MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El que está a favor de la 4T está en contra de México

image

Desde que tomó el poder Andrés Manuel López Obrador lo insinuó, y lo dijo claramente a principios de junio de 2020, durante un encuentro en la refinería en Minantitlán, Veracruz. Dijo que las posturas moderadas no tienen cabida y llamó a los actores de la vida pública del país a definirse en favor o en contra de su proyecto de gobierno. Desde entonces, a cada rato lo repite, advierte y demuestra que exige “lealtad a ciegas”, con lo cual ha creado un aparato de estado unipersonal que le ha permitido llevar adelante sus más atrevidos “proyectos”.

Es decir, según su forma de plantear las cosas, solamente puedes estar a favor de él y esto solamente puede ser obedeciendo ciegamente lo que él diga; todo lo demás es estar en contra de él, y, así, la aparente petición de definición se convierte en advertencia y amenaza, ya que, siendo él el estado y teniendo todo el poder (el manejo de los recursos, las instituciones, el aparato coercitivo, etc.), lo puede usar en contra de quienes, de este modo, le están declarando la guerra.

Por supuesto que esa posición maniquea es irreal, pero sobre todo es mañosa y esconde más mentiras que verdades. Pero suponiendo que, en efecto, deba uno tomar posición, ¿qué significaría esto? Según su discurso, documentadamente falaz y lleno de ambigüedades, verdades a medias y mentiras descaradas, apoyar a la 4T significa apoyar a la lucha contra la corrupción, contra los privilegios y por la austeridad republicana, en favor de los pobres, de la renovación de los valores, el progreso del país y la justicia social, en resumidas cuentas. 

Pero hablar es fácil, sobre todo cuando se ha perdido la proporción del decoro y el honor, y no se puede ver así el asunto, aunque él lo diga, sino que debemos ir al terreno de los hechos, de los resultados y así saber sin lugar a dudas qué representa la 4T y si merece ser apoyada incondicionalmente o no por el pueblo mexicano. Debo a advertir al probable lector que, desde que se hizo oficial el triunfo de López Obrador, la organización en la que milito orgullosamente se pronunció en todos los medios que tuvimos al alcance en todo el país, “… Los morenistas ganaron porque convencieron, de eso no hay duda; pero saber si también tienen razón absoluta en sus planteamientos es algo mucho más problemático, que solo ahora, en los hechos y con hechos, pueden y tienen el deber de demostrar… No anticipemos vísperas. Dejemos, pues, que gobierne López Obrador, en paz y con todos los medios del poder nacional a su alcance; no intentemos crearle obstáculos artificiales para hacerlo tropezar y así poder decir que la razón estaba de nuestra parte…” (“Terminó el periodo de las promesas; llegó la hora de los hechos”, por Aquiles Córdova Morán, Secretario General del Movimiento Antorchista Nacional, 05 Julio 2018).

Y en efecto ha tenido todo el poder, como ninguno otro antes de él, de manera que nada le ha impedido demostrar con hechos lo que realmente es su 4T. No tuvimos que esperar mucho, y para no abrumarles con el torrente de casos que demuestran su fracaso como gobierno, diremos solamente que todo lo que dijo resultó mentira: la lucha contra la corrupción no ha rendido ningún fruto, se ha reducido a perseguir a sus enemigos políticos, ningún “pez grande” ha recibido castigo real por sus supuesta corrupción (fuera del caso de Rosario Robles, que más parece venganza visceral) mientras se cultiva, protege y defiende la corrupción propia, la de amigos y parientes, cuyos casos son numerosos y escandalosos.

La lucha contra los privilegios y la austeridad se aplica solamente en los bueyes de mi compadre, pues es también conocido que su aparente humildad esconde graves pretensiones de un ser soberbio que no entiende razones, rodeado de personas que ya desde antes tenían privilegios y no han perdido ninguno sino al contrario, mientras los recortes a los programas, instituciones, fideicomisos, el sector salud, etc., han significado la tragedia de un criminal manejo de la pandemia del Covid-19, el sacrificio del personal de salud, el abandono de la obra en colonias y localidades, y el deterioro de infraestructura y su mantenimiento, cuyo lamentable ejemplo es la reciente tragedia del metro de la ciudad de México, en la que perdieron la vida 26 personas y decenas resultaron, heridos entre ellos quienes quedarán lisiados para toda la vida, que es solamente el cuarto incidente mortal en el metro desde que es presidente López Obrador.

Que la política en favor de los pobres no se ve por ningún lado, además de los programas sociales de transferencias directas, que son muy inferiores a todos los que eliminó, y que sus intenciones son claramente la de atar a los beneficiarios a su proyecto por la vía de la dádiva, aunque los verdaderos ganones son los mismos morenistas que los manejan, mientras el número de pobre y la desigualdad aumentan a pasos nunca antes vistos.

Que la renovación de los valores era vil demagogia que se ha podrido en los escándalos de sus personeros que no bajan de violadores, acosadores, mentirosos, corruptos, ladrones, delincuentes, etc., todos protegidos cortésmente por el manto presidencial, aunque para ello se tenga que violar la Constitución. A la sombra de la Renovación moral, se cometen desde el poder inmoralidades iguales, y peores con mucho, que las de los gobiernos anteriores.

Que el progreso del país y la justicia social, son todo lo contrario y no se ve ninguna esperanza de mejorar, no solamente por la crisis sanitaria y sus secuelas, sino desde antes de ella, y se siguen cometiendo los mismos errores, a pesar de ello. Es decir, no se mira ni de lejos la esperanza de ese “progreso con justicia”. 

¿Necesitamos más tragedias para ver que lo de López Obrador y su 4T era solo discurso, demagogia y engaño?, ¿hay alguien que todavía cree que las cosas están mejorando y que vamos bien, o que ya van a mejorar y es cuestión de tiempo? Yo estoy convencido de que la sarta de aduladores y “apoyadores” de la 4T es solamente un ejército falso de bots, algunos fanáticos que siguen esperando el milagro de la transformación, y no pocos beneficiarios que van desde los corruptazos que hoy gozan de privilegios, hasta, tal vez, el auténtico adulto mayor que cree que realmente recibe más apoyo de la mano de López Obrador. 

Vistas así las cosas, planteada la exigencia de definirse, aunque nadie me lo pregunta y yo no soy nadie, escogería sin duda estar en contra de la 4T y la política de Gobierno de López Obrador, y ponerme del lado del pueblo mexicano. Y a pesar de las amenazas y la guerra declarada, creo que no debemos temer decir la verdad y actuar en consecuencia, pues aunque uno suelto no es nadie, somos millones y podemos hacer valer nuestra opinión.

No tengamos miedo a decir claramente este seis de junio “yo estoy en contra de la 4T” y de Morena, ya tuvieron su oportunidad y la desperdiciaron miserable y criminalmente. Es momento de quitarles el poder que les confiamos en 2018.

0 Comentarios:

Dejar un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

TRABAJOS ESPECIALES

Ver más

FOTOGALERÍAS