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CRÓNICA | Campesinos de Zapotitlán Tablas realizan ritual de petición de lluvias

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* El 90% de la población que se dedica a la agricultura, carece de políticas públicas en beneficio del campo

 

Zapotitlán Tablas, Guerrero. – Ante la falta de políticas públicas en beneficio del campo guerrerense, pobladores de Zapotitlán Tablas, municipio ubicado en la región de La Montaña donde el 90 por ciento de la población se dedica a la agricultura, recurren a los rituales en honor a San Marcos, a quien consideran patrón de las lluvias, para pedir un buen temporal de lluvias y buenas cosechas

El municipio de Zapotitlán Tablas, localizado en la región de La Montaña, está ubicado al este de Chilpancingo, entre los paralelos 17° 09’ 04’’ y 17° 29’ 23’’ de latitud norte y los 98° 44’ 43’’ y 98° 56’ 16’’ de longitud oeste. Tiene una extensión de 290 km2, que representa el 0.18% de la estatal. Limita al norte con el municipio de Copanatoyac, al sur con Acatepec y Tlacoapa, al este con Copanatoyac y Tlacoapa y al oeste con Acatepec y Atlixtac.  Su cabecera municipal, del mismo nombre, se encuentra a 168 km de la capital del estado y tiene una altitud de 1750 msnm.

La población zapotitleca o zapoteca como comúnmente se le conoce, es eminentemente agrícola, es decir, un 90 % de su población se dedica a la agricultura de temporal; sin embargo, la mala calidad de los terrenos de sembradío y la falta de políticas públicas de apoyo a la producción sustentadas técnicamente, hacen que sólo se obtenga lo necesario para subsistir y en menor proporción, para la venta de cosecha a la población local.

Por tanto, las lluvias son determinantes para el proceso de producción; si hay buen temporal, hay buena cosecha y viceversa; por ello, en el mes de abril cobran gran relevancia los rituales ancestrales de petición de lluvias, de buen temporal para la obtención de buenas cosechas. Particularmente en Zapotitlán Tablas, existe una arraigada creencia de estos rituales en la determinación del clima que habrá de prevalecer en el ciclo agrícola, y por consecuencia, en la fertilidad de la tierra.

Petición de lluvias, una de las ceremonias más importantes

Según (Guerrero, 1991), los rituales de petición de lluvias, representan una de las ceremonias más importantes de la población, en ellos hay una persona especial reconocida por todo el pueblo, que es el rezandero o sacerdote tradicional. Se cree que él tiene poderes especiales para comunicarse con los dioses e influir para que haya un buen temporal de lluvias, que permita obtener buenas cosechas en todos los cultivos tradicionales. En la época prehispánica estos rituales eran dedicados al dios principal o deidad principal, quien en esta región era “Xipe Totec”, dios de la fertilidad. En la actualidad se venera a San Marcos, a quien consideran patrón de las lluvias en la religión católica; por lo anterior, los rituales se dirigen a una mezcla de adoración entre el dios prehispánico y el católico (p.43).

El ritual más importante tiene lugar el 24 de abril por la noche, donde un sacerdote católico oficia una misa en el centro de adoración principal llamado “El cerro de San Marcos”, ubicado en la parte más alta de los cerros circundantes, al sureste de la cabecera municipal de Zapotitlán Tablas, junto a una localidad que se llama Huiztlatzala; el ritual se realiza durante toda la noche del día 24 y es encabezado por los sacerdotes principales de los dos pueblos mencionados, asisten autoridades y pobladores de ambos pueblos.

Los mayordomos de los santos patronos de las dos poblaciones, proveen los materiales que se necesitan para llevar a cabo los rituales, esto comprende: un becerro, un borrego y dos guajolotes que se ofrecen en sacrificio; además, se utilizan cadenas de flor de cempasúchil, cadenas de hojas de hierbas especiales para dicho ritual en la cantidad que los sacerdotes tradicionales indican; también se utiliza algodón, piedra brillosa molida, aguardiente, cigarros y una buena cantidad de velas. Dentro de este mismo ritual se adora al dios fuego y para ello se necesitan 16 trozos verdes de leña, así como leña seca con la que se prende el fuego.

Antes del ritual hay una banda filarmónica que interpreta melodías tradicionales. Aproximadamente a las 10 de la noche se inicia el ritual dibujando un círculo en el centro de donde se prenderá la fogata, este círculo se divide en cuatro partes; en uno se dibuja una palmera que simboliza a los cultivos, en otro se dibuja un sol que representa el calor necesario para el buen desarrollo de los cultivos, en el siguiente cuarto del círculo se dibuja una nube que es la que proveerá de las lluvias necesarias y en el último se dibuja una estrella que simboliza el buen temporal y la riqueza.

 

Enseguida, los dos sacerdotes tradicionales colocan los trozos de leña verde uno sobre otro, colocando el primer trozo en el lado este, el segundo en el oeste, el tercero en el norte y el cuarto en el sur, formando un cuadro entre los cuatro trozos. Asimismo, se coloca el segundo, tercero y cuarto nivel, hasta terminar con los 16 trozos; en el interior de dicho cuadro se coloca leña seca y hojarasca.

Una vez hecho todo lo anterior se prende fuego y los sacerdotes inician con sus rezos tradicionales; colocan las cadenas de flores y de hierbas junto a la fogata, sobre las hierbas se coloca el algodón y sobre el algodón la piedra brillosa en polvo, misma que simboliza la riqueza o el oro ofrecido a los dioses, al mismo tiempo se prenden cigarrillos y se derrama el aguardiente sobre la ofrenda y sobre el fuego.

Cuando el fuego está en su máximo esplendor, cada uno de los sacerdotes tradicionales arroja un guajolote vivo al centro de la fogata, mismos que se consumen inmediatamente por el fuego; esto lo hacen siempre rezando y pidiendo a los dioses el buen temporal, y como una ofrenda a ellos.

Después de esto, se realiza el sacrificio del becerro y los dos borregos; la sangre recién salida de los animales sacrificados también se ofrece a los dioses, es decir, al fuego y a los ídolos de piedra que existen en ese lugar. La carne de dichos animales se prepara allá mismo para el consumo de todos los asistentes; esta debe cocinarse sin condimentos y sin chile, generalmente se consume al amanecer, cuando el sol viene saliendo. Cabe mencionar que durante toda la noche se consumen bebidas alcohólicas y toca la banda filarmónica.

Se cree que cuando el ritual se lleva a cabo conforme lo marca la tradición, se garantiza un buen temporal (lluvias abundantes) y buenas cosechas, pero cuando algo falla, habrá sequías y escasez de granos. También se cree que durante todo el ritual se van mostrando señales o indicios que sólo saben interpretar los sacerdotes tradicionales, que también predicen si en los pueblos habrá desgracias o estaremos libres de ellas.

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