El portal del diario Mural tiene disponible una publicación bajo el título “Discrimina la 4T a campesinos de Jalisco”. Me llamó la atención el contenido de la nota informativa y me permito transcribir unos extractos para compartirlo con mis posibles lectores. El texto dice: "Al menos 18 mil productores agrícolas de Jalisco han sido excluidos por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador de los beneficios de programas sociales como la entrega de fertilizantes, apoyos para la comercialización, maquinaria y asesoría tecnológica".
Los apoyos del programa Fertilizantes para el Bienestar deberían ser entregados a productores de pequeña escala del país desde el 2019, a fin de contribuir a la producción de alimentos como maíz, frijol y arroz. Sin embargo, los actores involucrados en el tema señalan que el programa no cumple con su objetivo porque no llega a todos los productores de alimentos. Además, es utilizado con fines electoreros, los apoyos se limitan a nueve estados, salvo Durango, todas las entidades son encabezadas por Morena o alguna alianza que lidera ese partido.
Por su parte, el Consejo de Desarrollo Agropecuario y Agroindustrial de Jalisco (CDAAJ), manifestó su preocupación por el recorte al presupuesto de la Secretaría de Desarrollo Rural del gobierno federal. Advierte que las políticas que se han implementado como la desaparición de 29 programas de apoyo al campo no ayudan en nada al sector. Esta situación va a impactar gravemente en las cadenas productivas.
El presidente del CDAAJ, refirió que en México laboran más de 5.3 millones de personas que en el 2021 generaron 294 millones de toneladas de alimentos y materias primas con un valor superior a los mil 329 millones de pesos. Entre los principales productos exportados se encuentran el aguacate con 822.5 millones de dólares, el tomate con 789.5 millones de dólares, las berries con 622.5 millones de dólares y Jalisco es el principal estado productor de alimentos a nivel nacional.
Además, Jalisco aporta 72 mil 800 millones de pesos al Producto Interno Bruto (PIB) agropecuario, lo que representa el 12.25 por ciento en el país, liderando productos como el agave, arándano, frambuesa, carne de cerdo, leche, huevo, alimentos balanceados para el consumo animal y ocupando un segundo lugar en producción de aguacate, carne de bovino y carne de ave.
Considero acertado el señalamiento y justo el reclamo del sector alimentario, pero la problemática que enfrenta no es tan sencilla. Todos sabemos que el presidente Andrés Manuel López Obrador lleva propuestos dos supuestos planes contra la inflación, que en realidad son solo una lista de buenas intenciones, que no atacan las causas internas del fenómeno, en las que se puede influir como la productividad o la creciente dependencia alimentaria, que por cierto ha aumentado considerablemente en la actual administración federal.
El mandatario, entre otras, propuso fomentar la agricultura de subsistencia; es decir que cada quién produzca sus alimentos. Pero no funciona; en la primera quincena de octubre, el Índice de Precios de la Canasta de Consumo Mínimo aumentó 0.43 por ciento quincenal y 9.26 por ciento a tasa anual. Entre los productos genéricos cuyas variaciones de precios destacaron por su incidencia sobre la inflación general fueron la electricidad, el jitomate, tortilla de maíz.
En su comparación quincenal, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) aumentó a 0.44 por ciento, una aceleración respecto al 0.10 por ciento en la quincena pasada, o sea, subieron los precios de los alimentos que consumen los mexicanos de menos ingresos. En conclusión, vemos que aquí “los pobres son primero”, sí, pero los primeros en sacrificarse.
No hay otra alternativa para afrontar esta situación, los productores agropecuarios deben exigir organizadamente los apoyos que el gobierno morenista les escamotea como los fertilizantes. No se necesita ser experto para darnos cuenta de que, para afrontar la inflación, se necesita reactivar la economía en todo el país, desarrollar la infraestructura rural que incluye caminos sacacosechas, bodegas, infraestructura de riego. Es decir, fomentar la productividad agrícola, principalmente en alimentos básicos.
La inflación obedece a factores externos y es claro que no puede ser eliminada en su totalidad, pero sí al menos mitigarla, para ello se deben aplicar acciones efectivas, algunas ciertamente de mediano plazo. Por ejemplo, reorientar el gasto social en su conjunto, con criterios productivos. Pero es evidente que la 4T está haciendo lo contrario, no está empeñado en aumentar la productividad, sólo está abocado a repartir un poco de dinero a unos cuantos, para comprar votos y conciencias, además discrimina a los campesinos de Jalisco y del país.
Por lo que los trabajadores del campo deben organizarse y luchar junto con sus hermanos de clase de la ciudad para acabar en primer lugar con la desastrosa política de López Obrador y de Morena, pero también por una justa distribución de la riqueza que producimos entre todos los mexicanos. Esta es la salida.
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