El hijo del líder huitzilteco asesinado Bartolomé Tadeo habla en entrevista del valor de 41 años de lucha en este municipio
Huitzilan de Serdán, Pue. Bartolomé Tadeo Arellano fue el líder huitzilteco asesinado a manos de los pistoleros de la Unión Campesina Independiente (UCI). Fue el primer presidente de la cooperativa que formó un grupo de huitziltecos valientes que, hartos del clima de violencia, asesinatos y atraso, buscaron cambiar el destino de su pueblo.
El próximo 23 de marzo, los huitziltecos celebrarán el 41 aniversario de la llegada del Movimiento Antorchista al municipio serrano.
Sobre el festejo, Martín Tadeo Berriozábal, hijo de Bartolomé Tadeo, se congratuló por lo que representa para la lucha que encabezó su padre.
Al respecto, mencionó que, desde 1984 hasta la actualidad, en Huitzilan se ha observado progreso, desarrollo y paz, porque el Movimiento Antorchista ha trabajado para que los huitziltecos tengan mejores condiciones de vida.
Bartolomé Tadeo Arellano fue uno de los primeros en organizarse con otras personas para buscar ayuda y terminar con aquella época oscura que vivían. Fue asesinado por la UCI.
“Cuando llegaron los de la UCI, empezaron a vigilar el terreno de Talcuaco, que tenía Juan Aco. Poco a poco llegaron más armados y comenzaron a pelear. Mataban a gente, jóvenes, mujeres; iban parejo. Se peleaban por ese terreno porque los ricos no querían dejarlo”, recordó.
En entrevista, hizo la comparación entre el Huitzilan del pasado y el del presente: “Antes no había nada, no había apoyos, no había con qué nuestros papás nos ayudaran para estudiar; no había carreteras, se usaba puro candil porque no había luz; no había casas, y las que estaban eran de cartón. Trabajábamos en el campo. Mi papá me llevaba a cosechar café, pero en ese tiempo ya no cosechábamos nosotros, lo hacían los de la UCI”.
A sus 61 años, no olvida aquella época: “Cuando mi papá abrió la cooperativa, empezó a vender y a traer mercancías. Pero así ya no vendían los ricos, y eso no les gustó. Por eso se enojaron y después lo mataron. Nosotros estudiábamos aquí, en la primaria, pero cuando lo asesinaron, nos fuimos porque también nos querían matar a nosotros.
A mi papá lo mataron un 19 de marzo, cuando iba camino a Zacapoaxtla a pedir más mercancía, pero ya no llegó. Nos sentimos tristes porque él tenía en mente que se hicieran obras, que tuviéramos escuelas como preparatoria y secundaria, clínicas”.
A lo largo de los años, Huitzilan ha visto cambios significativos, en beneficio no sólo de quienes vivieron la época de terror, sino también de las nuevas generaciones. Por ello, destacó la importancia de leer el libro Huitzilan de Serdán, la derrota de los caciques, del periodista Alejandro Envila Fisher.
“Ahora quieren entrar otros partidos, pero no hay que dejarse porque no trabajan en serio; solo buscan problemas. Si entran, no van a trabajar. Antes no vinieron a luchar ni a ayudar. Si de verdad quieren trabajar, ¿por qué no vinieron cuando estaban los problemas? Yo vi y viví esa época, cuando mataban a la gente sin importar si iban a trabajar. A nosotros nos sacó mi mamá y nos llevó al cafetal Tozapan. De ahí salimos y nos quedamos en Zacapoaxtla como dos meses. Por eso es importante leer el libro de Huitzilan, para que sepan bien lo que pasó, porque, si no, otra vez se va a repetir lo mismo”.
Finalmente, invitó a toda la población a festejar los 41 años de lucha organizada y de trabajo de la mano del Movimiento Antorchista.
“Me siento contento de que vamos a celebrar 41 años de la llegada de Antorcha. Ojalá se siga haciendo cada año y trabajando así”, resaltó.
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