MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

In memoriam de Arturo Marín Arroyo

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“...Descubrir,

descifrar,

articular,

poner en marcha:

viejos oficios de los libertadores y los mártires

que ahora son nuestras obligaciones

y que andan por allí contándonos los pasos:

del desayuno al sueño,

del sigilo en sigilo,

de acción en acción,

de vida en vida”.

Roque Dalton

Recordar a quienes consagraron su vida para defender las causas más nobles y sentidas de los mexicanos pobres es un deber de quienes comulgamos con estas ideas y defendemos la misma causa, por eso, aunque de manera sencilla, me propongo en estas líneas, reconocer la labor de Pedro Arturo Marín Arroyo, quien dedicó los últimos 24 años de su vida a organizar obreros y campesinos; primero en Puebla, su Estado natal, luego en Chiapas, y finalmente en Yucatán, donde lo sorprendió la muerte.  

Arturo Marín Arroyo, hombre sencillo y destacado luchador social antorchista, murió a los 47 años de edad, el 16 de septiembre de 2021, víctima de la pandemia de covid-19, que lleva más de dos años y medio y que debido a la ineptitud del gobierno de la 4T para controlarla, provocó la muerte de cientos de miles de mexicanos; un gobierno que nunca priorizó la salud de sus ciudadanos y más bien, se ocupó por implementar distractores de todo tipo, mientras el país se viene abajo y junto con él la vida de millones de mexicanos.

La corta, pero fructífera vida de Arturo, quien desplegara sus últimos ocho años de labor organizativa entre los yucatecos más desvalidos, se materializó en acciones de bienestar material y espiritual que les cambió el rostro a colonias populares y comunidades pobres con acciones de vivienda, electrificaciones, pavimentaciones de calles, aguas potables, escuelas, albergues estudiantiles, casas de cultura entre otras; por eso su accionar, debe servir de ejemplo y empuje para quienes nos quedamos realizando la tarea, porque no hay mejor forma de recordarlo que lograr que el antorchismo en la entidad se multiplique y aumente muchas veces su calidad, para estar a la altura del reto que la realidad nos pone enfrente: organizar y educar a la mayor cantidad de yucatecos pobres.

Llamo a los campesinos, estudiantes y a todos los habitantes de Yucatán, adheridos al Movimiento Antorchista, a no cejar en nuestro intento por conquistar mejores condiciones de vida, como no lo hizo en vida nuestro compañero; antes bien, dispongámonos a seguir hombro con hombro esta lucha, que no es en favor de alguien en particular sino por la consecución de una vida más humana para todos.

Si nos mantenemos unidos y luchamos cada vez más, levantando la bandera de quienes, como Arturo, han dejado la vida en esta lucha, estoy segura de que lograremos que las autoridades de los distintos niveles de gobierno, que hasta ahora han hecho oídos sordos a nuestros reclamos, sabrán que, aunque no resuelvan nuestras demandas, la inconformidad crece y que más temprano que tarde también se les pasará la factura porque la lucha de los antorchistas no es solamente por beneficios de carácter material sino también por la construcción de una sociedad más generosa con todos sus ciudadanos y para eso, se necesita de un gobierno que distribuya la riqueza social que se produce, que vele por el bienestar de todos sus ciudadanos, acciones que ningún gobierno -aunque se diga gobierno de los pobres- lo hace ahora.

Así se explica también, que a cuatro años de haber iniciado la actual administración estatal que encabeza Mauricio Vila Dosal, se niegue a resolver las necesidades de miles de ciudadanos organizados en el Movimiento Antorchista, a pesar de que son necesidades básicas que buscan disminuir las condiciones de marginación en las que viven miles de familias yucatecas que claman por regularizar los asentamientos en que habitan, acceder a los servicios básicos, vivienda, electrificación, agua potable, pavimentaciones de calles, escuelas, atención médica, insumos agropecuarios y apícolas, caminos sacacosechas, despensas, etc., se niega, basándose en la política del gobierno federal, argumentando que los apoyos son directos y que no se puede atender al pueblo organizado, respuesta totalmente falsa, pues tampoco en lo individual, se resuelven la demanda social de los peticionarios.

Por eso, la lucha de los antorchistas busca que el pueblo se inconforme con las injusticias y atrocidades que ocurren todos los días en nuestro país y que actuemos en consecuencia, constituyendo una poderosa fuerza popular organizada, capaz de cambiar los rumbos de esta sufrida patria ya que solamente así, podrá contenerse el monstruoso incremento de la pobreza, de la violencia, los homicidios, las desapariciones de personas, el deterioro de los sistemas de salud, de educación y la marginación que padecen quienes carecen de servicios y vivienda digna, entre otros males.

Antorchistas de Yucatán, el ejemplo y entrega de nuestro compañero nos llama a honrar su memoria y no cejar en nuestra lucha contra la pobreza que lacera la vida de millones de mexicanos, que es nuestra obligación sumarnos a la tarea de organización y educación de las capas desprotegidas de este país para construir un mundo más humano, con un Gobierno más justo que vele por los intereses del pueblo que hoy carece de todo porque Pedro Arturo Marín Arroyo “fue integrante de pleno derecho de ese digno contingente formado por miles de héroes civiles que todos los días acuden a las zonas pobres para hacer crecer la consciencia del pueblo, organizar su resistencia a los abusos del poder, desatar rebeldías y encauzarlas en un gran torrente de millones de mexicanos que juntos construyan un país mejor para sus hijos”, (Homero Aguirre Enríquez, 06/08/2022).

Hasta siempre camarada, tu nombre y tu obra vivirán en todos los hombres y mujeres buenos que te conocimos.

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