La desigualdad educativa es la distribución desigual de los recursos académicos, que incluyen, pero no se limita a; financiamiento escolar, maestros calificados y con experiencia, libros y tecnologías para comunidades socialmente excluidas. Estas comunidades tienden a estar históricamente desfavorecidas y oprimidas.
El pasado mes de noviembre se llevó a cabo un estudio con una muestra de 2 mil estudiantes de 10 a 15 años –beneficiarios del Programa Nacional de Becas para el Bienestar Benito Juárez-la organización Mexicanos Primero- realizó el estudio de campo denominado Equidad y Regreso a Clases para conocer los efectos en el aprendizaje de los estudiantes luego de la suspensión de clases presenciales a causa de la pandemia de covid-19.
Después de 20 meses en los que las escuelas permanecieron cerradas y los estudiantes debieron tomar clases en casa, ya sea a través de televisión o plataformas virtuales, el rezago educativo es indudable; sin embargo, en caso de los alumnos hablantes de lenguas indígenas o con capacidades diferentes, este es aún más alarmante. Estos estudiantes que viven en zona de alta marginación enfrentan aún mayores brechas educativas tras el cierre de aulas.
Por ejemplo, en el caso de comprensión lectora el trabajo de campo reveló que 5 de cada 10 estudiantes entre 5 y 10 años no entendían el contenido de un texto de cuarto grado de primaria. “Es preocupante que el 49.3% de los jóvenes de 15 años no hayan respondido de manera correcta”.
La brecha se agudiza en el caso de aquellos con alguna condición de discapacidad pues 7 de cada 10 no pudieron comprender el texto. En matemáticas, las cifras son más preocupantes, menos de 1 de cada 10 estudiantes de primaria y secundaria pudieron resolver una operación utilizando fracciones, mientras que 7 de cada 10 estudiantes con alguna discapacidad no pudo realizar una resta. Estas brechas se siguen ampliando, 6 de cada 10 niños y adolescentes que presentan discapacidad visual-auditiva no pudieron comprender un texto de tercero de primaria.
Otro factor para la generación de nuevas brechas, es el espacio físico para tomar clases a distancia ya que las niñas que no tuvieron un espacio físico favorable en casa para tomar las clases, es decir, que tuvieron que tomarlas en una zona común del hogar, como la sala, el comedor o la cocina, obtuvieron peores resultados que las que sí lo tuvieron.
Otro problema se encuentra en el programa de becas ya que no distinguen el origen de los estudiantes y se le entrega la misma cantidad de recurso a un alumno de secundaria de la Ciudad de México que a un estudiante de la Sierra Mixe de Oaxaca, esta aportación no crea condiciones para que los niños puedan desengancharse del trabajo de la milpa y poder estudiar, mientras que los alumnos de la ciudad, el complemento sirve para comprarse tenis o audífonos pero tampoco le ayuda a mejorar su educación. Además de la ya mencionada, el gobierno está quitando programas que apoyaban a estudiantes en pobreza extrema o en zonas marginadas.
Mexicanos Primero, demostró con la evidencia de su estudio que las brechas educativas se acrecentaron en primaria y secundaria, por lo que se hace un llamado urgente para que se implementen en lo inmediato acciones compensatorias y que el presupuesto no les vuelva a castigar.
La educación es un factor que determina el avance y progreso de la sociedad en conjunto y que provee de conocimientos, enriquece la cultura y los valores. De ahí la importancia de tomar conciencia y solidarizarnos para hacer valer el derecho a la enseñanza de todo mexicano y que esta sea utilizada en beneficio del mismo pueblo y no se ponga a disposición de los grupos de poder. Maestros y estudiantes debemos luchar por mejorar nuestra educación liberándola de la pesada losa burocrática que la asfixia; equipar bien las escuelas y apoyar a estudiantes de escasos recursos, para que nuestra juventud pueda desplegar toda su capacidad y hacer de esta patria un lugar en donde todos tengamos mejores condiciones de vida, más justa y equitativa.
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