El futbol es el deporte nacional de México; a muchos se nos ha inculcado desde niños la afición por el futbol que se juega de muchas maneras y en equipo, con once o con siete integrantes, en pasto, tierra o cemento y hasta en videojuegos. Pero hoy el tema que quiero tratar es sobre la influencia que tiene el poder en el futbol, de cómo se ha convertido en un negocio oscuro y que, lamentablemente, la violencia se ha apoderado de este deporte familiar.
El sábado 5 de marzo, se celebró parte de la jornada 9 de la Liga Mexicana de Fútbol denominada “Grita X La Paz”, en la que atrajo la atención, de propios y extraños, el partido entre el Club Querétaro y el Club Atlas, en el minuto 61 cuando arribaron al campo aficionados que buscaban resguardarse de una batalla campal entre las barras de aficionados de ambos equipos que desde minutos antes ya estaban enfrentados en los palcos. Este hecho conmocionó a todos y le dio la vuelta al mundo en cuestión de minutos.
La brutalidad y la saña con la que se agredieron los hinchas dejó un saldo de 26 heridos y 30 presuntos implicados según datos de las autoridades, aunque extraoficialmente se dice que hubo hasta fallecidos. Afortunadamente hay un registro grafico que muestra que la seguridad en los estadios es un tema pendiente para la Federación Mexicana de Futbol (FMF), pues lo que más les ha interesado a los dueños de los equipos es el gran negocio jugoso que representa este espectáculo.
A los que nos gusta el futbol, sabemos de antemano que existen rivalidades entre los equipos que se cosechan de manera natural y deportiva, porque cualquier competición genera esa ansia de ganar, pero el juego debe ser honesto, debe de obtenerse con un juego limpio. También en necesario decir que muchas de esas barras a las que hoy achacan la batalla campal en estadio de Corregidora, han sido toleradas y patrocinadas por la mayoría de los empresarios y dueños de equipos para incidir en los resultados de partidos, a costa de agredir y generar rencillas, a costa de amenazar e insultar al rival; con esto crece el temor a asistir a un estadio de futbol en nuestro país, una pena.
Todos esperábamos sanciones ejemplares en el ámbito internacional, se habló de una posible expulsión de México en el Mundial de Qatar 2022 o quitar al país de la candidatura del Mundial 2026 que compartirá sede con Canadá y los EE.UU., pero la suspensión fue suave y solo por la comisión disciplinaria de la FMF a los equipos; el Club Querétaro juagaría a puerta cerrada durante un año como local en una sede diferente al estadio Corregidora, sanción económica, sanción a la afición durante tres años como local y un año como visitante, inhabilitación de su directiva y se regresa la administración a los dueños, pues el club estaba arrendado; la afición del Club Atlas tiene prohibido asistir durante seis meses a los juegos de visitante.
La Federación Internacional de Fútbol Asociación? ?(FIFA) y la Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (CONCACAF) descalificaron los hechos, pero no impusieron ninguna sanción al respecto, debido a que México es uno de los países que más ingresos económicos genera en el mundo, pero no son parejos en las reglas, pues Rusia fue expulsada del mundial 2022 de manera arbitraria por el hecho de que su gobierno tomó la decisión proteger dos territorios pro-rusos de agresiones de los neonazis ucranianos, ahí el futbol no tiene nada que ver, y si fueran justos debería sancionar también al equipo de Ucrania sin tomar partido en ese conflicto.
Considero que es totalmente reprobable y lamentable cualquier acto de violencia. Lo que pasó en el Estadio Corregidora de Querétaro refleja una gran descomposición social y la creciente polarización que vive el país auspiciada por la división generada desde Palacio Nacional por el presidente de la Cuarta Transformación, Andrés Manuel López Obrador ¿Ausencia del Estado de Derecho? México vive una gran crisis económica y en lo social, las cosas están cada vez peor.
Por otro lado, de más de 120 millones de mexicanos no hemos logrado contar con una selección de futbol que sea capaz de lograr una copa del mundo o, por lo menos, pasar a cuartos de final del mundial, esa debería ser la meta para la FMF, para los dueños y el gobierno, masificar el deporte y formar jóvenes talentosos que pongan en alto el nombre de México, pero a los poderosos solo les interesa el dinero que genera el futbol.
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