisa de las invasiones en el cauce del río, y ahora una parte del pueblo jalisciense está sufriendo las consecuencias de su negligencia.

A estas alturas, la mayoría de los mexicanos sabemos que las presas y los cauces de ríos y arroyos son regulados por el gobierno federal a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), y esta dependencia, que incluso cuenta con una estación meteorológica en la cabecera municipal de Zapotlanejo, es la que tuvo que haber estado al pendiente del nivel de la presa, así como del seguimiento de la obra.

Asimismo, no se puede olvidar, en ninguna circunstancia, que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, no conforme con haber eliminado en 2020 los recursos del Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden), en 2023 decidió que los estados y municipios enfrentaran con recursos propios los daños por fenómenos meteorológicos, decisión que fue calificada por algunos actores políticos como una irresponsabilidad.

No hay lugar a dudas, es la irresponsabilidad de la 4T ante desastres naturales la que acaba de cobrar factura en Zapotlanejo, y no el cambio climático.

Frente a este lamentable panorama, el pueblo de Jalisco y del país debe unir fuerzas y, como un solo hombre, exigir al Gobierno federal la ejecución de obras hidráulicas con capacidad de evitar inundaciones por colapso de presas y por desbordamientos de cauces de ríos y arroyos, como recomiendan los expertos.

No hay que esperar otra tragedia para actuar. Investigadores de la Universidad de Guadalajara documentan que, dentro del Área Metropolitana de Guadalajara, así como en otros puntos de la entidad, hay ríos y arroyos que tienen el riesgo de desbordarse, como los arroyos del Guayabo, el Garabato, o el mismo Arroyo Seco, que desembocan en el canal de Las Pintas en el municipio de Tlaquepaque, o vasos reguladores como El Dean, que han generado inundaciones en años anteriores, afectando a cientos de viviendas.

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