Los sectores sociales vulnerables, que suman más de 90 millones de mexicanos, están sufriendo las terribles consecuencias de las medidas erróneas que el gobierno federal ha implementado, dando muestras de total incapacidad para defender a las mayorías en esta emergencia nacional. Por necesidad real se implementa la cuarentena, abandonando a los humildes, obligándolos a estar encerrado sin recursos económicos y sin el suficiente apoyo por parte del gobierno, ahí están los más de 60 millones de mexicanos en su mayoría abandonados a su suerte sin tener alimento que llevarse a la boca todos los días. Como hemos visto, los paquetes alimenticios que se han repartido tanto por la iniciativa privada como por ayuntamientos y gobernadores han sido insuficientes, se han entregado de forma desorganizada y en algunos casos con fines clientelares. Ahí están más de 30 millones de trabajadores informales, muchos de ellos perdieron su empleo y no tienen ingresos, pero no se ve ningún acto, por parte de las autoridades, de querer ayudar a este grupo tan numeroso y tan sufrido; por el contrario, si no se queda en casa, serán merecedores de multas a todos aquellos que no respeten la indicación. Y no solo eso, sino que estas familias deben seguir pagando los servicios de electricidad y el teléfono, entre otros, durante la cuarentena, de lo contrario se les cortarán los servicios.
Otro sector muy castigado, son los pequeños comerciantes o emprendedores, que han perdido una parte de su inversión y requieren de pequeños créditos, para reactivar su economía; hasta el día de hoy no han llegado los apoyos y para otorgarlos piden una serie de requisitos burocráticos que para la mayoría de los solicitantes es imposible cubrir. Como sabemos, muchos de estos microcréditos serán entregados con miras clientelares a las próximas elecciones, entonces no serán otorgados a los que verdaderamente los necesitan sino los que ofrezcan más capital político para el partido en el poder. Por el contrario, vemos que se continúan impulsando sin ningún titubeo desde el gobierno federal mega obras, como; la refinería Dos Bocas, el tren Maya y el aeropuerto Santa Lucia, destinándole miles de millones de pesos; sin duda ahí están presentes el capital privado, los grandes inversionistas y acuerdos transnacionales, mientras tanto, el pueblo...¡que siga esperando sus microcréditos!, aquí no se ve que se aplique el lema de "primero los pobres".
Otro ejemplo de ello, es el vil desmantelamiento de los diferentes programas sociales que ya existían y un total fracaso en la implementación y operación de los nuevos programas diseñados por la 4T; millones de discapacitados, gente de la tercera edad, jóvenes que ni estudian ni trabajan no han recibido ningún apoyo —que la 4T anunció con bombo y platillo como la cura de todos los males sociales—, por la sencilla razón de que no son simpatizantes del partido que hoy gobierna o ya no hay recurso para darlos de alta en dichos programas. Otra situación que afecta a los mexicanos todos los días, es el encarecimiento sin justificación de los productos de la canasta básica durante esta contingencia, ejemplo de ello son los siguientes; el precio del frijol de 18 a 36 pesos el kilo, el arroz de 14 a 20 pesos, el azúcar de 16 a 21 pesos, etc., un golpe mortal para los bolsillos de los que menos tienen, sin dinero y a comprar productos caros.
Otro sector altamente vulnerable en estos momentos son los trabajadores de la salud en los centros hospitalarios, todos sabemos que están laborando sin material de calidad para su protección, sin insumos y medicamentos, responsabilidad total de las autoridades de la salud, por no anticiparse a resolver esta situación que ya se veía venir, poniendo en riesgo a todos los trabajadores de la salud y a sus familias. Las fatales consecuencias ya las estamos viendo, se llevan registrados a 1,023 trabajadores de la salud contagiados y 61 decesos, cifras muy lamentables, resultado de la irresponsabilidad gubernamental.
Por último, mientras se anunciaba que entrabamos a la fase dos de la pandemia y todas las autoridades estatales y locales, tomaban medidas preventivas para reducir la propagación de la pandemia, los diputados federales de morena en plena contingencia aprobaron la reelección, consecutiva e inmediata en dos periodos para senadores y cuatro para diputados, con 264 legisladores aprobaron la reelección en lo general y en lo particular, dando una muestra de oportunismo y arribismo político, aprovechando el momento de emergencia sanitaria. Tratan de asegurar su permanencia, pero eso no sucederá, estoy seguro que no volverán a sorprender al pueblo, el trabajo de cada uno de ellos debe ser la medida para su permanencia o destitución.
Por todo lo que está aconteciendo, es momento de que los mexicanos hagamos un esfuerzo por encontrar a fondo las causas de los problemas sociales que nos lastiman, darnos cuenta que en México no se necesita un cambio de partido político en el poder, sino un cambio de clase social en el poder. Las equivocaciones, fiascos y tropelías de la 4T, demuestran un gobierno incompetente, todas estas amargas lecciones deben convertirse en destellos que den grandes enseñanzas a las masas para darse cuenta que el pueblo debe construir con sus propias manos, con sudor, esfuerzo e inteligencia su proyecto de nación que siempre ha anhelado; para ello se debe educar, organizar y empezar a jugar un papel activo en la vida política de su país, con esa fuerza social levantarse de este golpe, guiados por una nueva ideología de justicia social y formas de vivir menos desiguales. Si eso aprende el pueblo, se habrá convertido el dolor en una gran felicidad.
Por ahora, es momento de salvar vidas, por eso denunciamos y exigimos a nombre de los sometidos, de los que no tienen voz, se destinen recursos gubernamentales suficientes para medicamentos, alimentos y acciones que reactiven la economía y así soportar los estragos de la pandemia, con la finalidad de proteger a la población. Lo que estamos viendo y sufriendo son las consecuencias de un gobierno inútil e irresponsable, que ha convertido en pesadillas la vida del pueblo humilde, gestando un hartazgo social en las capas más desprotegidas tanto en la ciudad como en el campo. Actuemos pronto y salvemos al pueblo antes de que sea tarde.
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