Sin duda, el actual presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) es uno de los presidentes más incultos que ha gobernado México. Y no lo digo sólo por su mal desempeño académico (se graduó en la carrera de Ciencias Políticas de la máxima casa de estudios, la Universidad Nacional Autónoma De México, con un promedio de 7.72 y tardó en egresar 14 años (1973–1987)). De 25 materias que conformaban el plan de estudios y, que tenía que cursar, reprobó 7. Entre ellas: Economía (2 veces), Economía Política, Historia, Ciencias Políticas (2 veces) y Estadística. De los 39 exámenes que AMLO presentó, 16 de ellos fueron extraordinarios, los mismos que de manera reiterada, volvía a reprobar. Así, mediocre y anodino es el historial académico de quien está a cargo de nuestro país. En algunos casos, no en todos, se justifica que algunos muchachos, por motivos económicos, se vean en la necesidad de interrumpir sus estudios y se inserten en el área laboral, para que, al cabo de un año de trabajo, sacrificio y ahorro, se reincorporen de nueva cuenta al colegio y así, para que en el transcurso de un ciclo escolar, de nueva cuenta, interrumpan sus estudios, para volver a trabajar otros 12 meses, todo, con tal de conseguir los recursos necesarios para poder conseguir su tan anhelado sueño de concluir sus estudios y poder convertirse en profesionistas. Pero, esta situación no la padecía AMLO, como es sabido por todos, él nunca padeció de pobrezas. Entonces, su larga permanencia en la Facultad de Ciencias Políticas en la UNAM no se debe a carencias económicas.
Su incultura es más que obvia: cuando afirmó que "el hombre existe desde hace 5 mil o 10 mil millones de años” o que "México se fundó hace 10 mil años” (México–Tenochtitlán se fundó en el 1325 de nuestra era). Pero, no tiene nada de tonto, y menos en actividades políticas. AMLO es un hombre con habilidades muy especiales que ha sabido utilizar en su beneficio y lo ha hecho a lo largo de toda su vida política. Así logró escalar puestos públicos apoyado por su padrino político Carlos Pellicer, de quién sólo se pueden decir elogios. Y así, al paso de los años y después de dos intentos fallidos, al fin alcanzó la presidencia de la República, con un discurso que solo refería lo que el pueblo deseaba escuchar: atacaba instituciones, descalificaba a todos los que no pensaban como él, ofendía a diestra y siniestra y sus discursos iban de la arenga, la disertación, el sermón y la prédica, así, como todo un encantador de serpientes y apoyado por decenas de políticos sin futuro, logró en el tercer intento convencer a un pueblo harto de lo mismo. Craso error.
Hoy, después de más de 500 "conferencias mañaneras&rdquo, que duran en promedio 2 horas y 15 minutos, en las que nos dice una sarta de imprecisiones y mentiras, 73 en promedio por conferencia. Sin duda, mañaneras cargadas de mentiras, donde lo mismo acusa a propios y a extraños para justificar sus errores y desaciertos, entre los que destacan que "gobernar no tiene ciencia&rdquo, o "para ser un buen funcionario, se necesita 90 por ciento de honestidad y un 10 por ciento de experiencia”. En referencia a la covid, se atrevió a acuñar estas frases: "no se sabe a ciencia cierta, si sirve el cubrebocas” "no me lo pongo, porque no estoy infectado” "el escudo protector contra la pandemia, es la honestidad” "detente enemigo, que el corazón de Jesús está conmigo”.
Lo peor no son sus dichos, sino los datos. En el 2018, México contaba con 52.4 millones de pobres, ahora son ya 70 millones. El manejo de la pandemia ha sido un rotundo fracaso, el mecanismo utilizado no ha funcionado más que para ser considerados el peor país de 53 analizados en el manejo de la pandemia, con solo destinado el 1 por ciento del PIB para enfrentar la covid, no podía esperarse otra cosa.
Otro dato nada alentador es que número de desempleados alcanza la terrorífica suma de 3.6 millones lo que ha llevado a la economía a tener un decrecimiento del -9 por ciento. Y así la larga lista de desatinos del presidente López Obrador que también desmanteló programas como el Seguro Popular, dejando en el desamparo médico a 20.6 millones de mexicanos, que ahora no tienen atención médica o si la tienen, la deben de pagar privada, así también el caso de Prospera, la desaparición de los fideicomisos, la eliminación del "Ramo 23&rdquo, entre otros.
Aun así, a pesar de tantas mentiras y simulaciones, los niveles de aprobación de AMLO van al alza. En muchos medios de comunicación y sobre todo en las redes sociales gran parte de la población lo califica de mal gobernante por las malas decisiones para contrarrestar la propagación de la covid-19, la falta de apoyos para los millones de desempleados, así cómo el incremento considerable de la pobreza.
Como se puede apreciar, para contrarrestar las denuncias en las redes sociales, y hacernos creer que AMLO, está haciendo bien las cosas, su equipo se las gasta derrochando millones de pesos en empresas que manejan miles de cuentas falsas de facebook y twitter con la finalidad de fijar en el colectivo una percepción falsa de la realidad. Así, el presidente más inculto e incompetente en el manejo de la administración pública, el de los 14 años en la carrera, el del promedio de 7, ve crecer (por el momento) su calificación. Pero como sabemos, en los hechos, la 4T y Morena sigue siendo más de lo mismo. Que conste.
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