MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Entrevista: El rebozo popular de la alegría, desborda el Cuauhtémoc

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"De 43 años, 40 hemos estado aquí": Víctor Castro García, campesino.
"No somos pocos; somos muchos los que estamos en lucha, siempre, por tener una vida mejor": ama de casa poblana.
Ciudad de Puebla. Las primeros contingentes llenan la parte central de la planta baja del Estadio Cuauhtémoc, preparados para celebrar 43 años de trayectoria de su organización: el Movimiento Antorchista.
El Coloso de las Maravillas se ha convertido en un gran hormiguero de hombres y mujeres, quienes, con sus hijos, vecinos y amigos, se encuentran aquí desde las 2:00 de la mañana, combativos y ondeando sus rojas banderas, pese al frío y la hora, contentos de celebrar las batallas libradas y ganadas a lado de su organización.
Hombres como Víctor Castro García no vacilan en afirmar "empezamos con él [líder Nacional Aquiles Córdova Morán] seguimos luchando y lucharé hasta que me haga yo más viejo"; es el testimonio de un campesino, de 65 años, 40 de los cuales los ha vivido en las filas del antorchismo.
"Llevamos toda una vida, conocemos a la organización.Un activista nos ayudó a meter el agua potable a nuestra comunidad, desde entonces estamos con ellos.Conocemos al maestro Aquiles, sus hermanos, su mamá que ya murió, sus hermanas, los conocí en Tecomatlán" dice este hombre que, sentado en las entrañas del estadio, rememora cómo hace tres años estuvo también ahí, en esa ocasión festejando 40 años de lucha del Movimiento Antorchista.
"Somos antorchistas" dice Felipe Palomino, comerciante también de 65 años; él viene acompañado por su hija y su nieta.La pequeña no puede evitar juguetear con la larga bandera roja; y al intenso movimiento de la marea roja, se une la fuerza de esta pequeña de apenas de 6 años que ya ondea con entusiasmo su estandarte, junto a los miles ahí reunidos, entre ellos su abuelo Felipe y su madre, todos ellos eslabones del gigantesco mosaico humano.Los pobres, que desbordan geografías, se congregaron desde diversas latitudes para celebrar los 43 años del antorchismo en la capital poblana.
Originarios de Coatzingo, la familia Chávez viajó durante tres horas para poder estar presente en la gran fiesta en reconocimiento al antorchismo; en su comunidad, los activistas de Antorcha están guiando la exigencia para el proceso de reconstrucción de Culebrita del agua como también se le conoce a esa población,en donde decenas de viviendas resultaron dañadas tras el sismo del 19 de septiembre.
Esteban Rosas, jefe de la familia, no recuerda la hora en que salieron, pero calcula que fue alrededor de las 2:00 de la mañana.Su esposa, Sabina García Chávez, secunda la versión de su marido y precisa que desde la media noche estuvieron en marcha hacia el Cuauhtémoc; asimismo, señala que toda la comunidad se encuentra reunida en este gigante del futbol.Con la experiencia de 65 años vividos en medio de la necesidad, la mujer no desaprovecha la oportunidad de hacerse escuchar: "Necesitamos que nos ayuden por las afectaciones del temblor, ahorita no hay apoyo de nadie; después del temblor mi casita quedó afectada" afirma esta mujer de tez morena que, en medio de esa pena, regala una sonrisa que se desborda entre la multitud ante la confianza que la llevó a reconocer la fuerza social ahí reunida.
Otro par de mujeres domina la muchedumbre; ellas son de la colonia Unión Antorchista, manufactura cien por ciento del antorchismo capitalino.Por ellas hablan sus canas y los años sembrados en sus rostros.Una, María Benita, nos dice que "en 25 años hemos aprendido a que, como personas, tenemos derecho a tener una vida digna, servicios, vivienda, hemos luchado por agua, por luz, por calles dignas, por muchas cosas.En el proceso de formación de la colonia recuerda- estuvimos en las calles, peleando por una vida mejor".
"Me siento contenta, me da gusto ver que no somos pocos, somos muchos los que estamos en lucha, siempre, por tener una vida mejor", dice su compañera, Sonia López.Ambas mujeres se arremolinan prestas al mensaje de su dirigente nacional, Aquiles Córdova Morán."He escuchado sus discursos, me siento bien al saber que hay gente, todavía, que se preocupa por los humildes" destaca María Benita, que a sus años aún vive del trabajo doméstico.
"Hasta donde Dios me preste vida" es la sentencia de María cuando se le pregunta por su militancia en la organización.Su voz es firme entre el ulular que despierta el antorchismo desbordado en uno de los estadios más grandes de México.El Cuauhtémoc hoy se ha vestido de pueblo, hecho que sintetiza el poeta poblano por excelencia, Gregorio de Gante, en su poema "Piropos al rebozo":
Rebozo popular que, en las verbenas
te olvidas de las penas
y eres, entre la loca algarabía,
banderín de los gozos
y estandarte triunfal de la alegría.
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