MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Educación en decadencia

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A dos años de la pandemia de la covid-19, las condiciones impuestas por la crisis sanitaria han llevado al rubro educativo a evolucionar rápidamente. El impacto social y psicológico de la pandemia en maestros, estudiantes y profesionistas fue notorio.

De acuerdo con el Banco Mundial, la pandemia causó en México un rezago que equivale a dos años de escolaridad. Antes de la pandemia los mexicanos alcanzaban en promedio aprendizajes correspondientes al tercer grado de secundaria; hoy su conocimiento llegará solo al equivalente al primer grado de secundaria. 

Lo anterior, sin considerar que por lo menos 628 mil niños y adolescentes, entre 6 y 17 años, han interrumpido sus estudios debido a la crisis económica derivada de la pandemia; según cálculos del Banco Interamericano de Desarrollo. Una disminución de esta magnitud significa un retroceso de 13 años en el nivel de asistencia escolar; por tanto, el rezago educativo puede tener consecuencias trascendentales para los trabajadores y la competitividad del país. 

Para quienes tenemos particular interés en la mejora de la educación y de los procesos, fue aberrante que se suspendieran las pruebas de PISA y PLANEA, desde el inicio de la pandemia, ya que se aplicaban por medio del extinto Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), y por lo que quedó trunco el ciclo de las pruebas Planea que se aplicaban a los alumnos de sexto grado de primaria, tercero de secundaria y sexto semestre de bachillerato.

La Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación, conocida como Mejoredu, que sustituyó al INEE, aplicaron la prueba Planea en Educación Media Superior, el 5 y 6 de abril de 2022, a estudiantes del último grado en poco más de 18 mil escuelas públicas de Educación Media Superior del país, de jurisdicción federal y estatal, así como en los planteles particulares con Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios (REVOE) otorgado por la SEP.

Esta prueba tiene el propósito de conocer en qué medida los estudiantes logran dominar un conjunto de aprendizajes esenciales, al término de la Educación Media Superior, en los campos del lenguaje y Comunicación y Matemáticas. 

Los últimos resultados de la prueba  PISA, posicionan a México en el último lugar, porque es uno de los países que menos destina al gasto para educación (3.1 por ciento del PIB); es decir, que el apoyo para cada alumno es mínimo, pues solo se invierte  por estudiante 2.762 dólares, aunque no solo es necesario elevar el gasto por estudiante, sino también fomentar la participación del sector privado y disminuir los recursos destinados a gasto corriente.

Los resultados después de la pandemia no han sido evaluados aún, pero como ya se mencionó anteriormente, el rezago escolar es inminente, por ello era trascendente evaluar los resultados del sistema educativo nacional aún con una emergencia sanitaria. 

Sin embargo, el gobierno de la Cuarta Transformación suspendió las dos pruebas, la de PISA y PLANEA por falta de recursos. Este 2022 asignó la tercera parte del presupuesto que anteriormente se otorgaba para retomar ambas pruebas, por lo que hace más ineficiente el trabajo. 

Además del rezago escolar, no hay mejoras en la calidad de la educación ni infraestructura adecuada para la nueva normalidad, pero los únicos que se enfrentan a tan grande reto son los docentes, padres de familia y alumnos.

Desde esta trinchera, hacemos un llamado al gobierno de Andrés Manuel López Obrador y a la Secretaría de Educación Pública (SEP), que dirige la maestra Delfina Gómez, que por el bien de los estudiantes y del futuro de México, atiendan con seriedad y compromiso el rezago educativo, sin improvisaciones ni ocurrencias. Ante la nueva normalidad, tras la pandemia de covid-19, se deben de destinar recursos a la educación.

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