MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿En dónde quedamos los pobres?

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Este título me recuerda a un eslogan de campaña que fue utilizado hace varios años en la pasada campaña electoral para elegir al nuevo presidente de México, misma en la que la gente votó, creyendo, que votaba por un cambio de régimen, debido a que ya estaban hartos de los antiguos partidos que nunca lograron un México próspero y digno para sus habitantes; en cambio este nuevo partido “era la esperanza de México”, e iba a mejorar las condiciones de los más necesitados.

Fue tan grande y rotundo el triunfo del nuevo gobierno denominado Morena que incluso los partidos opuestos tuvieron una gran baja con respecto a sus seguidores, como bien se dice “estaban en la lona”. Más de 30 millones de personas optaron por un cambio en la silla presidencial, porque como ya se dijo, no querían más de lo mismo y algo que los atrajo aún más, fue la siguiente oración: “por el bien de todos, primero los pobres”,  ya en ese entonces el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) mencionó que en 2018 México contaba con 124 millones de habitantes de los cuales 51 millones 890.9 mil personas vivían en pobreza, casi la mitad de la población de nuestro país se encontraba en esa situación, y con dicha frase emblemática había una “posibilidad” de que el gobierno se preocupara por todos los pobres de la nación. 

Algo que como ustedes, yo y todos los mexicanos hemos visto a lo largo de este sexenio, no pasó, tan solo a mitad del mandato presidencial, la situación de las clases bajas de México no ha hecho más que empeorar. Los economistas dicen que es el resultado de la mala gestión gubernamental de los programas de bienestar y de la economía.

El mismo Coneval alertó que sólo en los dos primeros años de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la población en situación de pobreza creció en 3.8 millones de personas y en 2.1 millones las personas en pobreza extrema. Advirtió que de 2018 a 2020 los de mayor rezago fueron las mujeres, los grupos indígenas, los niños, los jóvenes, entre otros. 

Ahora bien, durante el periodo comprendido entre diciembre de 2018 y el 24 de mayo de 2023, México ha registrado un total de 156 mil 136 casos de homicidios. Esta cifra posiciona al sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador como la administración que acumula más asesinatos, superando los máximos históricos de presidentes anteriores.

Las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) revelan que en el año 2020 se produjeron un total de 36 mil 773 casos de homicidios en el país, estableciendo un preocupante récord como el año más violento registrado hasta la fecha. Le sigue el año 2019 con 36 mil 661 casos, seguido de cerca por el año 2021 con 35 mil 700 y el año 2022 con 31 mil 944 casos. Estas cifras reflejan la persistencia de un problema alarmante de violencia en México en los últimos años. Y cabe preguntar ¿todos aquellos homicidios han sido de los ciudadanos de la famosa clase alta, o incluso los mismos homicidios fueron realizados por esa misma clase?

 Lo que no le han dicho o ignora [el presidente] es que disminuyó un poco la pobreza, pero por el otro lado las carencias sociales han aumentado: hay 50.4 millones de personas sin posibilidad de tratar sus enfermedades de manera digna, el 50.2 por ciento de la población carece de acceso a seguridad social…

¿Y los millones de ciudadanos que murieron a causa del letal virus del SARS-CoV-2? ¿Acaso todos ellos tenían la posibilidad de pagar la atención de los grandes médicos del país, o incluso pagar el pasaje de un pueblo a la ciudad para ser atendidos?, ¿se podría pensar que con un salario de 123 pesos en 2020 se podía pagar los medicamentos y atenciones sanitarias que se requerían para sobrevivir al virus?

¿Se puede pensar que tal vez con ese mismo salario se podía pagar una educación en línea? Estas y muchas preguntas más se las dejo a usted amable lector o lectora.

Lo que es claro aquí es que el sexenio está por terminar y con este panorama el señor presidente se dijo “contentísimo” porque en México se ha logrado disminuir la pobreza y la desigualdad, y aseguró que su lema de campaña “por el bien de todos, primero los pobres”, sí funciona.

“Estoy muy contento, contentísimo porque hemos logrado disminuir la pobreza y la desigualdad en México”, expresó López Obrador en su conferencia mañanera del pasado martes 8 de agosto en Palacio Nacional.

Lo que no le han dicho o ignora es que disminuyó un poco la pobreza, pero por el otro lado las carencias sociales han aumentado: hay 50.4 millones de personas sin posibilidad de tratar sus enfermedades de manera digna, el 50.2 por ciento de la población carece de acceso a seguridad social; en el sector de la salud hay un aumento en la cantidad de personas que no gozan de este servicio, se contabilizan 30.3 millones; hay 29.7 millones de personas en rezago educativo.

Que no nos vuelvan a engañar con cantos de sirena, todos los ciudadanos de México nos tenemos que organizar y luchar por mejores condiciones de vida, no queremos ayudas monetarias que solo le llega a un sector de personas, lo que se busca es que cambien las condiciones de vida de todos los mexicanos; queremos un país más justo y equitativo, donde se distribuya la riqueza nacional y no se malgaste el dinero del erario en simples obras a capricho del presidente. México requiere un cambio real, un cambio en beneficio de la clase trabajadora. 

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