MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El pueblo no olvida el dogal que lo mata

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Estamos ante lo que probablemente será la crisis económica más profunda de las últimas décadas y las acciones del gobierno de López Obrador han sido reprobadas por el pueblo y por analistas económicos, incluso, hasta ahora, la administración parece desdeñar las recomendaciones de una nueva e igualitaria política económica que reivindiquen al país; por el contrario, la 4T insiste en el dogma neoliberal de mantener las finanzas públicas sanas, a pesar de la situación de miseria a la que se encauza al país entero.

La pandemia del coronavirus azota al mundo entero y afecta directamente a las masas trabajadoras y enfermos, por lo que ya han perecido más de medio millón de seres humanos. Recordemos que previo a que "el coronavirus" tocara territorio mexicano, el país ya iba en picada hacia la desgracia económica, debido a que nuestro gobierno malgasta el erario en proyectos ilusos e innecesarios, como la refinería de Dos Bocas o el aeropuerto de Santa Lucía. Por si no fuera poco, el globo flotante de la presidencia: "las tarjetas del bienestar", respaldadas y manipuladas debajo de siete programas asistenciales que López Obrador se dedicó a promover en giras proselitistas durante su primer año de gobierno; esas tarjetas no funcionan en su totalidad, pues la base de datos de beneficiarios no cubre ni al 20 por ciento de la gente pobre del país, pero la ayuda no ha llegado ni siquiera al padrón ya registrado.

Sabemos muy bien que meses atrás México vivió el injusto desmantelamiento del sistema de salud; no hubo aumento de presupuesto ni para infraestructura ni para contratar a más personal, por el contrario, lo que vimos fue despido masivo de trabajadores, y un sin número de quejas y reportes por la falta de medicinas. Así nos encuentra la realidad ante la pandemia mundial, más de 90 millones de mexicanos pobres sobreviviendo a una recesión económica agresiva y preocupante, para quienes vivimos con el pueblo. A esto hay que sumarle, para colmo de males, que más de 50 millones de trabajadores, que son los que sostienen la producción del país, están obligados a encerrarse en su casa, inmovilizando así su economía familiar por un periodo indefinido.

Impera en México una enorme desigualdad por lo que ha sido considerado como uno de los países con mayor inequidad en el mundo. Sin embargo, la desigualdad no se limita al ingreso; hay desigualdad en las oportunidades y capacidades para salir adelante, así como desigualdades profundas en las condiciones de vida: la gran mayoría de la población no tiene acceso a seguridad social, no está protegida ante choques adversos a sus ingresos, no tiene acceso a una pensión, etc. Mientras que unos cuantos pueden atenderse en hospitales comparables a los del primer mundo, la gran mayoría asiste a centros de salud sin especialistas, mal equipados, con escasez de medicamentos y largas horas de espera.

Estas desigualdades se agudizan entre subpoblaciones y regiones. Las zonas indígenas, por ejemplo, en donde las condiciones de vida cada día empeoran, la necesidad más apremiante es la del alimento, pues la mayoría de la población no tiene cómo llevar el pan a la casa. Chiapas es el estado con mayor número de municipios indígenas en todo el país, el porcentaje de la población en pobreza es de 79 por ciento, es decir que poco más de cuatro millones de personas no cuentan con lo elemental para gozar de una vida plena, de estos, 1.7 millones de chiapanecos no tiene ni para comer.

El Movimiento Antorchista conoce esta realidad, nos preocupa el hambre y el dolor de nuestros pueblos, por lo que hacemos un llamado profundo y enérgico a el Gobierno Estatal y Federal a que se preocupen y cumplan la promesa vertida ante el pueblo, a que hagan lo que la Patria por decreto les obliga, velar por sus gobernados, guiándolos al buen vivir. Exigimos que el gobierno tenga la mínima sensibilidad y ofrezca a los pueblos vulnerables un programa emergente alimentario que verdaderamente llegue a las zonas más vulnerables y las de mayor pobreza, un programa honesto, sin manotazos ni fines proselitistas. De no hacerlo, la pandemia será por el hambre y el abandono de un presidente que le prometió al pueblo sacarlo de su miseria y lo abandonó entre la desnutrición y la enfermedad. Señor Presidente, recuerde que en esta vida se cosecha lo que se siembra, espero usted haga el bien por las mayorías; recuerde, el pueblo no olvida el dogal que lo mata.

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