Dije en un trabajo anterior a este, que a mí me parecía que el país se está cayendo literalmente a pedazos, que, sin ánimo de exagerar, los mexicanos nos encontramos casi al borde de una catástrofe económica y social nunca antes vista en décadas.Y lo dije, no sólo para desmentir a mi manera, la propaganda infundada y mentirosa de bienestar que pregona el gobierno de la 4T y su presidente, sino por todo el pesar y la preocupación que me genera, como seguramente le genera también a millones de mexicanos, la realidad social que ya se puede ver fácilmente por doquiera.Hoy, más que nunca, México necesita de su pueblo trabajador y de sus hijos e hijas, de sus jóvenes patriotas, para emprender su rescate y su salvación.
Pero no sólo me refiero aquí a la pandemia, que, como consecuencia, ya es toda una calamidad mundial.Me refiero a todas las consecuencias que ha acarreado la injusta distribución de la riqueza social producida por todos que, dígase lo que se diga, es la verdadera causante de todos los males de la sociedad, incluso de los gobiernos que la sostienen y la fomentan alternadamente, conforme a sus intereses clasistas.De mis compañeros más experimentados he escuchado decir de manera coloquial, que el problema casi siempre es uno, y que los demás sólo son sus consecuencias.Y así lo entiendo yo.Ateniéndonos tan sólo a lo que va del sexenio de López Obrador, hago un apretado resumen de acontecimientos que estamos sufriendo y que me resultan sumamente relevantes.
Primero vivimos una crisis de credibilidad de los partidos políticos, y su consecuencia ya la conocimos: un "tsunami morenista" en las elecciones pasadas.La crisis de credibilidad hizo que una gran mayoría de votantes se inclinara a favor de la alianza de Morena, y le entregó casi todo el poder de la nación, para castigar al resto de los partidos.Sufrimos luego el preludio de una crisis económica que luego se confirmó con la pandemia, cuyas consecuencias también ya son muy conocidas: un decremento histórico del 18.9 por ciento en el Producto Interno Bruto (PIB); retroceso en más de una década de la economía nacional; además, 21 millones 600 mil personas sin empleo, 13 millones 800 mil de los cuales, se sumaron después del mes de marzo pasado, según datos publicados por el periódico La Jornada.
Casi al mismo tiempo vivimos también la crisis de salud, cuyas consecuencias más relevantes, más no las únicas, son los datos de la pandemia de covid-19: según todos los medios, al día de ayer sumaron 498 mil 380 los casos confirmados y 54 mil 666 muertos por coronavirus, además, ocupamos ya el tercer lugar mundial en número de muertos.Por otro lado, también vivimos ahora las consecuencias de la crisis en seguridad: son 53 mil 628 personas asesinadas con violencia en los 18 meses que van del gobierno de AMLO.Según un portal, es el primer año y medio más violento en lo que va del siglo.Se dice que la tasa de asesinatos durante el gobierno de AMLO, duplica, en el mismo periodo, a la de Felipe Calderón, y es 55 por ciento más alta que la de Peña Nieto.
Pero no paran aquí las desgracias de los mexicanos con este nuevo gobierno.Todo parece indicar que nos enfilamos de manera inminente a una crisis en materia educativa.La semana pasada leí en el diario EL NOTICIERO, una declaración de Antonio Manuel de Oliveira Guterres, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).El medio donde leí la nota titula como "Catástrofe educativa" a los datos aportados por Guterres, donde se afirma que la pandemia del coronavirus provocó la mayor paralización educativa de la historia y el cierre de escuelas en más de 160 países, afectando a más de mil millones de estudiantes.Se dice que Guterres afirmó así: "el mundo enfrenta una catástrofe generacional que podría desperdiciar un potencial humano incalculable, socavar décadas de progreso y exacerbar las desigualdades enquistadas." El Secretario de la ONU afirma ahí que ya antes de la pandemia se padecía en el mundo una "crisis de aprendizaje", es por esto que digo yo, que ahora se padecerá una crisis educativa en general.
"A río revuelto, cosecha de pescadores" dice un refrán popular, y en México, ante la crisis educativa a causa de la pandemia, ya hay quienes se preparan para "hacer leña del árbol caído".La semana pasada, el Secretario de Educación Pública (SEP), Esteban Moctezuma Barragán, anunció que por motivos de la pandemia el próximo ciclo escolar arrancará hasta el próximo 24 de agosto, pero por televisión abierta.Se informó que, para ello, se firmó un contrato con cuatro televisoras: Azteca, Televisa, Milenio e Imagen, quienes transmitirán las clases a 30 millones de estudiantes de 16 grados escolares.Ahora ya se sabe que AMLO pagará 15 pesos por cada uno de los 30 millones de estudiantes en el ciclo escolar 2020-2021, algo así como 450 millones de pesos en total.Qué bonito negocio hicieron las televisoras privadas con el gobierno de la 4ªT: telenovelas, comerciales, educación y propaganda electoral morenista en un mismo paquete.¡Qué bonita familia! Ahora se entiende por qué el presidente dijo que la pandemia le cayó "como anillo al dedo".
Y aquí tenemos ya el preludio de lo que será la crisis educativa que se avecina.Lo dicho, el problema es uno, y lo demás son consecuencias.En el nuevo plan educativo de la 4T nada se dice de las familias que no tienen televisión, radio, computadoras, tabletas, ni celulares inteligentes; tampoco se dice nada de las que no tienen electricidad, señal de televisión ni de radio, ni mucho menos de la red de del internet.Nada.Para la 4T ya no existe nada que no esté en el contrato millonario que firmaron con las televisoras privadas ya mencionadas.
Pero, ¿y qué dicen de todo esto los partidos y los gobiernos de la oposición política? Nada.Seguramente que nadie dice nada porque todos andan muy ocupados acarreando el "agua para su molino" partidista y electoral.Está claro que ante la crisis educativa que viene, el pueblo pobre y sus hijos estarán solos y desamparados de sus gobiernos, como siempre.Urge que exijamos un verdadero programa educativo, científico, eficiente y ampliamente popular durante la pandemia.Evitemos la catástrofe generacional que dice el Secretario de la ONU que amenaza hoy a nuestros hijos.Estamos a tiempo.Ojalá que no olvidemos esto a la hora de votar.
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