MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Gracolomanía y la enfermedad del poder

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"El poder afecta de una manera cierta y definida a todos los que lo ejercen.

[...] Es la enfermedad del poder".

- Bill Ryall.

Fue una noche de 1935, cuando Ernest Hemingway y su amigo Bill Ryall (periodista destacado de su época) comían juntos cuando éste sacó a relucir su teoría sobre que el poder afecta a todos los hombres que lo ejercen, de una manera cierta y definida. Pero Ryall iba más allá, aseguraba que se trata de una enfermedad que llegan a padecer quienes en algún momento llegan a ocupar un puesto de autoridad, narra Hemingway en un artículo que titula "La enfermedad del poder"1.

Hemingway cuenta que Ryall aseguró lo siguiente: "Uno de los primeros síntomas de la enfermedad del poder era la sospecha de que lo rodeaban; luego venía una gran quisquillosidad en todos los asuntos, incapacidad para recibir las críticas, convicción de que era indispensable y de que nada se había hecho bien hasta que él llegó al poder y de que nada se haría bien otra vez a no ser que él permaneciera en el poder"2.

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En otras palabras: delirio del poder, enfermedad en la que se pierde el contacto con la realidad, generalmente después de alcanzar un puesto de autoridad, sufriendo síntomas que van desde la necesidad de recibir halagos hasta la sensación de sentirse elegidos para llevar a cabo una misión trascendental que nadie puede llevar acabo mejor que él.

Pues esto es lo que sucede con Graco Luis Ramírez Garrido Abreu, gobernador perredista de Morelos. Al parece su realidad no coincide con la de los casi 2 millones de habitantes de este estado quienes no se han cansado de manifestar el hartazgo hacia su gobierno y hacia sus políticas públicas que han llevado a esta entidad a su peor crisis de los últimos años.

Pero veamos con detalle. La enfermedad de Graco (que deforma su realidad) le hace asegurar, con una firmeza y una convicción profunda, que en Morelos se está combatiendo la inseguridad y que él ha logrado "disminuirla notablemente" (palabras del propio gobernador). Sin embargo, la realidad de los casi 2 millones de morelenses que sufren la inseguridad todos los días contradice al mandatario, pues durante su gobierno ha habido más de 3 mil 600 homicidios dolosos, Morelos el tercer estado más violento de todo el país, primer lugar en "extorsión por incidencia" y en donde el secuestro también ha aumentado en un 366 por ciento 3.

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Pero no sólo eso, Graco se infla como pavorreal cada que le tocan el tema de derechos humanos, pues dice que "la agenda de derechos humanos es mi convicción de vida". Sin embargo, las fosas clandestinas de Telelcingo (que su gobierno operó de la misma manera como lo hacen los grupos criminales) y el escandaloso número de feminicidios (775 casos registrados) desdicen su flamante convicción por los derechos a la vida y a la integridad física de los ciudadanos.

Pero aún hay más, él asegura estar "orgulloso" de ser un político de izquierda y de encabezar un "gobierno progresista y democrático", pero otra vez la realidad refuta lo dicho. Morelos es de los pocos estados en donde en el último año hubo decremento del producto interno bruto y donde además creció el número de pobres a casi un millón4, además la pobreza laboral es de las más altas con más del 50 por ciento 5.

A todo esto, el gobernador ha asegurado que las protestas de ciudadanos y decenas de organizaciones, entre las que destaca el Movimiento Antorchista (a quien por cierto, el gobernador nos trata como apestosos, como ciudadanos de tercera y se niega rotundamente a solucionar un pliego de demandas muy limitado), son una "confabulación", un complot de fuerzas conservadoras que quieren derrocar al mejor gobierno que ha tenido Morelos en toda su historia.

Así las cosas en Morelos. Mientras la crisis social, económica y política se agudiza, producto de un gobierno que se ha vuelto sordo, ineficiente, antidemocrático, falso, mentiroso e, incluso, represor, Graco Ramírez sigue candidateándose para "la grande" pues "Morelos es ejemplo de lo que se debería hacer en toda la república". Es decir, la "gracolomanía" evidenciando sus síntomas más claros, para lo cual sólo hay 2 salidas: la enfermedad se desarrolla degradando y corrompiendo aún más el poder o el pueblo se une, lucha y organiza para extirpar la enfermedad y así construir una nueva forma de gobierno realmente progresista y popular. Al tiempo.

1 https://heraldodemadrid.net/2015/10/22/la-enfermedad-del-poder/ Consultado el 27 de agosto de 2016 a las 13:40 horas.

2 Ibíd.

3 Fuente: Instituto para la Economía y la Paz.

4 Fuente: Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.

5 Fuente: Elaborado por ¿Cómo vamos? con datos del INEGI y el CONEVAL.

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