MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Inseguridad en la capital poblana

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A raíz de que el mundo se paralizó, en 2020, debido a la pandemia de la covid-19, problemas de diferente índole se agudizaron: la pobreza, la salud, la educación, la inseguridad aumentaron, derivados por los millones de empleos perdidos ante las duras decisiones tomadas por aquellos, cuyo patrimonio les permite sobrevivir hasta cinco vidas seguidas, mientras la gran mayoría de desposeídos de medios para producir riqueza, sufrían por no saber como solventarían los gastos de sus hogares.

Después de un tiempo de incertidumbre, en el cual no se supo, a ciencia cierta, los verdaderos datos de la tragedia; las actividades se volvieron a restaurar, aunque desafortunadamente, no se pudieron o no se han podido recuperar la mayoría de empleos que se perdieron durante la pandemia; situación que agudizo aun más la inseguridad, tan solo en el estado de Puebla, existe un problema grave, que en algún momento nos ha tocado vivirlo; la inseguridad, este cáncer social que preocupa por la falta de claridad por parte de los diferentes niveles de gobierno para hacer frente a esta situación.

En lo que va de este año 2022, la inseguridad va en aumento, en el primer semestre aumentó el 22 por ciento respecto al mismo periodo de 2021, pasando de 16 mil 511 denuncias a 18 mil 641, esto según datos oficiales reportados por la Fiscalía General del Estado (FGE) en Puebla. Delitos contra el patrimonio son los que más están a la alza con un 10 por ciento, que equivalen a mil 806, de los que derivan, robo a transeúnte y negocio con un aumento del 16 por ciento; fraudes con un 14 por ciento y robo de vehículo con 5 por ciento. Sumado a esto, esta la encuesta que publicó en julio pasado el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) los poblanos se sienten menos seguros. De marzo a junio el índice de inseguridad paso de 75.8 por ciento a 87.1 por ciento.

¿A qué se debe este incremento de delitos? ¿Quién es el responsable de cuidar que esto no pase?, a esto podemos resumir que todo es producto de una política absurda, en la que se toman medidas sin tomar en cuenta a la parte de la ciudadanía, esa mayoría que se gasta la vida trabajando para adquirir solvencia económica, que en el mayor de los casos, con empleos que tienen salarios miserables, la inflación a todo lo que da, aumentado los costos de la canasta básica; en el peor de los casos y digo peor porque en los últimos meses el alcalde,  Eduardo Rivera, desató una cacería de brujas en la capital poblana, encuentran una posible solución con las acondiciones necesarias para poder emplearse, pero como lo dije, son perseguidos a modo de la Santa Inquisición, criminalizándolos ante el resto de la sociedad, la cual juega un papel de juez.

Ante tales cuestiones, estas personas han optado por la vía más fácil, adentrándose en el terreno delictivo y lo hacen por problemas económicos, esos mismos problemas que el gobierno no ha podido o querido resolver aunque tenga la solución en sus manos, prefiere gastar en cosas innecesarias, en lugar de atacar de raíz o generar soluciones factibles para que el problema de inseguridad disminuya, ya lo vimos con Claudia Rivera, exalcaldesa morenista, que en su periodo no se vio movimiento alguno en temas de interés social, solo se limitó a su propia transformación y seguir a cada paso las indicaciones del Gobierno federal, así, poco a poco, el panorama de abandono se fue convirtiendo en algo cotidiano, algo con el que los poblanos tenemos que vivir, como si fuera natural, la delincuencia invadió y sigue invadiendo el territorio poblano sin que las autoridades hagan algo.

A los poblanos, nos han robado la tranquilidad hasta en nuestra propia casa, ya ni hablar de cual es su sentir cuando tienen la necesidad de trasladarse por las calles de la ciudad, vivimos con la incertidumbre de que en cualquier momento pase una desgracia que tal vez se pudo prevenir con la intervención de las autoridades.

Es tiempo de que los ciudadanos se organicen de forma consciente y tomen en sus manos el rumbo de este país para que las condiciones en las que vivimos cambien para bien de todos, sabemos que no es cosa fácil, pero mientras existan gobiernos que velan por los intereses de la clase rica, las cosas no cambiaran. Debemos crear un cambio en la manera de gobernar, en la que sea primordial el bienestar de la gente trabajadora, solo así estos problemas de inseguridad, desempleo, entre otros; dejarán de ser un asunto secundario en todo el territorio nacional.

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