MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Impunidad, incidencia delictiva y política

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Y la delgada niña cayó con su bandera,

y el joven sonriente rodó a su lado herido,

y el estupor del pueblo vio caer a los muertos, con furia y con dolor.

Entonces, en el sitio

donde cayeron los asesinados,

bajaron las banderas a empaparse de sangre

para alzarse de nuevo frente a los asesinos.

PN


Queremos impedir que se convierta normal el asesinato de líderes sociales, que se vuelva normal el crimen y el derramamiento de sangre y nos acostumbremos a la impunidad, a que pasen los años y no haya absolutamente nada de justicia. Vamos a intentar evitarlo con nuestras protestas. Porque aquella justicia que se realiza después de un siglo, no es justicia. Queremos justicia ya. 

Así resumió Homero Aguirre Enríquez, vocero nacional del Movimiento Antorchista, el motivo de millones de antorchistas en todo el país para exigir justicia en Guerrero, para que se encuentre, juzgue y castigue, con todo el peso de la ley, a los asesinos de nuestros compañeros Conrado, Mercedes y su hijo, y el llamado que hizo, y hacemos, a todos los mexicanos para que unamos nuestras fuerzas en un movimiento sólido que logre que, a pesar de la montaña de intereses que lo impiden, se castigue a quienes cometen crímenes en contra de gente inocente.

¿Por qué tenemos que mover a la justicia?, ¿habrá quienes no quieran que haya justicia?, ¿habrá quienes se alegren o se beneficien de algún modo con la impunidad o el ocultamiento de los crímenes en vez de combatirlos, castigarlos y, por qué no, erradicarlos de nuestra sociedad? Sí hay. Los primeros en querer que reine el crimen y la impunidad son los mismos criminales. Detrás del crimen y quienes lo ejecuten hay ingentes y obscenas ganancias, que se desparraman salpicando no solo de sangre sino de sucios beneficios -¡malditos todos aquellos que cierran los ojos ante la sangre de semejantes beneficios!-.

Pero ¿también las instituciones?, lamentablemente sí, hay muchos casos de omisiones, connivencias y hasta complicidades de instituciones, o más bien de personas en estas, con los criminales, a cambio de los tales beneficios –¡No creo que sea el caso!, ni lo insinúo, aclaro-, en perjuicio del estado de derecho, de las víctimas y de sus dolientes.

Pero no solo es esta la causa de la falta de efectividad de quienes tienen la encomienda de hacer efectiva la justicia, hay otras menos viles, pero igual de perniciosas y condenables, como ha sido desde que existe la democracia, y la pelea legítima de las fuerzas reales para hacerse del poder político, el ya no tan legítimo manejo de la imagen de quienes compiten, ante quienes habrán de definir con su simpatía y su voto a cuál de los contendientes habrán de favorecer. Cuando no se logran resultados, es más fácil simularlos.

Ocultar los datos del crimen, entre otros, es práctica recurrente de quienes tienen que rendir cuentas de su efectividad, sobre todo cuando las acciones efectivas, mucho más difíciles de lograr, no los favorecen. Esto sucede en todas las democracias modernas, y los problemas no desaparecen dejando de verlos u ocultándolos. 

Apenas la semana pasada, la organización Causa en Común alertó públicamente sobre la posible manipulación u ocultamiento de información oficial de los registros delictivos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). En su “Análisis de los registros de incidencia delictiva y posibles manipulaciones”, la organización aseguró haber detectado anomalías en las cifras presentadas por el organismo, específicamente en el uso de las subclasificaciones en algunos delitos, lo que pudiera acotar artificialmente algunas categorías de delitos de alto impacto.

Describe que en el primer trimestre de 2023 las fiscalías reportaron incrementos en las víctimas de asesinatos, extorsión, violencia familiar y narcomenudeo, que se sumados al reporte de 92,432 víctimas y 542,101 delitos del fuero común a nivel nacional, significan un alza de 10 por ciento en el total de víctimas, y de 7 respecto a los delitos del mismo período de 2022. Pero en el mismo período, el SESNSP registró disminuciones respecto de 2022 en los registros de víctimas de feminicidio (-8 por ciento), secuestro (-27), y trata de personas (-8), por lo que algunos datos podrían indicar manipulación u ocultamiento de información debido a un subregistro.

Esto no es descabellado ni es buscarle chichis a las culebras, baste recordar muy apretadamente la multitud de casos en los que ha sido evidente el maquillaje de datos solamente para dar la imagen de que este gobierno federal ha logrado en los números lo que no ha logrado en los hechos. Los que tienen el poder y lo están eternamente peleando solamente en los medios de comunicación, en la simulación, en las encuestas, hacen uso y abuso de la manipulación, no tuvieron escrúpulos para maquillar sus malos resultados en el combate a la pandemia de la covid-19, ocultar o minimizar las muertes; o maquillar los datos acerca precisamente del brutal incremento de los delitos y la inseguridad; encubrir sus pésimos resultados en salud, educación, desarrollo social, economía; y contestar a la necia realidad que les dice a todos, con datos duros, que su gobierno es un fracaso, ante los cuales salen al paso con “otros datos”, o se atreven a calificar de complot o de campaña negra de los conservadores y fifís los instrumentos de medición y registro, y se atreven a proponer novedosos patrones de medida, acomodados a sus intereses, para demostrar que México está mejor y más feliz gracias a ellos y que, por ello, los mexicanos deben volver a votar por ellos.

Y no son menos evidentes, horrenda evidencia, los números que nos indican que los criminales, ayudando a maquillar los datos, ahora cometen más desapariciones que homicidios, tomándose la molestia de llevarse los cadáveres para desaparecerlos y hasta lavar la sangre en la escena del crimen para “ocultar” el homicidio, ¿y no es también para ello el ruin hecho de que haya tantos desaparecidos, para angustia terrible e inhumana de las madres que no pueden descansar sin encontrar el cuerpo de sus hijos y en ello se les va lo que les queda de vida?

Esto que pareciera desquiciado o imposible es la realidad cotidiana en los tiempos de la 4T, pero el ocultamiento o maquillaje de datos es también causa directa de impunidad y la impunidad, siempre es, a su vez, causa del incremento en el crimen y su eternización.

No lo debemos permitir, no lo vamos a permitir impávidos, no en el caso de este espeluznante crimen y los antorchistas vamos a lograr justicia, a como dé lugar, y sería mejor que las instituciones responsables lo hagan. Ese es nuestro deseo, pero también es promesa.

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