Son tiempos malos, tiempos convulsos, pero no a todos nos va por igual. Las crisis económicas reiteradas, la pandemia mundial, los conflictos sociales y armados, las malas administraciones de los gobiernos, entre otras problemáticas han venido polarizando la sociedad a niveles alarmantes. Pero, con frecuencia ocurre, que la clase social que termina pagando los platos rotos son los pobres, los de por sí golpeados por su condición de vida.
La hiperconectividad de la economía capitalista, las relaciones bilaterales de las naciones y la enorme fábrica de pobres en que se han convertido las naciones tercermundistas, arrojan año con año a familias enteras a las calles en calidad de desempleados. De acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) del 2018 al 2020 (periodo de AMLO) se generaron 3.8 millones de nuevos pobres. De esos que prácticamente sobreviven con apenas el diario para no morir de hambre.
Hay una crisis social en la clase política mexicana también. El hartazgo social sobre la corrupción, el desmantelamiento de instituciones y su uso descarado como negocios familiares lograron que en 2018 se diera la alternancia política al frente de los poderes de la nación, llevando a la presidencia de la república a Morena. Castigando con el voto a partidos políticos tradicionales y a políticos encumbrados y acostumbrados a vivir bajo el amparo del poder y recursos públicos.
Pero, de igual manera con la llegada de la 4T arribaron una serie de lacras políticas como personajes que simpatizaban con paridos contrarios y que ante lo inevitable de la caída de sus otrora familias políticas hoy se desviven por los colores del presidente de la república. Muchos de estos personajes hacen más daño que bien a este partido, varios de ellos fueron recibidos muy a pesar de ser reconocidos como malos elementos o con gusto por la traición a conveniencia de sus intereses monetarios.
En el capítulo de Morena Sonora no son tiempos todavía para hacer juicios estrictamente con carga crítica hacia su trabajo, pues van llegando. Pero, demerita mucho la forma en que llegaron, se habla de compra de votos en varios municipios, la simulación tan evidente de los candidatos a la gubernatura por el PES y PRSP quienes en realidad fueron aliados y hoy han recibido su pago con cargos en la administración de ADM. Y qué decir del espaldarazo y todo el apoyo que desde la oficina del Ejecutivo federal llegó a Sonora para el proyecto de la 4T.
Ahora, como se sabe Alfonzo Durazo ha declarado que le han entregado unas finanzas en terapia intensiva, que el dinero en caja no alcanza ni para el pago de la quincena. Lo cual es el real, cuando menos en su sexto informe de gobierno Claudia Pavlovich habla también de cerca de 4 mmdp de deuda adquirida. En su desesperación por no salir manchada la primera mujer gobernadora de Sonora, intentaron al cuarto para el ratito vender cerca de 10 propiedades del gobierno del estado para sanear las finanzas, tal parece que no se logró el objetivo.
De nueva cuenta, ¿quién sale perdiendo con las malas prácticas del gobierno y la deuda pública? De nueva cuenta la respuesta es: la clase pobre de Sonora. Porque la deuda que deja la administración saliente no desaparece, no se trata de un borrón y cuenta nueva, los prestamistas y proveedores del gobierno siguen cobrando la deuda al estado, de tal manera que a todos y cada uno de los sonorenses se nos carga sin preguntar una parte de esa deuda pública, la cual terminaremos pagando nos guste o no.
Y a cambio de contribuir con sus impuestos forzosos a que los gobiernos federal, estatal y municipal tengan dinero, ¿qué beneficio se supone le toca a la clase pobre? Hasta la fecha le toca o muy poco o nada. La fórmula dicta que el aparato de gobierno debe recaudar impuestos de la población para convertirlos en obras y servicios que mejoren la calidad de vida de la población, esa es la función del estado o ayuntamiento. Pero, ya vemos lo que descubrió el Coneval en 2020, más pobreza por ingresos, millones de gentes sin acceso a la salud, millones de mexicanos con pobreza alimentaria, millones sin acceso a servicio de agua potable, etc.
Y con la pena, pero todos estos datos son única y exclusivamente resultados de la 4T. Por el bien de México y de Sonora conviene que nos esforcemos por hablar con claridad al pueblo pobre de nuestra patria acerca de una mejor manera de vigilar al gobierno. No basta con levantar el dedo y quejarse en las redes sociales o en la lejanía de su hogar despotricar contra políticos corruptos y mentirosos, lo difícil del problema necesariamente requiere de soluciones difíciles. Por eso en Antorcha hemos trazado ya desde hace poco más de 46 años una línea política básica pero muy efectiva: ¡organízate, edúcate y lucha por lo que por derecho te corresponde! No hay funcionario público, ni político del sistema que tolere ver a una colonia o comunidad organizada y dispuesta a luchar por llevar agua potable, drenaje, electrificación a su pueblo, eso les incomoda bastante.
La clase política no tolera al pueblo organizado, educado y luchando porque representa una oportunidad menos de poder seguir robando o disimulando hacer su trabajo a costillas de la clase pobre. Por eso, desde este humilde espacio hago el llamado fraterno a los sonorenses trabajadores y maltratados por la ineficacia del gobierno a organizarse con el Movimiento Antorchista y disponerse a luchar si fuera necesario para tratar de dejar una patria mejor a nuestras generaciones futuras.
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