De acuerdo a información oficial, proporcionada por la Secretaría de Salud de Tlaxcala (SESA), del 15 de agosto, se confirma 32 personas recuperadas, 6 defunciones y 95 nuevos casos positivos de covid-19. De esta manera, el estado registra 13 mil 433 personas recuperadas, 20 mil 205 casos positivos y 2 mil 563 fallecimientos. De las 6 defunciones reportadas, una se registró en el IMSS y corresponde a una mujer de 64 años; en la SESA fallecieron dos mujeres de 71 y 51 años, así como dos hombres de 51 y 42 años, todos ellos sin ninguna comorbilidad; y un masculino de 82 años con diabetes mellitus e hipertensión arterial sistémica. 3 mil 802 se encuentran en espera de resultado.
Por otro lado, el Sistema de Información de la Red IRAG, de la Secretaría de Salud, de la misma fecha, Tlaxcala se encuentra entre los estados que presenta el 100% de ocupación de camas con ventilador y un 66.66% de ocupación de camas en hospitalización general.
A nivel nacional, hasta este lunes, la secretaria reportó 7 mil 172 nuevos contagios, con lo que se acumula un total 3 millones 108 mil 438 casos confirmados desde que llegó la pandemia a nuestro país. Y en la cifra de muertes, ascendió a 248 mil 652, luego de que se reportara 272 nuevos decesos, respecto a lo reportado un día anterior. Y, en este sentido, en el marco de la tercera ola de covid-19 en México, la Secretaría de Salud estima 133 mil 866 casos activos, es decir, personas que han presentado síntomas de esta enfermedad. Con estas cifras, México ocupa el lugar 14 a nivel mundial en número de contagios y el cuarto puesto como el país con más decesos por la pandemia, detrás de Estados Unidos, Brasil y la India, según la Universidad estadounidense Johns Hopkins. El gobierno no ha logrado domar la pandemia.
Todo lo anterior, es el resultado del relajamiento de medidas y la variante Delta. Relajamiento de medidas que ha sido consentido y propiciado por el gobierno federal, aún en contra de lo que los defensores de la 4T puedan decir al respecto. Es verdad que la población en general tiene una relativa responsabilidad sobre el evidente incremento de los contagios y de muertes provocados por la covid-19; sin embargo, las políticas de intervención para establecer medidas sanitarias más contundentes, que, sí son responsabilidad del Gobierno federal y locales, no han sido tal para evitar dicho relajamiento de la población, pues se promueve a continuar con sus actividades normales: apertura de centros de conveniencia social, playas, centros comerciales, mercados, festividades, entre otros, donde, en lugar de prohibir la realización de estas actividades y la apertura de lugares de concentración masiva, se deja a libre albedrio de los dueños de dichos lugares y de quienes realizan tal o cual actividad, responsabilizándolos directamente del aumento de los contagios.
Y esto tiene una explicación, la reactivación económica del país, que, sin duda, ha generado la mayor crisis económica que hayamos vivido, engrosando las cifras de pobreza en nuestro país. Según el Coneval, en México hay tres millones 800 mil pobres más que en 2018. Cifra que fue rechazada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, manifestando, sin precisar información alguna, que él tiene otros datos.
En este sentido, nadie puede negar la necesidad de una reactivación económica urgente, que saque de esta crisis económica a quienes han sido verdaderas víctimas de esta pandemia que vive el mundo: los obreros, campesinos, amas de casa, comerciantes, vendedores ambulantes, pequeñas y medianas empresas, trabajadores de la salud y de la educación (entre ellos los estudiantes), y demás sectores de la sociedad vulnerables ante este tipo de crisis económica y sanitaria.
En este contexto, para nadie es desconocido que la actividad educativa genera un derrame económico importante en el país, de allí que el regreso a clases se vuelve, para el gobierno federal, una actividad esencial, y no porque le preocupe realmente el atraso educativo que ya se tenía antes de la pandemia, o porque le preocupe la salud mental, física y psicológica de los niños, adolescentes y jóvenes. Las empresas que dominan la economía del país, requieren urgentemente de mano de obra calificada (que se generan especialmente en las escuela públicas) que les permita seguir explotando su fuerza de trabajo y generar e incrementar con ella sus riquezas; además, requiere de todos aquellos quienes se involucran en esta actividad al volverse consumidores activos de los productos fabricados por dichas empresas, y para prueba basta un botón: tan solo los padres de familia, con el regreso a clases presenciales, se les exige, por parte de las instituciones educativas, la compra de útiles escolares que previamente los responsables de los centros educativos han solicitado por medio de una lista, en donde no dejan a consideración de los padres, ante sus posibilidades económicas, la elección de tales útiles, pues se les especifica la marca y el tipo de material que deben llevar, gastando así más de 2,500 por lista, sin considerar a aquellos padres de familia que tienen dos o más hijos en un centro educativo. Agregando a esto el costo de la inscripción, colegiaturas, cuotas de padres de familia, entre otros.
Y aunque se ha dicho que el regreso a clases presenciales será de manera “voluntaria”, en el fondo, persiste la insistencia irracional del retorno a las aulas por lo antes dicho. No importando el aumento de los contagios y muerte por covid-19, que, sean o no afectados los niños y jóvenes, lo cierto es que pueden ser portadores efectivos del virus y que pueden contagiar a familiares de mayor edad; sin embargo, hay prueba fehaciente de que han incrementado los contagios y muerte de niños y jóvenes en el país. Pero es tan lamentable escuchar y leer comentarios de personas que, en su evidente oposición a este criterio, critiquen a quienes no estamos de acuerdo, quieran o no aceptarlo así, con la exigencia del regreso a clases, manifestando que se asiste a fiestas, o cualquier evento de concentración masiva. Pero, ¿quién lo ha propiciado? ¿Quién no ha dado el ejemplo en el uso del cubreboca? ¿Quién invita a la población a salir sin temor? Seguro tendrán otra justificación para estos cuestionamientos.
Ante esto, la Federación Nacional de Estudiantes Revolucionario “Rafael Ramírez” (FNERRR), ha hecho actos de protestas a nivel nacional muy plausibles, manifestando su inconformidad ante la medida tomada por el gobierno de la 4T al considerar fundamental el regreso a clases presenciales, evidenciando que a los únicos que les beneficia esta medida son a las clases dominantes del país. Es inadmisible la postura de que “tenemos que correr ciertos riesgos. Imagínese si no salimos porque nos puede pasar algo, nos vamos a quedar todo el tiempo encerrados, no, debemos enfrentar las adversidades, `los caminos de la vida no son como imaginaba´”. Lo que es igual a decir: es necesario que mueran las personas y enfrentar estas adversidades. Es el colmo.
Totalmente de acuerdo con el regreso a clases presenciales, es fundamental, es necesario, pero primero se deben garantizar las condiciones de infraestructura y de servicios básicos en los planteles y la seguridad sanitaria de todos los estudiantes, eso implica la vacunación de todos ellos. Pero no a costa de la muerte de niños y jóvenes.
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