La fiesta deportiva más importante, impulsada por el Movimiento Antorchista Nacional, dio inicio el pasado 6 de mayo. Después de dos años de suspender toda actividad por la pandemia provocada por el COVID19, nuevamente renace, más fuerte que nunca y con un alto nivel, este evento de gran alcance entre los amantes del deporte, quienes entusiasmados llegaron de todos los estados del país, para medir fuerzas, para aprender, para hacer amistades, para entregar todo en la cancha.
Con el espíritu aguerrido de todo atleta y apasionado por su disciplina, a los deportistas, maestros, entrenadores, padres de familia y amigos, no les importó viajar, en algunos casos más de 30 horas como la delegación de Chihuahua, o más de 50 horas para los jugadores de Baja California. Nada podría detener el poder llegar a Tecomatlan y luchar por obtener un lugar en esta historia que se está escribiendo para el deporte mexicano.
Como en toda competencia, unos pierden y otros ganan, así son las reglas del juego y todos están conscientes de ello, por eso en el desarrollo de esta importante justa deportiva prevalece el respeto, la disciplina, la unidad, la fraternidad, pues antes de llegar a Tecomatlan, Teco, como muchos le llaman, se realizaron encuentros estatales, se les explicó que, a diferencia de las competencias oficiales, la razón de ser de las espartaqueadas es para unir a todos como un solo gran equipo, no hay diferencia entre los competidores y, por lo tanto, se trata de impulsar el deporte como un estilo de vida, como un pilar fundamental en el desarrollo de cada persona y ellos, los atletas, deben ser un ejemplo de humildad, constancia, disciplina y compromiso.
Esta fiesta deportiva, que la Comisión Nacional Deportiva de Antorcha impulsa, es un evento que nace de las entrañas del pueblo y como tal es para el mismo pueblo, por eso no busca premiar con dinero a los ganadores, no busca hacer del deporte un negocio, todo lo contrario, lucha cada día para que más y más mexicanos tengan acceso a espacios dignos donde desarrollar la disciplina que más les guste, espacios donde se distraigan sanamente, alejándolos de los vicios sociales que tanto daño le hacen a México.
Por su parte, el bello municipio de Teco se llena de vida, sangre nueva, rostros nuevos, risas y llanto de los atletas en cada competencia, los vecinos del municipio son muy hospitalarios, a todos los visitantes los tratan como verdaderos hermanos y tratan, en la medida de sus posibilidades, hacerlos sentir en casa. Ese fraterno recibimiento lo perciben los deportistas y todos lo que se dan cita en este progresista lugar.
En la espartaqueada todos ganan, los derrotados se van retroalimentados, se van satisfechos de haber dado lo mejor y con el firme compromiso de mejorar para próximos eventos, los vencedores por su parte, se dan cuenta de que su dedicación, las horas de entrenamiento, el trabajo en equipo, el ser obedientes a sus entrenadores y el sacrificio de dejar a sus seres queridos para ir a participar, sí da buenos y felices resultados, ellos saben que mantener ese nivel requiere seguir en esa línea, no bajar la guardia porque viene la siguiente edición de estas competencias nacionales.
La fiesta deportiva sigue, el próximo catorce de mayo será el fin de este gran evento, aquí nadie pierde, todos ganan y mientras exista el Movimiento Antorchista Nacional, seguirán existiendo las espartaqueadas deportivas.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario