Los que buscamos con todas nuestras fuerzas que en nuestro país, haya bienestar real para las grandes masas empobrecidas, debemos entender que conseguirlo no es solo cuestión de voluntarismo, valentía o sentimiento patriótico, sino depende de condiciones reales de fuerza y más específicamente de poder e independencia económicos. Para ello, en el actual proceso electoral se presenta la necesidad de revisar la viabilidad de las propuestas, que estamos escuchando en torno a temas tan trascendentales como el del campo mexicano.
Hasta el momento, de los tres candidatos con posibilidades de llegar a la presidencia de la Republica, solo dos de ellos, han dado a conocer sus propuestas al campo, pues del candidato del PAN, Ricardo Anaya no se conoce bien su propuesta en relación al tema.
Una de las propuestas más conocidas y polémicas, es la del candidato de MORENA, Andrés Manuel López Obrador, quien afirma: ¨vamos a establecer precios de garantía y se producirá en México lo que consumimos lo mexicanos¨. Este planteamiento se encuentra publicado en los portales de varios medios de comunicación que cubren sus giras, por lo que puede ser revisado fácilmente.
La medida que propone el aspirante a ocupar la silla presidencial, por tercera ocasión consecutiva, ha sido tema de análisis por parte de expertos en materia agropecuaria e incluso por líderes de organizaciones de productores agropecuarios, quienes coinciden, claramente, en que la propuesta es inviable en estos momentos pues, rompe con las leyes que regulan la economía de libre mercado imperante en Mexico y en buena parte del mundo, por lo que mandaría el país al retroceso.
Así mismo, los analistas señalan acertadamente que con los precios de garantía no se podrán resolver a fondo los problemas estructurales derivados de la Reforma Agraria, que dio como resultado la atomización de la tierra y la pésima definición de los derechos de propiedad, que trajo un minifundismo que produce con tecnología obsoleta y de baja productividad, en el que no tiene ningún caso el precio de garantía ya que, los campesinos que se encuentran en esta situación y que conforman la gran mayoría del sector rural, no producen esencialmente para vender, pues llegan a obtener alrededor de 700 kilogramos de maíz por hectárea y en las tierras de mediana calidad solo 2 o 3 toneladas, estas cantidades resultan insuficientes para alimentar a sus familias.
Los pueblos no deben olvidar su historia para no repetir sus errores, el pueblo de Mexico debe recordar que en el sexenio de López Portillo, ya se instrumentó la política que está proponiendo AMLO y no funcionó, pese a los subsidios y los precios de garantía que estableció el gobierno federal, no aumentó la producción de granos, al no elevarse la productividad, los productores mexicanos al caer en una dependencia gubernamental dio como resultado que fueran incompetentes para poder competir con otros países. Con lo cual queda claro que si no se atacan las causas originales nuestra agricultura va a seguir igual o en peores condiciones. Se necesita precisamente superar las causas estructurales de raíz, aunque eso signifique un proceso de mediano y largo plazo, en el que las propuestas de corte inmediatista y sensacional no funcionan, las que solo son redituables electoralmente para el político que busca arribar al poder al costo que sea.
Dado que José Antonio Meade, de entrada dice: ¨Si se abrió la economía deben ser los precios internacionales los que rijan al campo¨. Por lo que sus propuestas para el sector agrario, son más viables, pues habla de elevar la productividad, mejorar los servicios de asistencia técnica, entregar los apoyos oportunamente, hacer más sensibles las Instituciones encargadas de atender a los campesinos. Con estas medidas no se violará ninguna ley del mercado y en consecuencia no se pondrá en riesgo la estabilidad económica del país. Está claro que el candidato del PRI sabe más de cuestiones económicas.
Para los que amamos a nuestra Patria y queremos un Mexico mejor para todos los mexicanos, nos debe quedar claro que, en tanto siga prevaleciendo el modelo económico neoliberal en nuestro país y no sea sustituido por otro que produzca, no solo para el mercado, sino para satisfacer en primer lugar, en cantidad y calidad, las necesidades de los que producen con su sudor la riqueza, no queda otra alternativa más que aceptar y apoyar las propuestas que sean viables dentro del actual contexto nacional e internacional.
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