El regreso a clases es una bomba de tiempo que nadie debe ignorar, los más perjudicados serían los hijos de las familias de escasos recursos económicos, pues éstos no cuentan con servicios médicos que los atiendan en caso de que se llegaran a contagiar. Anteriormente contaban con el Seguro Popular, con muchas limitaciones, pero de alguna manera tenían la garantía de ser atendidos. En la actualidad el sistema de salud que ha implementado el gobierno de la 4T, prácticamente ha dejado en el desamparo a millones de mexicanos que padecen alguna enfermedad y requieren atención médica, es más, ni siquiera los enfermos graves, como los niños con cáncer tienen medicinas. Se mencionaba que a esta institución solo cambiaba el nombre, pero la realidad es que no tiene la capacidad para atender y frenar los contagios de la pandemia, lo preocupante de esta situación en la que nos encontramos es que esta enfermedad va evolucionando, día tras día vemos en las noticias que aparecen nuevas cepas y en algunos estados, están regresando nuevamente a semáforo amarillo.
Por lo anterior, decir que ya estamos en condiciones para poder volver a las actividades académicas tradicionales; es decir a clases presenciales como lo decretó el presidente de la República, no es del todo correcto, pues en el área educativa conocemos claramente cuál es la realidad; primeramente sabemos que no existe las condiciones óptimas para iniciar las clases, para empezar, los edificios estuvieron abandonados y requieren de mantenimiento, y en algunos casos de reparaciones mayores y que en estas condiciones los padres no pueden solventar, en el caso del personal; es decir, los profesores, si bien es cierto que ya están vacunados no es garantía de que sean inmunes, pues hay casos de personas que habían recibido las dos dosis de la vacuna, por alguna forma contrajeron el virus y fallecieron.
Por lo tanto, entonces no solo se requiere darles mantenimiento a los edificios de las escuelas sino también, y esto es lo más importante, desarrollar un plan de vacunación a todos los niños y jóvenes para que estén en condiciones de regresar a las clases presenciales. Pues sólo de esa manera se estaría protegiendo a la juventud y a los maestros, a la vez se retomaría el proceso educativo que tanto requiere nuestro país. Solo así estaríamos en condiciones de poder atender a nuestros estudiantes, pues ellos son lo más importantes en nuestra institución y en la sociedad mexicana, no olvidemos que son el presente y el futuro de nuestra patria. Pero, por lo visto las autoridades tanto políticas como educativas, no piensan así, se deslindan de su responsabilidad, hay que recordarles que por ley, el Estado debe garantizar la seguridad y brindar las condiciones materiales para la educación de los hijos de los ciudadanos.
Por eso Antorcha Magisterial, a nivel nacional considera que es necesario que tanto la SEP como el sector salud, brinden las condiciones para que los estudiantes y el magisterio puedan ingresar con más seguridad a las aulas; que la Secretaría de Salud destine las vacunas necesarias para los estudiantes y que las autoridades educativas y la autoridad civil, es decir el gobierno federal como el estatal, inviertan para que las instalaciones educativas estén en condiciones de recibir a la población estudiantil.
Mientras no se briden esas condiciones, no se podrá tener un regreso a clases seguro, por lo que exhortamos a nuestras autoridades competentes, que hagan su trabajo de la mejor manera para no lamentarse después. según al diario milenio, publicado el 14 de junio, informa que se tiene un registro de seis alumnos de educación básica, contagiados de covid-19, en la Ciudad de México, eso demuestra que los jóvenes son propensos a enfermarse, si eso no demuestra nada, entonces que es lo que necesitan?, el regreso a clases, es una bomba de tiempo, por lo que las autoridades debe de preocuparles, no queremos más muertes, señor presidente, espero pueda tomar este datos y actuar de una manera más consiente, por eso exigimos una educación critica, científica y popular, los maestros levantamos la voz, por los que no pueden hacerlo.
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