MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

En medio del caos, la educación y la organización

image

La educación tempranal, aquella que se da en la infancia, es la clave para la mejora de la sociedad. Así como la naturaleza de las especies que procuran su producción y reproducción, el hombre, no solo como especie físico natural, sino como hombre pensante, consciente, capaz de producir medios de vida, de moldear su entorno para poder vivir, también debería procurar la producción y reproducción de nuestra especie.

El desarrollo integral de una sociedad sucede primero en el desarrollo de cada uno de los individuos que conforman la sociedad a lo largo de su vida, la potencialización de sus habilidades y destrezas físicas y mentales, pero en esta formación inciden decididamente los factores económicos, sociales, históricos, ambientales y culturales de un país o conjunto de países, y precisamente es aquí en donde la necesidad se convierte en capricho.

En efecto, en una sociedad como la nuestra, los valores, la ética, la moral, lo bueno, lo malo, están regidos según considere el sistema bajo el cual está subordinada nuestra sociedad. A través del manto de la ganancia es que se eligen las carreras profesionales por parte de los estudiantes de nivel superior; mientras a los docentes, no a todos he de aclarar, no les paguen las horas que invierten en la educación de los niños, niñas, jóvenes y adolescentes, simplemente no dan clases; si un inmueble educativo, deportivo o cultura, no deja ganancias para recuperar el recurso invertido o si la educación que se va a impartir es solo para le crecimiento del alma, del espíritu, de la crítica, en lugar de la reproducción ideológica de quien se encuentre en poder de financiar las instalaciones, no vale la pena construirse.

Es decir, la educación está subordinada al sistema que rige la sociedad. ¿Pero que nos da este sistema? Miseria, hambre y pobreza, ¿Se puede acaso hablar de valores éticos y morales si el pueblo está hambriento? Por supuesto que no, por eso las muchas reformas educativas por las que ha pasado nuestra sociedad serán siempre erróneas si no se generan reformas que le permitan al pueblo satisfacer primero las necesidades primarias. Una vez satisfechas estas, se podrá ahora si hablar de educación.

Educar significa insertar en los hombres a temprana edad perspectivas concretas. Ante todo, como decía Makárenko, un profundo sentimiento del deber y de la responsabilidad, un espíritu de colaboración, solidaridad y camaradería diametralmente opuesta a cualquier egoísmo individualista, disciplina, dominio de voluntad, con las miras fijas en los intereses colectivos y, por supuesto, condiciones personales y modos particulares que le impidan la sumisión o explotación del hombre por el hombre.

En México, donde tenemos un presidente que cada que habla presume ser diferente, transformador, nuevo, la esperanza del pueblo mexicano; se le invierte más a obras de deguste personal del mismo presidente que a las niñas, niños jóvenes y adolescentes.

En el presupuesto 2023 vemos, por ejemplo, recortes en la salud, donde el presupuesto para vacunas pasa de 30 mil 314 millones 344 mil pesos a 14 mil 21 millones 841 mil 653 pesos, preocupante el fenómeno ya que en el país dos de cada tres niños no cuentan con el esquema completo de vacunación; solo de le destinarán 14 mil millones de pesos al Centro Nacional para la Salud de la Infancia y la Adolescencia.

Además, según datos de la Red por los Derechos de la Infancia en México, cada día desaparecen 14 niñas, niños y adolescentes, uno cada dos horas. Aldeas Infantiles SOS nos dice que más de un millón de niños y niñas perdieron en cuidado de sus padres y vivieron violencia intrafamiliar y de género, desnutrición, pobreza, explotación sexual, narcotráfico, consumo de drogas, migraciones; que 6.1 millones de niños entre 3 y 17 años no asisten a la escuela; 20 millones viven en pobreza; 1.5 millones de menores de 5 años presenta desnutrición crónica; 2.5 millones de niños de 5 a 17 años trabajan. Hablan de impunidad y derechos humanos pero la realidad es esta.

Decía Marx: “El modo como los hombres producen sus medios de vida depende, ante todo, de la naturaleza misma de los medios de vida con que se encuentran y que se trata de reproducir. Este modo de producción no debe considerarse solamente en cuanto es la reproducción de la existencia física de los individuos. Es ya, más bien, un determinado modo de la actividad de estos individuos, un determinado modo de manifestar su vida, un determinado modo de vida de estos. Tal y como los individuos manifiestan su vida, así son. Lo que son coincide, por consiguiente, con su producción, tanto con lo que producen como con el modo cómo producen. Lo que los individuos son, depende, por tanto, de las condiciones materiales de su producción”.

Po lo tanto, el hambre, la miseria, las injusticias, el clasismo y la desigualdad, aunados al hambre de ganancia del sistema y sus métodos implementados para producir y reproducir sus ideas, son la base de la educación que recibe el futuro en potencia de nuestro país y mientras nuestro gobierno siga olvidando en sus planes a los niños, y nosotros no nos decidamos a unirnos por contrarrestar estos atropellos, no estaremos trabajando por el futuro del país, y aquel que no lo hace, no tiene derecho a juzgar el pasado.

El futuro de nuestro país está en decidirnos; decidamos estar con el Movimiento Antorchista y caminar juntos por nuestros niños y por la verdadera transformación y revolución de México.

  • Etiquetas:

0 Comentarios:

Dejar un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

TRABAJOS ESPECIALES

Ver más