El pueblo voló con sus propias alas y llegó lejos, más de 200 toneladas de ayuda humanitaria para los tabasqueños en desgracia fue el resultado de la campaña nacional de recopilación de víveres organizada por el Movimiento Antorchista Nacional. Con puntos de acopio en las principales ciudades del país, losmexicanos se volcaron a solidarizarse con su ayuda, unas latas de atún o frijoles, una bolsa de azúcar o un aceite, unos zapatos o ropa no muy usados y algo de medicinas, cualquier cosa donada pensando en el sufrimiento del pueblo en desgracia. Ya no basta pedir o quejarnos del gobierno, la organización del pueblo es posible y los resultados son sorprendentes.
En Morelia, Michoacán fue gratificante participar en un punto de acopio de los 23 que se establecieron en el estado, fue impactante ver cómo familias de muy escasos recursos económicos de las colonias populares y de las comunidades campesinas se desprendieron de parte de su raquítica despensa para solidarizarse con el desvalido; niños y jóvenes con su rostro lleno de alegría y gozo se acercaban a la mesa a dar su donativo pensando en los necesitados, señoras donando medicina y ropa que ya no usan; lo mismo se vivió en Morelia, que en Zamora, Sahuayo, La Piedad, Zacapu, Tacámbaro, Ario de Rosales, Pátzcuaro, Uruapan, Apatzingán, Lázaro Cárdenas, Zitácuaro, Maravatío, Hidalgo, y varios puntos más, donde la solidaridad del pueblo michoacano quedó de manifiesto.
Es del conocimiento de todos la tragedia en Tabasco provocada por los frentes fríos número cuatro, nueve y once, así como los huracanes "Eta” y "Iota” desde el primero de octubre, con una afectación de más de 600 mil damnificados de 14 municipios de un total de 17 que existen en la entidad, si bien es cierto que este fenómeno se repite cada año, este año tuvo dos características especiales a diferencia de los demás: primera, la inundación fue provocada por el Gobierno federal, pues así lo informó el propio presidente de la República con la finalidad de no inundar la capital Villahermosa; sin embargo, después se supo que no era ésta la que protegía, sino su refinería Dos Bocas y la segunda: el poco y tardío apoyo del gobierno a los damnificados; es decir, el abandono en el que se les dejó a las miles de familias afectadas; no hubo un plan de rescate y salvamento, ante la inminente inundación, cada quien se salvó como pudo; no hubo suficientes bombas en los cárcamos, y donde había no tenían diésel para operar, los afectados tuvieron que cooperar económicamente para comprarlo. No hubo distribución de despensas y agua potable oportunas entre los inundados.
Por otro lado, el censo de los "servidores de la nación” (que todos sabemos son activistas a sueldo del partido Morena) no incluyó a miles de familias afectadas, dándose un fenómeno de corrupción, pues llegaban a vender en 500 pesos un folio para tener derecho a la ayuda en la vivienda o enceres domésticos de 8 mil pesos que prometió el Gobierno federal sin decir la fecha de entrega. Las consecuencias fueron catastróficas: hasta tres metros de altura de agua, miles de familias se quedaron sin hogar perdiéndolo todo y quedando expuestas a las inclemencias del tiempo, murieron los animales domésticos y ganado con los que se ayudaban los campesinos para complementar su alimentación, se afectaron los cultivos y se perdió la cosecha; pueblos convertidos en lagunas; incertidumbre sobre qué van a hacer y qué va a pasar. Muchos hablan de que la tragedia es consecuencia de la naturaleza por el exceso de lluvia que rebasa la capacidad de las presas y ríos, que ninguna fuerza humana lo puede evitar y que es un fenómeno natural recurrente; esto último es cierto, que es un fenómeno natural recurrente, pero no es inevitable, el gobierno tiene en sus manos la solución y la propia Comisión Nacional del Agua (Conagua) lo ha dicho, el gobierno debe disponer a tiempo todo lo necesario para enfrentar las consecuencias del fenómeno, un plan suficiente y oportuno para ayudar a los damnificados.
Y segundo, el gobierno puede tomar las medidas técnicas, de obras de infraestructura necesarias para evitar la inundación, hacer lo que otros gobiernos nunca quisieron hacer por falta de presupuesto, pues los pobres no han sido prioridad ni de éste ni de los anteriores gobiernos, aunque el actual dice "primero los pobres” no debería escatimar recursos para resolver el problema: recuperación ambiental, recuperar selva, reforestación, crecimiento urbano ordenado, obras adicionales, mantenimiento y desazolve de ríos, construcción de muros de contención, cárcamos y bombas suficientes para expulsar el agua. Pero nada, no hay acciones concretas, no hay un proyecto, no hay estudios técnicos, no hay obras programadas en el PEF 2021 para invertir significativamente y desmantelaron la Conagua.
En Tabasco hay una solución definitiva, está demostrado científica y técnicamente que las inundaciones son evitables, que no estamos ante una indefensión total de los embates de la naturaleza, nada más que se requiere de un presupuesto, de un recurso que el Gobierno y los diputados de Morena tendrían que destinar para tal efecto, y allí es donde la realidad nos dice otra cosa, que el Gobierno de Morena no está para defender al pueblo, de otro modo ya estarían implementando acciones claras y contundentes para ayudar en lo inmediato con apoyos suficiente al pueblo en desgracia y ya estarían haciendo estudios y canalizando recursos también suficientes para invertir en obras de infraestructura.
Por lo que se ve, no será fácil convencer a este gobierno para actuar, pues se ha caracterizado por decir una cosa y hacer otra. Al pueblo de Tabasco y al pueblo de México no le queda otro camino que el de la lucha y la unión. Los derechos no se consiguen con la súplica, sino con la fuerza organizada del pueblo, por lo tanto, la organización y la lucha son los únicos que nos pueden salvar de futuras inundaciones. Todos unidos por un plan integral de inversión y ya no más Tabasco bajo el agua.
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