En la Mixteca Poblana Baja se encuentran monumentos religiosos que muestran la fe católica que impera en esa región. En su mayoría son templos con acabados poco elaborados, pero que exhiben su intervención indígena.
Al llegar a Tecomatlán se encuentra la única iglesia con un retablo en su exterior con detalles barrocos muy destacados, lo que la hace agradable a la vista de cualquier visitante y muestra una arquitectura casi única en la Mixteca.
La iglesia pertenece al barroco mexicano del siglo XVII, está orientada de oriente a poniente, y es en su plancha la forma de una cruz latina, lo que asemeja a una cruz tirada en el piso. El trazo de oriente a poniente es elemental, porque simboliza al cristiano entrando a la iglesia que llega desde las tinieblas, ya que esta orientación viene de donde se oscurece y se oculta el sol; caminando hacia el poniente donde está la luz y sale el sol se encontrará el altar de San Pedro Apóstol, patrón de nuestro pueblo.
Fachada: En su retablo principal se puede observar una enorme influencia prehispánica, donde se nota en los rostros religiosos rasgos indígenas, demostrando así los vestigios de los artistas mesoamericanos que plasmaron con su técnica todas estas ilustraciones.
En la fachada sobresalen en los laterales los cuatro evangelistas de la Santa Iglesia Católica .En la parte superior izquierda, se encuentra San Mateo con un ángel a un costado. Esta figura está simbolizada así porque su evangelio se centra en la genealogía de Jesús.
Ubicado debajo de San Mateo estará San Marcos con un león, ya que su evangelio hace énfasis en la majestad de Cristo y su dignidad real, así como el león ha sido considerado tradicionalmente el rey de las bestias .Del lado superior derecho está San Juan junto con un águila, porque su evangelio describe la encarnación del Logos divino, y el águila es un símbolo por excelencia de aquello que viene desde arriba.
En la parte inferior de San Juan se mostrará a San Lucas con un buey, porque su evangelio se centra en el carácter sacrificial de la muerte de Cristo, y el buey ha sido siempre un animal sacrificial por excelencia. En la parte de en medio, de arriba hacia abajo, se encuentra la representación del Dogma de la Asunción de María, donde como muestra de agradecimiento a su benevolencia y fe, otorga su asunción en espíritu y cuerpo. Es por eso por lo que es venerada a los costados por los ángeles y esperada en la parte superior por Jesús, quien tiene una cruz en las manos.
Continuando con la descripción, encontramos un rosetón, el cual es el círculo blanco que rodea la expresión del Espíritu Santo, dando como simbolismo la luz divina .En el centro, como actor principal, se encuentra la imagen de San Pedro Apóstol, patrón de nuestro pueblo quien sostiene en su brazo el libro de sus cartas.
En el arco de su entrada principal se encuentran las letras de JHS, que significan Jesús, Hombre, Salvador. “Jesús Salvador de los Hombres”. La fachada sigue adornada por columnas de tipo estípite, las cuales contienen elementos decorativos como querubines, flores precolombinas, conchas, vírgulas (rayas o líneas muy delgadas) que podrían representar el habla, el aire o el agua, y detalles barrocos no muy elaborados. Dentro de estos destaca la imagen de los “tecuanes” (el que come hombres), un ser totémico, inspirado en el ocelote y considerado como deidad en las culturas mesoamericanas, y en especial los descendientes de Ulmécatl.
Nuestro templo cuenta con una torre campanario que da cobijo a tres campanas, de las cuales se tiene información que se fundieron durante la regencia del padre Félix Reyes, quien también compró el sagrario de metal existente .Incrustados en las partes superiores de la iglesia se encuentran desagües de cantera rosa donde se notan las siglas JHS las cuales están resguardadas por un ocelote o “Tecuan”.
Interior de la iglesia: Todo el interior del templo está cubierto con oro laminado que adorna el estilo barroco que predomina en todo el edificio. Al entrar, de lado izquierdo se encuentra el bautisterio; siguiendo sobre la nave central a los costados se encontraran pinturas que relatan los principales pasajes de la vida de nuestro Santo Patrono San Pedro Apóstol; mismas paredes y techo de la nave principal tienen hojarascas y relieves barrocos bien elaborados, así como también se puede encontrar la imagen de una mitra como símbolo de ser el primer papa y las llaves que le fueron dadas como signo de autoridad de perdonar los pecados y abrir las puertas del cielo.
La cúpula se encuentra en el crucero de las dos líneas que forman la cruz, donde al mirar hacia arriba existe la simbolización del cielo, de donde Dios Padre nos mirará a todos. En los transeptos, que son los costados de la línea que cruza la nave principal, se muestran retablos adornados en oro por figuras barrocas y querubines que adoran a los santos y vírgenes que ocupan un nicho dentro de estos acabados.
Al fondo se encuentra el retablo donde la figura principal es San Pedro Apóstol, quien está resguardado bajo una cúpula sostenida con 4 columnas barrocas donde se encuentran enredaderas de “vid” o uvas, que significan en sus ramas a los discípulos de Dios y sus frutos sus resultados espirituales o Dios mismo.
La iglesia de Tecomatlán se ha convertido en un punto importante dentro del turismo religioso. Al ser única en su arquitectura y con un interior repleto de oro, la vuelve referente del barroco novohispano.
Pero no es más que gracias a la gestión del pueblo de Tecomatlán organizado en el Movimiento Antorchista que este inmueble ha logrado seguir en pie después de una restauración minuciosa y urgente por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia, logrando así preservar su esencia y reconstruir su interior, el cual ya estaba muy perjudicado por el pasar de los siglos.
El templo en honor a San Pedro Apóstol es una muestra más de que la organización de los pobres de México es signo de trabajo constante y tangible a favor de los que menos tienen, así como un compromiso robusto por la preservación de la historia de los pueblos.
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