MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Consumismo y capitalismo

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Estamos en pleno mes del amor y la amistad, este día que se ha vuelto tan comercial como la mercancía misma, dejando la esencia, que, en un principio, se tendría con esta celebración; hoy en día, además de Navidad y Día de Reyes, es uno de los que más derrama económica deja para las grandes empresas, pues es el 13, 14 y 15 de febrero, cuando más ganan los capitalistas, así lo han demostrado estadísticas a nivel nacional y mundial.

El Día de San Valentín, celebrado el 14 de febrero de 2022, dejó una derrama económica para el sector de Comercio, Servicios y Turismo superior a los 22 mil millones de pesos, de acuerdo con la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio Servicios y Turismo (Concanaco Servytur). Hospedaje, restaurantes, tiendas departamentales, dulcerías y florerías son los giros más beneficiados por San Valentín, los cuales iniciaron sus ventas el pasado 11 de febrero, pero cuya mayoría de ventas se concentró este el 14, según la Concanaco.

Aunque para muchos, estas fechas son algo irrelevantes, para otros son de suma importancia; en el caso de los mexicanos se prevé que gasten 500 pesos en promedio para las celebraciones del 14 de febrero en 2023, de acuerdo al último reporte de HelloSafe, plataforma de comparación de productos financieros, en este caso sobre las expectativas para el Día del Amor y la Amistad.

Pero, aunque todos invierten un poco en el amor, lo cierto es que el concepto de la palabra ha adquirido un gran número de significados, que si los filósofos de la historia los escuchara, se volverían a morir. Veamos. 

Platón expone el amor como una locura divina; para él es una comunión con la divinidad. En otras palabras, amar es buscar la trascendencia humana para conectar con aquello que es eterno. El amor es el impulso esencial de la filosofía, que no es algo teórico ni frío, sino que tiene que ver con ese deseo de buscar el conocimiento, la felicidad y contemplar la verdad que hay en el otro.

El amor consiste en desear algo que no se posee (como el amor platónico que conocemos), pero tiene que ser algo extremadamente bello y bueno. Para él, uno no puede amar lo que es falso ni lo que desconoce. Y ese es el trabajo del amante, es decir, de aquel que ama: buscar qué es eso bello y bueno, porque solo podemos amar cuando lo encontramos.

En la Antigua Grecia, existían tres tipos de amor: el ágape, que es incondicional, representa el compromiso absoluto y la fidelidad, y, según el cristianismo, solo proviene de Dios hacia los hombres; el filial, ese que nos damos entre familiares, amigos y compañeros; y el eros, que se da entre parejas, pero que, para Platón, va mucho más allá del romanticismo.

Hoy las reglas del actual modelo económico han dejado mucho de esto de lado, empleando un concepto tan social, como el respeto, la ganancia; sin en esta relación entre dos personas, no existe una ganancia de por medio, no hay amor, las relaciones, pues, han tomado un carácter económico. Entre más derrama económica exista, para el capitalismo y las grandes empresas que lo conforman, no este problema alguno.

Y no es que los antorchistas creamos en el amor, el amor de un revolucionario es más grande aún, pues no le demuestra el amor y el cariño indispensable a una sola persona, sino a la humanidad misma, cuando ve una injusticia y siente un inmenso coraje contra quien la comete y actúa para denunciar, es la muestra de amor más grande. Este 14 de febrero no te dejes llevar por el consumismo, mejor solidarízate y organízate. 

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