Tamaulipas es el segundo estado más seco del país, solo por debajo de Querétaro, así lo dio a conocer el último informe del Monitor de Sequía de México que emite la Comisión Nacional del Agua (Conagua), con datos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), fechado el tres de octubre pasado, que comprende el periodo entre el 16 al 30 de septiembre de este año. Las cifras oficiales dicen que el 90.1 por ciento del territorio estatal se encuentra con algún grado de afectación por sequía.
De los 43 municipios 35 se encuentran con sequía: 12 en la categoría “D1 Sequía moderada” y 23 en la “D2 Sequía severa”; solo 8 se encuentran en la “D0 Anormalmente seco” que no es considerada como sequía por el informe. Las categorías “D3 Sequía extrema” y “D4 Sequía excepcional” no se registraron en el estado.
Revisando los datos más de cerca, nos encontramos que en la sierra tamaulipeca: Bustamante, Miquihuana y Palmillas se encuentran en la categoría de “anormalmente seco”, por lo que se puede decir que están saliendo del problema, Jaumave en “sequía moderada”, Ocampo y Tula en la de “sequía severa”. Los meses de junio, julio y agosto fueron los más difíciles para esta región, pues todos se encontraban en “sequia severa”.
Lo que vino a mejorar la situación fueron los ciclones tropicales que se desarrollaron durante septiembre, que disminuyeron en daño de las áreas afectadas, tal parece que la etapa más cruda está pasando, el problema son los estragos causados por la falta de agua que no permitió el correcto desarrollo de las plantaciones de maíz y frijol, principalmente, y no ha permitido recuperar los mantos acuíferos que tendrán que enfrentar, según los expertos, años cada vez más difíciles no solo para atender las necesidades del campo, sino también para enfrentar el creciente consumo humano para las actividades más elementales.
La Conagua acepta que uno de los fenómenos climáticos que más afecta a las actividades económicas del país es la sequía, afirmación con la que estoy totalmente de acuerdo, pues en el reciente caso de Nuevo León pudimos observar, de una manera muy cruda, los estragos sociales y económicos que causó la escasez de agua, pues siendo el tercer lugar nacional en producción de riqueza, la falta de un plan bien elaborado y de los recursos públicos necesarios para contrarrestar sus efectos, los resintió gran parte de la población, sobre todo los más pobres.
Para el campesino de la zona serrana del altiplano tamaulipeco, como lo es el ejido Ávila y Urbina, en donde la siembra es de temporal, aun no terminan los problemas, pues las lluvias llegaron tarde y las escasas plantas que se lograron ahora tienen que resistir el peligro que les representa la llegada de los frentes fríos, ante una helada temprana nada se podrá hacer, y para muchos de ellos, erradicará el único sustento para su familia.
A propósito de la sequía en Nuevo León el portal BBC News Mundo del primero de agosto, publicó una nota, que bien vale para Tamaulipas, en la que se abordan los 4 factores que explican la histórica sequía que afecta al norte de México: El fenómeno “La Niña”, recrudecido por el cambio climático, que hace que deje de llover de diciembre a junio; la falta de infraestructura hídrica; la explotación empresarial y agrícola desmedida; así como los incendios forestales y la falta de educación ambiental.
Creo que estos factores, que se explican a detalle en la nota mencionado por especialistas en su ramo, caben perfectamente en el llamado que ha hecho el Movimiento Antorchista Nacional a través de su secretario general, Aquiles Córdova Moran, en el que plantea que la verdadera solución, está en que el pueblo organizado exija un plan hídrico nacional para acabar con el añejo problema del agua, pues los gobernantes hasta el día de hoy solo han tratado de salir del paso cada que se presenta este problema, y nunca han atacado el problema de fondo y de no hacerlo estaremos destinados a padecerlo cada año con mayores consecuencias para los más pobres. Organicémonos con Antorcha y exijamos un plan sobre el cuidado y consumo nacional del agua.
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