La Paz, BCS. “Por el bien de la población debe declararse ya oficialmente una epidemia de dengue en Los Cabos y asumir las consecuencias sociales, pero es algo que no se hace porque se tiene miedo al impacto que tendrá el turismo; se cuidan los bolsillos de los ricos, con el pretexto de cuidar los empleos, pero al igual que con el Covid 19, se sacrifica la salud del pueblo humilde, que es el más azotado por la enfermedad”, así lo declaró Luis Miguel López Alanís, vocero estatal del Movimiento Antorchista.
Dijo que el documento Panorama Epidemiológico de Dengue, de la semana 25, de la Secretaría de Salud federal, el estado, por el número de casos confirmados, aparece ya en la zona roja de epidemia, pero no se le da importancia, y el discurso oficial fuerza a los medios de comunicación a minimizar la gravedad.
El documento señala que mientras que en 2022 Baja California Sur tuvo sólo 91 casos de dengue, en 2023 saltó a 897, es decir, aumentó a 10 veces lo que hubo aquel año, se incrementó 885%; al momento, de enero a la semana 25 ya llevamos 299 casos confirmados contra 8 en el mismo periodo de 2023, un pavoroso incremento de 3,637 %, de los cuales 244 han sucedido en Los Cabos; y falta lo peor por venir, advir
Hacer una franca declaratoria y darle profusa difusión, expresó, deberá obligar a las autoridades a destinar urgentemente cuantiosos recursos para prevención y, sobre todo, ya con el mal encima, para la curación; también obligará, sobre todo a sus funcionarios más nobles y humanitarios, a actuar con mayor empeño del que hasta el momento han hecho y, a la par, ello obligará a la población cabeña a tomar mayor conciencia del peligro y a actuar masivamente en colaboración con personal del sector salud, para combatir la reproducción del mosquito transmisor, Aedes aegypti, hasta con aislamientos y cuarentenas, si fuere necesario. “Hay que tener presente que ya en 1963 nuestro gran pueblo logró erradicar ese mosquito y estuvo ausente 12 años del territorio patrio, hasta que nuestra disciplina preventiva se relajó”, recordó.
Insistir en que se declare la epidemia no es alarmista, porque el momento de dar la alarma ya pasó, ya estamos en plena crisis de salud pública y es de esperar que con la llegada de las lluvias los casos confirmados aumenten. Tampoco es cuestión de querer causar mal a la sociedad y al turismo, porque el mal ya está aquí. Pero la clase política se ocupó y preocupó por los votos, no por la prevención; hasta después de las elecciones fue cuando algo empezaron a hacer, añadió el vocero estatal.
Expertos, como Sofía Sánchez, de la UNAM, coinciden en que se abandonaron las campañas de prevención, “y nosotros afirmamos que los gobiernos de la 4T prefirieron invertir con mucha antelación en campañas electoreras, fueron más importantes sus vergonzosos pleitos internos y que hoy estamos pagando las consecuencias”, denunció.
Hay que recordar, dijo López Alanís, que, según la Organización Panamericana de la Salud, por cada caso confirmado hay entre 8 y 10 casos de personas también contagiadas que, si bien no necesariamente llegan al extremo fatal, sí sufren ellos y sus familias, afectando su rendimiento laboral y quebrantando su salud por mucho tiempo y quizá para siempre, así como su economía, pues el sistema de salud mexicano es sumamente deficiente, carecemos de medicina social eficaz y la gente tiene que asumir sus propios gastos en medicamentos; lo que dan las tarjetas del Bienestar no les alcanza, ni les alcanzará nunca para este tipo de emergencias; sólo una gigantesca inversión en medicina social puede salvarnos definitivamente, añadió. Por mientras, hay que exigir más acciones gubernamentales y colaborar con lo poco que están haciendo las autoridades, peor es no hacerlo, sentenció.
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