Como parte de las tareas, directivos y docentes se reunirán para celebrar el último consejo técnico (CT) del presente ciclo. En él se discutirán, entre otros temas, los resultados derivados de la aplicación de la llamada Nueva Escuela Mexicana (NEM). Sin lugar a dudas, es fundamental que se haga un balance de las experiencias obtenidas a lo largo del ciclo escolar, pues ello permitirá identificar los retos que tienen frente a ellos los colectivos docentes, sobre todo por los muchos errores y vacíos que tiene la NEM.
Cuando en 2022, Leticia Ramírez fue nombrada titular de la SEP, en una entrevista le preguntaron: en el nuevo modelo educativo, ¿cómo va a aprender un niño las matemáticas en segundo de primaria?
El triunfo del partido que hoy gobierna México significa la continuidad de las políticas actuales en materia educativa que, como se ve, no servirá para combatir el rezago en ese ámbito.
Y la respuesta de la flamante titular de la SEP fue: “mmm, no podría contestar eso”. Esta declaración se convertiría en un mal precedente. Este año, si los niños de primaria aprendieron matemáticas, seguro fue a los esfuerzos extraordinarios que hicieron los maestros en dos sentidos: por una parte, tratando de sacar el mayor provecho a los malísimos libros de texto que no solo carecen de contenido y, por otra, haciendo gala de su experiencia para que, a través de sus conocimientos en pedagogía y didáctica, los niños aprendieran las matemáticas correspondientes.
Seguramente, sucedió lo mismo en lenguaje; es decir, si los niños avanzaron en el aprendizaje del lenguaje oral y escrito y desarrollaron algún grado de gusto, apego por la lectura también fue por el esfuerzo de los docentes, pues así como el gobierno expulsó a las matemáticas de los libros, lo mismo hizo con la literatura.
En lo que hace a las ciencias naturales las cosas no son mejores. Lejos de encontrar en ellos conocimientos precisos, los libros estuvieron plagados de errores pueriles, por lo que los niños aprendieron poco y mal.
En el libro de sexto año de “Nuestros Saberes”, en la página 120, se habla de las fuerzas de atracción y de repulsión. En las fuerzas de atracción se señala que se mueven en sentidos opuestos y en la fuerza de repulsión se apunta: “En este caso, estas se mueven en sentidos opuestos”.
Entonces, ¿cuál es la diferencia entre ambas si las dos se mueven en sentidos opuestos? Cualquier estudiante de bachillerato conoce la respuesta, pero los que hicieron los libros, parece que no. En la página 126 aparece la siguiente definición de estrellas: “son cuerpos celestes de forma esférica, compuestos de hidrógeno y gas”.
¿Acaso el hidrógeno no es un gas? ¿Con estos libros plagados de errores e insuficiencias podrá educarse la niñez?
Lo antes señalado y muchos otros yerros, es difícil no llegar a la conclusión de que la NEM tiene muchos defectos y, por tanto, sus resultados este año son negativos.
Vale insistir en que, si los niños aprendieron algunos elementos científicos, no fue por la NEM, sino por los esfuerzos permanentes que hacen los maestros por acercar a los niños a la ciencia por medio de todos los recursos que la experiencia ha dado al magisterio.
La aplicación de la NEM ha significado un retroceso en materia educativa y, por supuesto, en materia de desarrollo social, pues reducir a su mínima expresión contenidos básicos en la formación de los niños redundará en una formación deficiente.
Esta situación a la postre impedirá a las generaciones que hoy se educan en este modelo tener las bases para desarrollar su potencial, y les impedirá convertirse en profesionistas, científicos calificados.
Este fenómeno impactará negativamente en el desarrollo del país, pues es claro que el desarrollo de una nación es impulsado por un sistema educativo de avanzada.
El triunfo del partido que hoy gobierna México significa la continuidad de las políticas actuales en materia educativa que, como se ve, no servirá para combatir el rezago en ese ámbito.
Ante esto, los docentes no sólo deben continuar haciendo que los estudiantes logren los aprendizajes esperados; sin ustedes, ¡los niños quedarían en la indefensión ante la ignorancia y el error!
Para que la educación juegue el papel que está llamada a cumplir, es menester que el conocimiento, el saber, se sumen a una gran fuerza social para que, ambas, logren un cambio, un verdadero cambio social. Que así sea.
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