MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

En Coatepec, Veracruz, represión y mentiras de la falsa izquierda

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Dos jóvenes golpeados y encarcelados por unas horas, así como mujeres, niños y personas de la tercera edad violentados por la policía municipal, fue el saldo de la brutal represión que un grupo de antorchistas de Coatepec sufrió el pasado 26 de septiembre en el parque Miguel Hidalgo, por órdenes del alcalde de Morena, Raymundo Andrade. 

Andrade es otro ejemplo fiel y burdo de lo que es la real esencia de los falsos izquierdistas agrupados en Morena, cuyo propósito central no es velar ni defender los intereses de las clases populares y humildes, sino los de quienes concentran la riqueza y el poder del país en sus manos.

A pesar de la tergiversación sobre los hechos, que busca imponer el Ayuntamiento de Coatepec y alguno que otro mercenario de la pluma, las imágenes y videos en los que se ven los golpes, insultos y amenazas de la policía contra los indefensos manifestantes, son prueba contundente de los hechos y hablan por sí mismos; éstos dieron la vuelta al país casi de forma instantánea en medios de comunicación y redes sociales debido a la denuncia de miles de Antorchistas. Y eso hizo que tanto Fabián Cano García, joven dirigente de los antorchistas coatepecanos, como Luis Ventura Fuentes Lozada, comerciante antorchista decidido y firme, fueran liberados pocas horas después de ser arbitrariamente encarcelados.

Los comerciantes antorchistas, respaldados por un grupo de vecinos, protestaban porque el Ayuntamiento no les permite a 5 de sus compañeros regresar a sus lugares de trabajo en el parque Hidalgo, a pesar de contar con los permisos correspondientes expedidos con anterioridad por la Dirección de Comercio y porque no están de acuerdo en firmar un convenio en el que se los obliga a pagar mil pesos mensuales, pues anteriormente la cuota que era de 400 pesos al mes.

Quizá haya quién piense que dicha cantidad de dinero no representa un pago cuantioso, sin embargo, hablamos de gente que vive al día, que apenas gana lo suficiente para sostener dignamente a su familia, por lo que, sin duda, se trata de un abuso total de parte de las autoridades del municipio. Una muestra más de que es totalmente falsa la consigna de primero los pobres que tanto gustan repetir simiescamente los morenistas.

Es falsa la versión que más tarde dio el Ayuntamiento de Coatepec, a través de un comunicado, en el que afirmó que los comerciantes son irregulares, como es falso también que no se haya aceptado la negociación con las autoridades; incluso, minutos antes de que los policías municipales arremetieran violentamente contra los manifestantes, los dirigentes de la protesta aceptaron una mesa de diálogo con el director de Comercio, Juan Carlos Cortés, como ha ocurrido varias veces en los últimos meses, sin embargo, igual que en todas las ocasiones, en lugar de diálogo, los dirigentes antorchistas recibieron amenazas y desplantes prepotentes del funcionario. 

La decisión ya estaba tomada de antemano: o se sometían a firmar el convenio leonino o se utilizaría la fuerza pública en su contra, como finalmente ocurrió, al negarse los dirigentes de la protesta a traicionar las justas reivindicaciones de los comerciantes atropellados.

¿Es así como procede un gobierno que dice representar los intereses de la gente pobre? No, absolutamente no. Así actúan quienes se niegan a reconocer que el comercio informal es una consecuencia inevitable del sistema económico en el que vivimos y que crece y se desarrolla en la medida en que la riqueza social se va concentrando en unas cuantos manos mientras la mayoría de la población se empobrece, como ocurre en México, y que, por lo tanto, perseguir y criminalizar a quienes sobreviven trabajando en la informalidad es victimizarlos doblemente y es, en los hechos, defender los intereses de las clases privilegiadas que ven en la miseria de la gente un hecho que afea el paisaje de los centros históricos y de los pueblos mágicos, como en este caso.

Eso debería tenerlo claro un gobernante sedicente izquierdista, formado en medio de las luchas sociales, como dicen ser los morenistas, estudioso y conocedor del funcionamiento de las leyes económicas que rigen a nuestra sociedad y con una sensibilidad humana producto de una ideología superior realmente al servicio de los que menos tienen.  Pero eso no ocurre en Coatepec.

El alcalde Raymundo Andrade quien, no nos queda duda, dio la orden de golpear y encarcelar a nuestros compañeros, no es para nada un verdadero luchador social, es un porro formado en las filas de la falsa izquierda de este país, sin ideales claros ni verdadero proyecto de nación a favor de las clases trabajadoras; cuya gestión como presidente municipal ha resultado ser decepcionante para la inmensa mayoría de coatepecanos, incluyendo a quienes votaron por él. 

Su nombre ha trascendido en las noticias por su incapacidad manifiesta para atender y corregir los pésimos servicios públicos que le corresponden al municipio, como la recolección y tratamiento de la basura, por tardar meses en reparar unas cuantas calles del centro, por invertir millonarias cantidades de dinero en obras frívolas sin atender los problemas de la gente y por el cobro de piso, multas y moches que su administración perpetra contra los ciudadanos indefensos.

La mayoría de la población en Coatepec sabe que Raymundo Andrade es un simple títere del secretario de Gobierno, Eric Cisneros, quien tiene su domicilio en este municipio y que está amasando una fortuna realizando jugosas inversiones en desarrollo inmobiliario, construcción de plazas comerciales y otros negocios turbios con dinero del erario.

El secretario de Gobierno es conocido por su actitud porril y represiva, y no nos extrañaría que fuera él quien realmente estuvo detrás de la orden del alcalde para reprimir a nuestros compañeros. No sería la primera vez que los antorchistas somos atropellados violentamente por Cisneros Burgos, otro oportunista sin principios que se trepó a la ola morenista en busca de fortuna al amparo del poder.

Contra este tipo de personajes, arribistas y mentirosos, debe dar la lucha el pueblo trabajador, para desenmascararlos y denunciarlos ante la opinión pública como lo que son: oportunistas que utilizan discursos en favor del pueblo pobre y sabio para llegar a los puestos públicos, pero que, una vez instalados en el poder, les dan la espalda y utilizan la fuerza pública para reprimirlos y cometer injusticias en su contra, mientras se ponen de alfombra ante los intereses de las clases privilegiadas. Ya llegará el día en que tengan que responder por sus acciones.

Los antorchistas no desistiremos de nuestra lucha. A nuestros compañeros comerciantes no debe quedarles duda de que el pueblo organizado en Antorcha los ha defendido y arropado de manera decidida y que no es culpa nuestra que no los reinstalen en sus puestos de trabajo. 

La lucha es contra un sistema injusto y contra una clase política que desea mantener esta injusta distribución de la riqueza social, por eso el camino es continuar organizados, tomar conciencia de la necesidad de cambiar esta realidad sombría, en donde la pobreza crece todos los días y los humildes son vejados diariamente, por un país en donde todos podamos vivir y trabajar en paz. Esa es la tarea.

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