El Movimiento Antorchista despide a un compañero ejemplar, un gran líder que abrazó con abnegación y congruencia la lucha revolucionaria de los pobres, que trabajó incansablemente, durante toda su vida, por transformar las condiciones de pobreza y marginación de miles de mexicanos. Fue un educador por excelencia, un transformador de jóvenes conciencias que animó a seguir su causa y que continuaran su lucha. Gracias maestro Carlitos por su lucha a favor de la clase trabajadora y por sus sabias enseñanzas.
El ingeniero Carlos Noé Sánchez Rodríguez fue de los iniciadores del Movimiento Antorchista, como estudiante participó en la lucha que logró la transformación de la que hoy es la Universidad Autónoma Chapingo al lado del ingeniero Aquiles Córdova Morán y otros muy destacados luchadores que hoy son prestigiados dirigentes a nivel nacional. Y ya como activista inició el trabajo en la zona norte del estado de Puebla: en Zacapoaxtla “fundó, gracias a la lucha de los lugareños, las tiendas Conasupo” y en Huitzilan de Serdán en donde “su acercamiento con los campesinos y su ayuda en los momentos más difíciles, fueron factor clave para que en 1983 Antorcha ganara las elecciones y llegara al poder el primer presidente antorchista”.
En el año 2000, junto con el compañero Gildardo Gutiérrez Guzmán, inicio el trabajo antorchista en el estado de Tlaxcala. Llegaron al municipio de Santa Cruz Tlaxcala y desde ahí empezaron la ardua labor de formar los grupos antorchistas persiguiendo su educación política y la gradual solución a sus demandas y problemas más sentidos.
Bajo la dirección del maestro Carlitos se organizaron más de 3 mil 500 campesinos que lograron resolver demandas como fertilizante, proyectos productivos, subsidios y créditos a la producción, entre otros, pero también lograron obras de gran trascendencia como la construcción de la carretera de 3 kilómetros para la comunidad de Graciano Sánchez en el municipio de Tlaxco o la elaboración del proyecto y ejecución de la primera etapa de la presa de agua en la comunidad de Díaz Ordaz, en el municipio de Emiliano Zapata. El maestro Carlos se empeñó en demostrar que Antorcha era la única organización capaz de transformar pueblos, de transformar su realidad, a condición de que la gente se organice y luche por alcanzar esas nuevas condiciones, y en muchos casos lo logró, son innumerables los pueblos y comunidades que constatan con sus obras y servicios esa transformación.
Organizó más de 3 mil 500 colonos y gente de sectores populares. Dirigió la formación de nueve colonias distribuidas en los municipios de Tlaxcala, Santa Ana Chiautempan, Santa Cruz Tlaxcala, Tlaxco, Huamantla, Nanacamilpa y Calpulalpan, en varias de ellas encabezó difíciles luchas para resolver sus problemas legales o para la solución de obras y servicios. Atendió, también, a los comerciantes en Huamantla, la gestión de los transportistas por el otorgamiento de concesiones en Ayometla, en general, trabajó por innumerables apoyos para los sectores más vulnerables. Su trabajo como líder del Movimiento Antorchista alcanzó presencia en más del 50 por ciento de los municipios en el estado de Tlaxcala.
Sin lugar a dudas, su trabajo más trascendente fue en el frente estudiantil, en que logró hacer un movimiento de casi mil estudiantes con sus maestros. Logró el reconocimiento oficial de 5 centros educativos de nivel medio superior ubicados en Tlaxco, Huamantla, Atltzayanca y Emiliano Zapata, todos con condiciones dignas para la enseñanza por su infraestructura y personal docente. Impulsó el desarrollo de Antorcha Magisterial. Acompañó siempre la lucha entusiasta de los estudiantes de la FNERRR e inició la lucha por la Casa del Estudiante “Tlahuicole” para alumnos de precarias condiciones económicas. Y sobre todo, logró ganar corazones y conciencias entre los jóvenes para acompañarlo en su lucha, con los que logró estructurar su comité estatal y equipo de activistas, haciendo de varios de ellos consolidados luchadores que hoy cumplen importantes tareas en diferentes frentes de nuestra organización.
Es difícil dimensionar la gran aportación que hizo a la lucha de las masas populares. ¿Cuántas conciencias influyó con su acervo político-filosófico? ¿Cuántas luchas libró con los indígenas y campesinos? ¿Cuánta gente dignificó su vida bajo su guía y trabajo? Sin lugar a dudas, miles de antorchistas y mexicanos, coincidimos en que el ingeniero Carlos Noé se ha ganado un lugar de honor entre el pueblo organizado y consciente de México y que mientras exista lucha social, debido a un injusto sistema de producción que sirve sólo a los intereses de un puñado de ricos que concentran la riqueza condenando a millones a la ignorancia, a la miseria y a la pobreza, el ejemplo de vida que nos deja, nos orientará para no perder el rumbo en la emancipación de los oprimidos. Su legado perdurará entre todos los antorchistas tlaxcaltecas porque se hizo usted un hombre imprescindible, gracias por esa vida ejemplar, gracias por sus enseñanzas maestro. ¡Hasta siempre maestro Carlos Noé Sánchez Rodríguez!
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