No hay fecha que no se llegue ni plazo que no se cumpla, reza la sabiduría popular; y las fechas y los plazos han alcanzado e incluso rebasado al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien el pasado primero de septiembre rindió su Cuarto Informe de Gobierno desde Palacio Nacional, en medio de una crisis política, económica y social, que tiene al país al borde del colapso, sin embargo, él insiste en que tiene otros datos.

Fiel a su estilo de manejar cifras a modo, de idealizar sobre la realidad del país y de no escuchar las opiniones de expertos sobre economía y finanzas, el mandatario mexicano salió a informar sobre lo bien que está el país.

En primer lugar, volvió a remachar que la prioridad de su gobierno es el combate a la corrupción y que, gracias a esta estrategia y a la austeridad republicana de su gobierno, las arcas nacionales tuvieron un ahorro de 2.4 billones de pesos. En definitiva, es otra la realidad la que hay en la cabeza del presidente.

Para justificar la falta de resultados económicos sostuvo que no basta el crecimiento económico, sino que es indispensable la justicia.

Presumió la reducción de homicidios y violencia en el país sin importarle que, al mismo tiempo, los estados del norte del país literalmente arden en llamas bajo el dominio de los grupos criminales, a los cuales el presidente ha dicho que hay que ayudarlos porque son seres humanos.

El Cuarto Informe de Gobierno de López Obrador es un refrito más de la andanada de mentiras, datos falsos, cuentas alegres y demagogia barata que día con día receta a los mexicanos desde sus conferencias matutinas y que le cuestan al pueblo de México mucho dinero.

Veamos por obvio de espacio solo algunos de los grandes logros que presumió el presidente:

Primero, el combate a la corrupción, una farsa de lo más vil; no hay tal combate el gobierno de Morena en todos los niveles supura corrupción desde la misma familia del presidente López Obrador. Así se explica la impunidad de Pío López Obrador quien, pese a las evidencias, se pasea por el país como Juan por su casa; otro caso, el de Felipa Obrador y los tráficos de influencia con los contratos de Pemex; uno más, el de José Ramón López Beltrán y sus lujos en Estados Unidos (EE. UU.).

Y esto no es todo; el gabinete que lo ha acompañado también tiene sus delitos, por ejemplo, el robo descarado que cometió Delfina Gómez a los trabajadores del Ayuntamiento de Texcoco cuando esta fue alcalde de ese municipio mexiquense, de las casas de Bartlett, de las ventas de candidaturas en Morena por parte de Mario Delgado líder de ese partido, sólo por mencionar algunos casos.

¿Y la justicia? ¿Y la UIF que tanto goza descubriendo bienes de otros personajes no afines a la 4T? Cero expedientes de los corruptos que combaten la corrupción.

Segundo, los beneficios de los 2 billones de pesos que se han recaudado como resultado de esa estrategia. ¡Infamia! La reducción de la desigualdad entre ricos y pobres en el país existe solo en la mente del presidente, la brecha entre ricos y pobres se ha hecho más grande y de manera más acelerada en los cuatro años de gobierno de AMLO.

La economía mexicana está en sus peores índices, la inflación alcanza el 8 por ciento y las políticas erráticas del presidente ahuyentan las inversiones, pero pese a que todos los indicadores nos llevan a la conclusión de que no hay crecimiento económico, el presidente quiere sembrar la idea de que en México gozamos de finanzas sanas.

Tercero, la justicia en el país, ¿Justicia? Para Obrador antes que el crecimiento económico lo más importante es la justicia, misma que no se ve por ningún lado en esta autollamada Cuarta Transformación.

El presidente se ha encerrado tanto en su burbuja que no ve el desempleo que hace estragos en las familias mexicanas, la inseguridad que azota al país, el presidente solo le mereció la mención de que se están haciendo esfuerzos en esa materia  pero los mexicanos informados sabemos que este flagelo es uno de los principales problemas del país y que la estrategia del presidente es un rotundo fracaso, como lo son todos los proyectos emblemas que ha emplazado en su gobierno y que solo ha traído desgracias para los mexicanos.

Lo único bueno de este informe es que es el cuarto y solo faltan dos, los mexicanos estamos pagando un precio muy alto por haber elegido a un presidente ignorante de la economía, de las finanzas y de la construcción del diálogo y la unidad de los mexicanos, pero estamos aprendiendo que hay que razonar mejor para elegir a quien debe llevar esta gran responsabilidad y estamos muy a tiempo para razonar nuestro voto.

No sabemos qué vaya a pasar más adelante ni cómo se desarrollen los acontecimientos políticos y sociales en México y en el mundo, pero de los que sí estamos seguros es de que si vuelve a ganar Morena en 2024, el país se irá a la ruina, y eso es lo que debemos evitar los mexicanos trabajadores y amantes de la paz y la libertad que quieren un mejor país para sus hijos.