MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Gobierno federal abandona el campo quintanarroense

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En su alocado afán e irracional interés por consolidar las obras que marcarán su gobierno, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se olvidó del campo y de las familias que lo hacen producir; dejó de inyectar recursos para garantizar la producción de alimentos, al grado que nuestro país en ese rubro se desplomó del lugar 8 al 15, lo que evidencia una mala administración del Gobierno Federal.

La mala política y las malas decisiones tomadas por el gobierno de la Cuarta Transformación son cada vez más preocupantes, más caóticas porque se está hundiendo a la economía y muy difícil será el recuperarla en el corto o mediano plazo, lo que significará graves repercusiones para los mexicanos.

El campo mexicano, que siempre ha reportado grandes producciones de múltiples alimentos, hoy reciente la falta de recursos y se desploma sin que se visualice un esquema que lo rescate y que lo apuntale.

Hay informes diversos que aseguran que en tres años del gobierno Federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador, el ritmo de crecimiento en la producción de alimentos en el campo mexicano pasó del lugar 8 al 15 a nivel mundial.

Además, hoy México importa tres veces más maíz que hace tres años, así como frijol, arroz y otros productos, lo que afecta directamente a los productores nacionales.

Explicó que además del preocupante bajo nivel de producción de alimentos del campo, la inflación ha crecido, “todo está cada vez más caro, tanto los insumos para producir, así como los productos de la canasta básica”.

Estudios indican que, por ejemplo, el fertilizante subió un 700 por ciento, pues la tonelada que costaba mil pesos ahora se cotiza en siete mil u ocho mil pesos, un gran impedimento para que por cuenta propia los hombres del campo puedan adquirirlo, de ahí su necesidad de ser apoyados con programas que fortalezcan al campo.

Y a pesar del grito desesperado de los campesinos, no hay oídos que los escuchen en el Gobierno Federal, puesto que la prioridad es sacar, por encima de todo y de todos, las obras faraónicas con ordenó el presidente López Obrador, caprichos que están costando miles de millones de pesos, incluidos los que se deben de invertir en el agro mexicano.

El reto para los productores del campo es seguir produciendo con o sin el apoyo del Gobierno federal, aunque sea para poder dar de comer a sus familias, aunque ello signifique que se tengan que importar los alimentos que requiere la sociedad mexicana.

Por eso alarma cuando José Antonio Delgado Gonzales, representante de los productores de calabaza chihua en el estado de Quintana Roo, asegura que algunos cultivos han desaparecido casi en un 90 por ciento.

Ejemplo claro es que hace poco más de 5 años eran más de 2 mil los campesinos que se dedicaban a la siembra de la calabaza de chihua, pero hoy más del 90 por ciento de ellos han abandonado la actividad, principalmente porque no encuentran el apoyo solidario de las autoridades para ayudarlos con semillas, fertilizantes y otros productos que se requieren para lograr buenas cosechas.

El desplome y el abandono del agro mexicano no es más que el resultado de un mal gobierno que por tres años nos ha gobernado, de malas decisiones que han provocado que México retroceda 7 escalones en la clasificación mundial en la producción de alimentos y de continuar esa tendencia nos podría llevar al fondo, del que difícilmente podremos salir.

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