Cada semana algo aparece en la prensa que al presidente de México no le agrada. Esta semana que termina fueron los comentarios que se hicieron al informe de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), en lo que concierne a los costos sobre la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM). Aunque este hecho fue el que más se difundió, no es el único. Destacan también, por las irregularidades detectadas en su aplicación, los programas de asistencia social como jóvenes construyendo el futuro, sólo por mencionar el programa más cuestionado.
Por lo que nos informan los medios de comunicación, debemos deducir que la corrupción en México, no se ha erradicado, como es la buena intención del presidente, quien sigue sin considerar el devenir de la terca realidad, por eso no logra comprender que los problemas que padece nuestra sociedad no son originados por la corrupción sino por el inequitativo reparto de la riqueza social, consecuencia del ya muy ineficiente modelo económico que nos rige.
No es mi interés repetir lo que la prensa especializada ya dijo, ni mucho menos juzgar si es mucho o poco el daño que se ocasionó con esos cálculos mal hechos. Yo, como la gran mayoría de los mexicanos, no tenía acciones ni realicé inversión alguna ahí, su cancelación no afectó mis finanzas; tampoco me ha beneficiado. Lo que sí estamos viendo es que se está deteriorando el bienestar social, el bienestar de ese amplio sector que es el pueblo trabajador, porque se prefirió invertir más recursos públicos en este tipo de obras, que nada tienen que ver con el mejoramiento del entorno social del sector más necesitado. Se afecta a quienes nada tienen que ganar con la construcción o cancelación de semejante obra.
La construcción de un aeropuerto, aun considerando las decenas de millones de pesos que dicen que se ahorraron al decidirse su construcción en diferente sitio al señalado en el proyecto original, para millones de mexicanos nunca significó un beneficio real, concreto y palpable, algo que tenga que ver con percibir un salario bien remunerado, con servicios de calidad y la seguridad en su colonia, con más y mejores servicios médicos, con escuelas dignas con acceso al internet, con el suficiente apoyo a jornaleros y campesinos que les garantice una abundante cosecha para el sostenimiento de sus familias. No conocemos que en algún lugar de nuestra patria se haya informado que, como consecuencia de las "acertadas” decisiones presidenciales, la penuria de esa gran mayoría de mexicanos esté superada y resuelta. Todo ha sido distracción para que el pueblo crea que "ahora ya no es lo mismo”. Pero sólo eso; sólo que crea.
Porque esa es su prioridad que el pueblo crea, López Obrador no está dispuesto a tolerar a quienes señalan los excesos y la corrupción que están apareciendo en su administración. Por eso cuestiona los datos de ASF y exige que se dé por cierto lo que él afirma y se tache de mentira la otra opinión, sin molestarse en aportar los datos supuestamente verdaderos. Exige que se crea lo que él dice, simplemente porque lo dice el señor presidente.
Aunque esta nota la comentaron comunicadores como Francisco Zea, Ciro Gómez Leyva, Denisse Maerker, y algunos medios impresos como Reforma, El Economista, Excelsior TV y La Jornada, entre otros, el blanco de su ira la enfocó contra Loret de Mola y Brozo. Toda persona informada entiende el por qué la ira del presidente se enfoca en estos dos periodistas.
Para el fin de lo que escribo, sólo me es importante remarcar la actitud del licenciado López Obrador cuando se cuestiona su "honestidad", entonces cree conveniente hacer de interés nacional la nota y exhibir a los responsables. Ya desatado, arremete contra todo el gremio periodístico que ha etiquetado como fifí. Los acusa de que con sus mentiras; "buscan dañar su gestión”. Afirma que "todos están al servicio del régimen de corrupción que imperaba y quieren regresar por sus fueros… Es lamentable, vergonzoso, que suceda esto en los medios de información”; manifestó evidentemente indignado en la "mañanera” del pasado viernes. Desde su punto de vista sus funcionarios no cometen tales excesos, aunque esto lo documente la misma Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Y, ¿qué es la ASF? Es el órgano técnico especializado de la Cámara de Diputados, dotado de autonomía técnica y de gestión, encargado de fiscalizar el uso de los recursos públicos federales, que ejerce cualquier entidad federativa, persona física o moral, pública o privada que haya captado, recaudado, administrado, manejado o ejercido recursos públicos federales.
Con toda esa responsabilidad encima, sin más deferencia, el presidente arremete contra esta institución, y se justifica diciendo: "La ASF da un informe y a todos los que son defensores del antiguo régimen corrupto, les da un festín, porque son tiempos de zopilotes”.
Lo que afirmó se lo aprendió al exsecretario de Arte y Cultura de Morena y ahora director del Fondo de Cultura Económica: Paco Ignacio Taibo II. Pero sólo recuerda parte del título: "Temporada de zopilotes: Una historia narrativa de la Decena Trágica”. No recuerda u olvida a propósito lo que este autor escribió ahí: "…una revolución es también la oportunidad para que proliferen oportunistas, demagogos y populistas –es decir "zopilotes"&ndash, que haciéndose pasar por amigos de los pobres en rebelión; prometieron vida digna para ellos”. No estaría mal tomar en cuenta la invitación que hace el mismo autor casi al final de su obra: "a mirar y escuchar cómo y dónde merodean los zopilotes”
Ante tal actitud de doble moral tenemos la obligación de recordarle al señor presidente que nosotros, los antorchistas, seguimos esperando indignados las pruebas de sus afirmaciones y acusaciones sin sustento que alimentaron su campaña mediática, de linchamiento, encabezada por él mismo desde el inicio de su administración en contra de "la antorcha mundial", en clara alusión a nuestro movimiento; el Movimiento Antorchista Nacional.
Sólo que los datos que nosotros tenemos sí son reales, se corresponden estrictamente con la realidad. Es más; presumimos lo que el pueblo organizado a construido en Tecomatlán, Puebla. Lo hecho ahí, es la materialización de lo que consideramos debe ser ejemplo a seguir en cada uno de los municipios que existen en la República Mexicana.
Invito, muy respetuosamente, a conocer cómo se está concretando nuestro ideal de progreso, justicia y bienestar social que queremos para todos los mexicanos. ¡Qué mejor oportunidad para conocer los avances de nuestro proyecto social directamente en voz de nuestro querido secretario general, el ingeniero Aquiles Córdova Morán, hecho en reciente video-mensaje dirigido a todo el pueblo de México!
Termino, diciendo que no nos sorprende la actitud de doble moral del licenciado Andrés Manuel López Obrador, no es nada nueva. La sabiduría del pueblo tiene ya bastante tiempo que ha registrado puntualmente semejante comportamiento para que sirva de previsión a futuras generaciones. El pueblo humilde sabe identificar esta actitud y cuando lo hace afirma irónicamente: ¡Hágase la voluntad de Dios, pero en los bueyes de mi compadre! Vale.
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