Con las ínfulas de grandeza y la necedad de querer comparar su Cuarta Transformación con algunos de los acontecimientos más importantes del país -aludiendo a uno de los próceres de nuestra patria- el presidente Andrés Manuel López Obrador llamó a su ejército de visitadores domiciliarios “servidores de la nación”, aludiendo al histórico seudónimo de don José María Morelos y Pavón (el Siervo de la Nación).
Adscritos a la Secretaría de Bienestar, este ejército de prácticamente 22,914 personas y que cuestan al erario casi 3,600 millones de pesos, está conformado por gente que gana poco más de 8 mil pesos al mes, hasta los casi 90 mil pesos que percibe el superdelegado en cada una de las entidades federativas, según información de forbes.com.mx del 15 de enero de 2021.
Su trabajó comenzó apenas López Obrador había sido electo. Ya en el poder, fueron usados para visitar casa por casa, según, para obtener los datos de las necesidades de la población. El discurso fue bonito, era miel para los oídos de la población: ofrecieron dar todo aquello que el pueblo necesitaba, pues a través de estas brigadas, “les llegaría todo los apoyos hasta la puerta de sus casas”. Censaron a la población de casi todas las edades y para distintos programas y el pago que reciben es por visitar a la gente, es su único trabajo. Usan chalecos y gorras muy identificados con el partido Morena y con el nombre del presidente de la república, aludiendo que los programas de apoyo son de su parte (como todo un patriarca).
Ahí donde las autoridades locales o estatales no son del partido con el que se identifican impiden su participación en el ejercicio de los programas de apoyo y procuran sólo brindárselos a quienes se manifiestan estar a favor de la 4T. Después de los censos, comenzaron a visitar para prometer que los apoyos llegarían hasta la puerta de la casa de cada humilde ciudadano o ciudadana. Apenas apareció la vacuna, conformaron las brigadas para esperar a los beneficiarios a su salida y recordarles por “quiénes” tienen que votar en las próximas elecciones (consta en varios videos que circulan en las redes sociales). Hoy, ante las protestas que provoca la visita de López Obrador, los ocupan para vallas humanas contra los manifestantes, tal como acaba de ocurrir hace unos días en Tijuana; además están también levantando encuestas en donde no preguntan ya nada (pues ya saben la respuesta de la gente, ante los incumplimientos del Gobierno federal), pero con la promesa de una tarjeta bancaria con 3,000 de fondo, piden una foto de la credencial y de la persona, para ellos mismos firmar que el pueblo está a favor de las acciones de la 4T. Son pues unos huesos “duros” de roer.
Pero veamos algunas lindezas de su funcionamiento administrativo: “La Auditoría Superior de la Federación (ASF) determinó que en la operación de los “Servidores de la Nación” se deben aclarar pagos por 561 millones 986 mil pesos debido a una serie de irregularidades en su contratación, registro y comprobación durante 2019… encontraron una serie de irregularidades sobre los sistemas informáticos… donde figuran 14 millones de registros con algún tipo de irregularidad o faltante… Los auditores presumen un probable daño a la Hacienda Pública federal por un monto de 321 millones 90 mil pesos por pagos realizados a “Servidores de la Nación” que no cuentan con la documentación comprobatoria y comprobantes fiscales digitales por internet… Encontraron transferencias por 87 millones 581 mil pesos a tres cuentas bancarias para cubrir los honorarios de varios “servidores de la nación”, pero no presentaron documentos… detectaron que 138 “Servidores” tenían otros empleos en la misma Secretaría del Bienestar… Además, 335 “servidores” recibían honorarios por ser prestadores de servicios profesionales para el programa de Becas para el Bienestar Benito Juárez… se encuentran testimonios de “servidores” que no firmaron sus contratos ni reportes de trabajo, aunque posteriormente sí recibieron el pago… el caso de una persona que recibió 45 mil 875 pesos por trabajar cuatro meses de 2019… (cuando) lo entrevistaron el funcionario reconoció que en 2019 no firmó ninguno de los contratos e informes de actividades…” (aristeguinoticias.com del 21 de febrero de 2021).
Es decir, el manejo administrativo de este grupo de personas es una verdadera cloaca que tiene como finalidad el desvío de recursos al por mayor, en favor de aviadores y para el enriquecimiento de los funcionarios de la Secretaría de Bienestar y otros funcionarios cercanos a ella.
Por mi parte, a esos “servidores de la nación” los considero divididos en dos grupos: los servidores de la ambición y los vividores de la nación. Los primeros son los que por hambre, han hallado en esta actividad una fuente de subsistencia y hacen todo lo necesario para cumplir lo que sus jefes pidan, desde hacer encuestas para favorecerlos en los resultados, hasta realizar la promoción directa y aplaudiendo los dichos y las acciones de la 4T, así sean las más absurdas. El segundo grupo, más pequeño, es el de los vividores de la nación, que lo constituyen los coordinadores de brigada, superdelegados y políticos beneficiarios de la actividad de los primeros y de las corruptelas de la dependencia a la que todos ellos se encuentran adscritos.
Finalmente, aunque pueda ser en vano, llamo a dichos “servidores” del primer grupo a que no se sumen a las mentiras de los segundos, de los vividores de la nación. Ojalá que miren a dónde nos tienen los señores gobernantes y funcionarios morenistas: al borde del abismo económico y social. Pero, sobre todo, llamo a todo el pueblo de México a tomar conciencia y a no caer en este triple embuste, a saber: mantener a un ejército inútil que sólo sirve para desviar recursos públicos; creer que ellos nos están dando los apoyos, cuando todo viene de los propios impuestos que hemos pagado y; a esperar que el gobierno va a cumplir lo que prometió. Revisemos uno por uno las promesas y nos daremos cuenta de que todo es un gran fraude. Frenemos la gran mentira con la idea de tomar lo que nos corresponde por derecho, pero nunca más votar por Morena.
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