MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El meme como eje de la política mexicana

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Es curioso cómo en una “era de la información” los seres humanos estamos cada vez menos informados de lo que pasa a nuestro alrededor, y es que cantidad, no significa calidad; a pesar de que veamos cientos o miles de mensajes, anuncios en la calle, medios o publicaciones en las redes sociales no quiere decir que todo lo que veamos sea información valiosa o necesaria. Según la Fundación Mapfre, en 2020 “Cada minuto que pasa, las más de 4,500 millones de personas con acceso a Internet que se calcula que hay actualmente en el mundo, envían casi 42 millones de mensajes de WhatsApp, se instalan 2.704 veces la aplicación TikTok, suben 500 horas de vídeo a YouTube, se unen 319 nuevos seguidores en Twitter, publican casi 348.000 post en Instagram y suben más de 147.000 fotografías a Facebook”. Estas cifras inmensas de datos representan millones de usuarios en el mundo que envían y reciben información, de la cual, no se garantiza que toda sea 100 por ciento real.

Basta con ver la prensa y el actuar diario de los candidatos para darse cuenta de lo lamentable que viene siendo nuestro sistema político electoral desde hace un par de décadas.

Y es que cuando nos referimos a fake news, según la compañía global de ciberseguridad Kaspersky “el 70 por ciento de los latinoamericanos no sabe detectar o no está seguro de reconocer en Internet una noticia falsa de una verdadera, según reveló un nuevo estudio en conjunto con la consultora de estudios de mercado CORPA. En ese sentido, quienes menos logran identificar una fake news son los peruanos, con 79 por ciento, seguidos por colombianos (73) y chilenos (70). Más atrás se encuentran argentinos y mexicanos, con 66 por ciento”. Por ejemplo, una encuesta realizada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señaló que el 90 por ciento de los encuestados recibieron noticias falsas sobre el COVID-19 por medio de WhatsApp, mientras que el 88 por ciento las recibió a través de Facebook. Esto sumado a un gran porcentaje gigante que no sabe ni siquiera qué es el término “fake news”.

Y es que por cada información real que podamos ver, hay miles que no lo son. Esta “infodemia” como la han llamado algunos responde a la participación de millones en la generación de información -correcta e incorrecta-, pero que por su misma masa dificulta que las personas encuentren fuentes confiables y orientación correcta cuando la necesitan. En este contexto puede aparecer la desinformación, los rumores y la manipulación de la información, amplificándose miles de veces por redes sociales como si fuera un virus. Ante esta infodemia, situaciones como pandemia, enfrentamientos armados y hasta elecciones toman una dirección diferente, donde el público no sabe hacia dónde girar.

En este contexto nos encontramos ahora en las elecciones más grandes en la historia de nuestro país, con partidos y candidatos que buscan aprovechar esta infodemia más que combatirla. Se privilegia por encima de las propuestas, al ataque, la controversia, la descalificación o los memes. El diario El Universal, haciendo análisis de ambos debates presidenciales que se han llevado a cabo hasta la fecha, contabilizó 139 ataques entre los aspirantes a convertirse en el líder del país en el próximo sexenio (59 en el primero y 80 en el segundo), principalmente emitidos y dirigidos a las candidatas de Morena y la alianza PRI-PAN-PRD. Mientras que temas como pobreza y desigualdad, fue de lo menos tocado por los tres.

Por si esto no fuera suficiente, basta con ver la prensa y el actuar diario de los candidatos para darse cuenta de lo lamentable que viene siendo nuestro sistema político electoral desde hace un par de décadas. Y es que la noticia más relevante de enfrentamiento de los partidos políticos en el último mes se ha basado en: “«Un verdadero hombre nunca habla mal de AMLO», el meme hecho playera que hizo estallar las redes”, como tituló su nota publimetro.com. Un simple meme desató una polémica que pasó por Palacio Nacional, el poder legislativo, gobernadores y líderes de partidos, en un acto grotesco que sacó la falta de interés de Morena por presentar resultados reales y un compromiso con los mexicanos y la falta de interés de la oposición por tratar de verdaderamente convencer al electorado que un cambio es necesario. Todo esto mientras el otro candidato actúa como influencer mientras baila en Tiktok intentando hacer el gracioso para los más jóvenes. El meme como política electoral.

Ante esta surreal situación en la cual la partidocracia está desinteresada en traer propuestas reales al electorado y en su lugar le presenta un show de variedades, recae la tarea en ese mismo electorado, para que se eduque, para que combata la infodemia leyendo y contrastando varias fuentes y así su voto se base en la realidad y sea para alguien con quien logre identificarse. Para que más adelante, forme su propia alternativa que defienda enteramente sus intereses y no de base en un meme su política electoral.

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