Ríos de tinta se han vertido en miles de artículos sobre el multicitado regreso a clases en este presente año escolar que fue anunciado por el licenciado Andrés Manuel López Obrador (AMLO) junto con el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell y la secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez Meza. En lugar de sumar esfuerzos y capacidades, con eficiencia y rapidez, para transformar la realidad y así mejorarla, han escogido el camino erróneo para así negarla, como quien dice intentan tapar el sol con un dedo. Este tipo de órdenes tan tajantes e indolentes han tenido consecuencias funestas y han optado por la ya mencionada inmunidad de rebaño. Según las estadísticas, la Subsecretaría de Salud informa que, los infectados por covid-19, son alrededor de 60 mil entre niños y jóvenes y más de 600 han fallecido, pero nosotros y muchos de los maestros que se enfrentan a la realidad día con día, sabemos que la cantidad es mucho mayor.
A pesar de una campaña tozuda y constante por los medios de comunicación y el mismísimo Gobierno federal al mostrar cifras elevadas y alteradas sobre el aumento en suicidios en niños y adolescentes “por el encierro” y que también por esta razón subió el índice de obesidad, sólo el 40% de la población estudiantil regresó a clases a nivel nacional; puesto que en algún momento los padres de familia llegaron a tener la duda de si realmente era una opción mandar a sus hijos a las aulas hasta llegar a la interrogante: ¿mando a mis hijos a la escuela con el riesgo de que se contagien y mueran por la enfermedad actual o los dejo en mi casa aislados y que se suicide por la necesidad de querer interactuar socialmente? A más de un mes de haber iniciado el ciclo escolar podemos observar que en nuestro país se impuso la cordura y la sensatez de los padres de familia, ante la orden injusta e irracional por parte del mandatario, no mandando a sus hijos a la escuela. La asistencia en promedio de los estudiantes durante este mes fue escasa ya que el 60% de alumnos no regresó a las aulas, el motivo principal que orilló a miles de tutores a no enviar a sus hijos a la escuela fue el temor a que se contagien por el virus de la covid-19.
El Movimiento Antorchista ha insistido sobre este tema de manera oportuna, pero además muy atinadamente en voz de nuestro presidente nacional de Antorcha Magisterial el maestro Ulises Córdova Morán. En días pasados, Ulises Córdova Morán en un pronunciamiento del día 31 de julio de los corrientes, enfatizó: nosotros no estamos de acuerdo con que se reinicien las clases presenciales en las instituciones educativas del estado porque nos parece que se nos envía a alumnos y a maestros a correr un riesgo inminente de contagio, enfermedad y muerte… estamos seguros que los padres de familia prefieren que sus hijos pierdan un año escolar y no que pierdan la vida, el año escolar se podrá reponer sin grandes consecuencias porque al normalizarse las circunstancias por las que atravesamos podremos regularizar a nuestros educandos trabajando horas extras y de manera más eficiente y más eficaz.
Una vez más el tiempo nos da la razón y demuestra que la postura de Antorcha en este sentido ha sido la correcta, pues desde siempre sostuvimos que la orden al retorno a clases presenciales sin vacunas para los estudiantes y maestros, así como la falta de insumos necesarios para un retorno a clases seguro era en la práctica ordenarles ir a contagiarse, a enfermarse y en muchas ocasiones a morir; era, en resumen, ordenar un suicidio colectivo, un crimen; como la ya conocida teoría del darwinismo social una interpretación de la teoría de Charles Darwin que habla sobre la evolución del hombre por selección natural(supervivencia del mas apto) y que ha sido interpretada Herbert Spencer para incluirla a una teoría evolucionista aplicada a la sociedad y a la cultura, en definición es aplicar a los elementos socioculturales y políticos tanto la selección natural como la selección sexual. Teoría que ha sido utilizada para justificar todo desde la ideología del libre comercio y la explotación brutal de las poblaciones además de justificar la inacción de distintos gobiernos ante las diferentes contingencias sanitarias que han afectado al mundo entero como el Ébola, la peste negra, la gripe abiar y la más actual, conocida y mortal la pandemia por covid- 19.
Por lo mismo se hace urgente la necesidad que más gente crea, se organice y luche junto con nosotros para una defensa verdadera y justa. Nuestro pueblo mexicano debe saber y creer que Antorcha es buena y que sabemos lo que el pueblo necesita, que tenemos la fuerza y la razón de nuestro lado y así poder luchar para conseguirlo, porque como lo dijo Neruda, “aunque no lo crean, ganaremos, los más sencillos, ganaremos”.
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