MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Crece la inseguridad en Hidalgo

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La inseguridad no es un fenómeno nuevo, sin embargo, sorprende su acelerado crecimiento en Hidalgo, y en general en todo el país. Día a día, en las noticias, en las conversaciones entre vecinos, en la televisión, la radio, en todos lados escuchamos nuevos casos de violencia, de robos. 

La Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) informó que de las dos mil 639 denuncias presentadas en el año 2021; febrero de 2022 se registraron tres mil 875 hechos delictivos, es decir, mil 236 más.  Lo que corresponde a un incremento de la inseguridad en Hidalgo de un 46.2 por ciento en un año. 

También, incrementó la percepción de inseguridad en los hidalguenses, que pasó de 49.3 a 53.1 por ciento con respecto al periodo previo, según reveló la Encuesta de Seguridad Pública Urbana (ENSU), publicada el pasado mes de mayo, la cual registra datos de febrero de 2021 a febrero de 2022. 

Según el reporte de incidencia delictiva del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSO), el robo a casa habitación en la capital hidalguense va en aumento; de enero a agosto del presente año, se registraron 279 denuncias, lo que indica un incremento, pues en 2021 se asentaron 187.

El 13 de julio de 2020, la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), de la Secretaría de Gobernación, publicó el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas en el que Hidalgo registró, en ese momento, 414 personas desaparecidas y no localizadas. Para el 30 de septiembre de este año la cifra se elevó al doble al llegar a 808 personas, de las cuales 494 son personas desaparecidas y 314 no localizadas.

Todos estos datos, sumadas a las trágicas historias de lo que diariamente sufren cientos de hidalguenses y a nivel nacional, son muestra de un grave problema social que ni las estrategias de seguridad fallidas, como la tan promovida por el presidente Andrés Manuel López Obrador de abrazos no balazos, ni la militarización o las políticas económicas promovidas desde el gobierno federal han podido resolver. 

Lo anterior, debido a que estas soluciones solo atacan la superficie y no las causas que provocan la inseguridad, mismas que son inherentes al sistema económico imperante en nuestro país. Las causas de la creciente inseguridad son el resultado de una descomposición social en todas las capas sociales, es la manifestación de la putrefacción de la sociedad desigual en que vivimos. 

Mientras impere este modelo económico que permite que “en México, el 10 por ciento de la población más rica gane 30 veces más que el 50 por ciento del grupo más pobre” (de acuerdo con el informe World Inequality Report 2022), y que este  grupo de mayor riqueza concentre el 57 por ciento de los ingresos totales en el país, mientras que la mitad de los más pobres poseen solo el 9 por ciento” (animal político/2021/12); la inseguridad no cesará, aumentará en crudeza y cantidad. 

Está lacerante pobreza, sumada a factores como el desempleo, los malos salarios, el injusto reparto del presupuesto nacional que ocasiona la escasa difusión de la cultura y el arte en todos los extractos sociales, la poca inversión en educación, salud; seguirán haciendo de nuestro estado y de todo México, terreno fértil para fomentar la inseguridad. Solo cambiar el modelo económico imperante hará que desaparezcan esas causas y con ello sus fatales consecuencias.

Las condiciones de desigualdad y pobreza de México que propician tantos males sociales como la inseguridad, solo las podrá cambiar un gobierno del pueblo y para el pueblo, un gobierno centrado en el bienestar del pueblo y eso solo es posible si el pueblo es el verdadero dueño del poder político. 

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