La situación actual por la que atraviesa el país al convocar a las próximas elecciones 2024 ha sentenciado una vez más la rivalidad que vemos y escuchamos, tanto en los medios locales como en los nacionales. La guerra sucia entre partidos de distintos colores aflora ahora que se presenta la oportunidad para hacer mella entre la población y para posicionar entre ellos al menos peor.
Nada nuevo acontece en estas elecciones; es precioso afirmarlo porque la mayoría de los votantes sabe a conciencia que los cambios reales casi siempre caen a cuentagotas para quienes realmente lo necesitan. Mientras que son siempre los partidos los que terminan beneficiándose, o bien, sus familias, con los negocios que pueden lograr a través de las concesiones.
Hoy por hoy las elecciones 2024 se han convertido en una pelea constante de rivalidad entre grupos de poder y sólo se reduce al cambio de partido, pero no ofrece bienestar para la población.
En Tamaulipas acontece más o menos lo mismo; la solución de los verdaderos problemas llega casi siempre después de muchos años y aunque sea el norte quien lidera como uno de los estados con mayor producción de riqueza, también sufre en gran medida los ataques de una política despreocupada por quienes trabajan todos los días por acrecentar esa riqueza material.
Así vemos que Tamaulipas ocupa el primer lugar como estado exportador en la industria química; segundo lugar en la fabricación de maquinaria y equipo, y tercer lugar en la fabricación de equipos de energía eléctrica. Además, destaca en el quinto lugar como el estado con mayores exportaciones del país, aportando el 7.4 % del total nacional, un puesto en verdad nada despreciable.
Sin duda es un gran generador de riqueza, mientras que en la industria de la manufactura es el principal productor estratégico de la entidad, con 56 % de la actividad económica; la manufactura aporta el 27.4 % con mil 360 empresas establecidas que dan empleo a poco más de 238 mil 230 personas.
Sin embargo, tal riqueza no está distribuida de forma equitativa. Tan sólo en los municipios fronterizos han estallado las huelgas que han puesto en evidencia la falta de políticas que beneficien al sector obrero. Esto ocurre porque la lucha interna entre los dueños del capital y quienes la crean, sigue siendo abismal.
La distribución de la riqueza debería estar encargada de la solución de problemas que afectan a la gran mayoría de los tamaulipecos. Por ejemplo, la creación de calles pavimentadas, vivienda para las familias que cuenten con servicios básicos de primera necesidad, pero esto no ocurre o muy pocas veces ocurre. Ofrecer educación para preparar a los hijos de los trabajadores, entre otras que beneficien de manera sustancial al desarrollo social y tecnológico del estado.
En la política ocurre que son los partidos políticos quienes se encargan, a través de la propaganda negra, de sacar a relucir las obras que no se hicieron, que no se cumplieron. Pero como todos sabemos y que es fácil de deducir si le pregunta a cualquiera, que el avance y poco desarrollo del estado sigue siendo lento, sobre todo en las colonias populares donde constantemente se sufre por la falta de servicios básicos, alimentación, educación de calidad, entre otros problemas sociales que proliferan entre la población más vulnerable.
Hoy por hoy las elecciones 2024 se han convertido en una pelea constante de rivalidad entre grupos de poder; sólo se reduce al cambio de partido, pero no ofrece bienestar para la población. Al contrario, la desigualdad del modelo económico que protege la política agrava cada vez más el problema.
De política y cosas peores, porque los problemas están a la vuelta de la esquina, y todos estamos conscientes de que los cambios reales nunca llegarán, bueno, no para el pueblo trabajador.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario