MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Explotación en pleno siglo XXI 

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Cuando se dio a conocer uno de los movimientos más grandes de jornaleros en San Quintín, quedó evidenciada la explotación que todavía existe en los campos agrícolas de Baja California. No solo en San Quintín se explota al pueblo trabajador, sino también en Mexicali, en los campos de cebolla, en los campos de dátiles, en los campos de lechuga y otras hortalizas. 

Solo así, en una semana, en todo México fueron escuchados los jornaleros de San Quintín, quienes en su momento exigieron un pago justo por las jornadas de trabajo, mejores condiciones laborales, seguro laboral y otras prestaciones, hoy, a 6 años de esta protesta, las cosas siguen igual o peor que antes. 

Dónde se ha quedado el corazón del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aquí, en el municipio que se queda, según él, su cariño, pero el pueblo continúa vivienda en la miseria y en la explotación, de los compromisos que se acordaron con el Gobierno federal, ninguno de ellos se ha revisado o se ha puesto en marcha. 

Jornaleros han denunciado la falta de préstamos, el seguro social aquí no existe, pues a quien quiera trabajar solo se le contrata por el día y esa jornada solo se paga entre los 180 y 250 pesos porque si son niños la paga es menor, sin son mujeres la paga es menos que para los hombres. Así la explotación en estos campos agrícolas está a la vista de todos, pero nadie hace nada, ni los funcionarios del Gobierno municipal, estatal o federal. Aquí quienes tienen la última palabra son los grandes terratenientes que exigen una producción limpia y rápida. 

Se habla de potenciar a San Quintín como la zona de mayor exportación en México en fresas, pero esta potenciación, aunque no se quiera ver así, se traducirá en más explotación, que las jornadas que trabajan ahora o las cubetas de fresas que sacan en unas horas, se doblen; o que las jornadas sean todavía más largas. Así se potencia una industria agrícola con tecnología, explotando, cada vez más, al trabajador sin darle lo que por derecho le corresponde. 

Quiero citar una nota que leí como ejemplo de esta explotación: “En los ranchos agrícolas del Valle de San Quintín existen grandes problemas para los trabajadores, entre ellos el incumplimiento del reparto de utilidades, el pago de salario integrado y la contratación diaria, que se hace sin registro oficial, ni reconocimiento de los derechos laborales, señaló Abelina Ramírez, dirigente del Sindicato Independiente Nacional Democrático de Jornaleros Agrícolas (SINDJA)”.

Es explotación la que realizan las empresas, aseguró en entrevista la líder de esta organización sindical, creada durante la huelga de abril de 2015, cuando los jornaleros detuvieron la producción y paralizaron la carretera transpeninsular para exigir pago justo de jornada y de prestaciones, así como seguridad social.  Las demandas permanecen y adquieren otras dimensiones, como es el caso de los salarios integrados que conjuntan en el pago semanal el aguinaldo, vacaciones, séptimo día y hasta las utilidades, lo que genera opacidad tanto en sueldo como en las prestaciones de ley que se otorgan.

Para nadie es noticia que, en pleno siglo XXI, la explotación se sigue dando; sin embargo, tiene que ser una noticia alarmante el que los jornaleros de San Quintín se estén muriendo de hambre, que no solo en sus trabajos tengan condiciones pésimas de trabajo, sino que también en sus colonias, ejidos y pueblos se carezca por lo menos de los servicios más indispensables, esto será tema de otro texto.  

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