MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Deporte, ¿gusto o necesidad?

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Para aterrizar de manera correcta el tema, hablaré acerca de la motivación. Littman puntualizó que “la motivación se refiere al proceso o condición que puede ser fisiológico o psicológico, innato o adquirido, interno o externo al organismo el cual determina o describe por qué, o respecto a qué, se inicia la conducta, se mantiene, se guía, se selecciona o finaliza; este fenómeno también se refiere al estado por el cual determinada conducta frecuentemente se logra o se desea; también se refiere al hecho de que un individuo aprenderá, recordará u olvidará cierto material de acuerdo con la importancia y el significado que el sujeto le dé a la situación”. 

Desde la etapa infantil, los juegos son la principal fuente que tenemos de actividad física, en ellos podemos experimentar el primer contacto con los deportes, siendo para nosotros una fuente de distracción, buscando únicamente lo lúdico. Sin embargo, cuando se realiza actividad deportiva con fines de competitividad se elimina el placer de solamente practicar el deporte y se agrega la satisfacción de destacar dentro del mismo, obteniendo alguna remuneración por su participación dentro de éste. 

Existen dos tipos de motivación; la intrínseca y la extrínseca, las cuales se diferencian por refuerzos externos que puedan influir con los objetivos del individuo. Durante la niñez, el gusto por un deporte puede surgir por imitación (con personas de nuestro entorno) o por medios de comunicación, haciendo una simulación en la vida real; ésta no surge de forma espontánea, sino que, es aquella que nos autoimponemos por algún motivo y exige ser mantenida mediante el logro de resultados. Por otro lado, la motivación extrínseca se asocia con deportistas cuya actuación depende de refuerzos que provienen del exterior para que el atleta en cuestión se esfuerce en entrenar y competir: dinero, becas, trofeos, reconocimiento social. Éste no depende del propio deportista, sino del criterio de otras personas y de la valoración de su trabajo realizado. 

Una vez dejando a un lado el gusto hacia el deporte, cumpliendo expectativas de una persona que va a recompensar por el trabajo y resultado que se dé, el deporte suele convertirse en un medio, ya no de distracción, gusto o liberación de emociones negativas, sino que orienta a que los deportistas se comprometan a realizar una determinada marca o batir un récord a cambio del dinero de un patrocinador. Desafortunadamente, nunca se va a valorar el trabajo realizado al margen del resultado, ni la satisfacción personal que surge de la práctica deportiva; únicamente se tiene en cuenta el resultado final, y si éste no es satisfactorio para el promotor, probablemente retire el apoyo económico. Es así como el deportista vive, con la presión del resultado y si éste no lo logra, puede llegar a desmoralizarse y perder la motivación interna que le animó desde los inicios de su carrera deportiva, llevando al límite del deportista y, en casos extremos, llegando a una depresión o retirándose de las competencias deportivas.

Concluyo que en el actual sistema económico con el abuso de la motivación extrínseca se condiciona al deportista para superar sus límites dentro de la práctica sin tomar en cuenta su integridad psicológica y física, dejando a un lado el crecimiento personal y la satisfacción propia que debería tener cualquier persona al realizar ejercicio o un deporte, abusando de esta motivación poniendo sus carencias económicas por delante, que lo llevarán a exigirse más para resaltar dentro de éste y obtener algún apoyo que aporte a sus necesidades.

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