Con gran emoción el día 11 de septiembre, los habitantes de la colonia Fraternidad Antorchista, convocados por la dirección estatal de su organización, encabezada por Daniel Osorio García, reunidos en el domo, recibieron la noticia por boca de funcionarios de la administración municipal de Othón P. Blanco de que, por fin, la anhelada demanda de la pavimentación del acceso a su colonia se llevaría a cabo a más tardar a principios de octubre.
Los antorchistas confirman una vez más que el progreso del hogar de cientos de trabajadores sólo se logra si esos mismos trabajadores fortalecen su unidad, fraternidad y lucha.
Esta noticia fue dada a conocer a quienes asistieron a la asamblea por el secretario del ayuntamiento, por personal de la dirección de obras públicas y de desarrollo urbano.
Cada uno de los funcionarios, en su uso de la palabra, fue enfático en que el proyecto de las obras ya fue aprobado, como los 8 millones de pesos para su ejecución.
Además, confirmaron mediante la presentación de una página del periódico Novedades Quintana Roo que ese mismo día la convocatoria para la licitación de la obra se había publicado en varios diarios.
En dicha convocatoria se establece que la empresa que gane la licitación debe comenzar la obra a partir de la primera quincena de octubre y la debe terminar en diciembre.
También abundaron sobre las características técnicas que tendrá la obra de pavimentación, la cual tendrá que garantizar que soporte el paso de los vehículos pesados, sobre todo de la quebradora de los Mercader, que todos en Chetumal saben que por ahí transitan.
Todos los datos expuestos por los funcionarios ante los antorchistas ahí reunidos y sus dirigentes nos llevan a concluir que esta vez, las autoridades municipales están hablando en serio, que no se trata de palabras huecas para salir del paso, para jugarnos el dulce en la boca.
Los antorchistas han aprendido a lo largo de 50 años de lucha a distinguir entre la verdad y el engaño, a defender la verdad y la justicia con todos los medios que les sean posibles, a ser valientes pero también inteligentes, a no dejarse llevar por la irracionalidad.
Por la información y los datos que dieron a conocer ante la asamblea el día 11 de septiembre, los funcionarios del ayuntamiento, afirmando que la obra sí se va a ejecutar, tienen razón los dirigentes antorchistas cuando dicen: hay que dar un voto de confianza a las autoridades municipales.
Es poco probable que expongan a la presidenta, quien va por su segundo mandato, ante cientos de colonos que desde hace dieciocho años están esperando que los gobiernos resuelvan la pavimentación del acceso. Porque si la obra no se lleva a cabo, expondrían a Yensunni Martínez a que, desde el inicio de su administración, la población se sienta burlada por el gobierno que afirma que "primero los pobres". Es poco probable que la presidenta municipal quiera ser reo de ese delito.
Pero, como también lo advirtió el dirigente estatal, los antorchistas deben estar atentos a que la obra se cumpla en los plazos señalados por los funcionarios, para llevar a cabo las acciones que se consideren pertinentes en su momento. Precipitarse con acciones irracionales es un error que hombres y mujeres inteligentes y de buena fe nunca cometerían.
Con el anuncio de la obra de la pavimentación, los antorchistas confirman una vez más que el progreso del hogar de cientos de trabajadores, no sólo de la colonia Fraternidad Antorchista, sino de cualquier parte del país, se logra si esos mismos trabajadores fortalecen su unidad, fraternidad y lucha.
El verdadero peligro es que personas irracionales, por sí mismas o impulsadas por intereses perversos, aparezcan como rayo en cielo sereno y quieran destruir la unidad de quienes verdaderamente han unido su fuerza para luchar por el progreso de todos.
Es de todos conocidos que recientemente la colonia Fraternidad perdió a su líder de muchos años, Bertha Portilla Díaz, por lo que la mejor manera de que quienes la conocieron puedan honrar su memoria es mantener la colonia unida para dar las luchas que aún faltan.
Honrar la memoria de los que se nos adelantaron en el camino siguiendo sus buenos ejemplos es de hombres y mujeres bien nacidos; es una forma de honrar el pensamiento revolucionario del pueblo, de aquellos que se niegan a vivir de forma egoísta, de aquellos que están convencidos de que no sólo les hace falta un acceso pavimentado para mejorar sus condiciones de vida, sino una distribución más justa de la riqueza creada por los trabajadores, por los que están convencidos de que una sociedad más justa no solo es posible, sino necesaria. ¡Honor y gloria a los mártires del pueblo trabajador!
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